Francisco A. García Romero: “El así llamado ‘Ager Ceretanus’, con sus ‘villae’ atestiguadas además por la arqueología, es el antepasado de Jerez de la Frontera”

Ante un nutridísimo aforo se desarrolló este pasado miércoles noche una nueva sesión del Aulario Permanente de Historia coorganizado por el Grupo Romero Caballero y por el Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Fue en esta ocasión el doctor en Filología Clásica Francisco Antonio García Romero quien abordara la temática de la comarca jerezana en la Edad Antigua. La presentación del ponente corrió a cargo del jefe de Comunicación del Grupo Romero Caballero Marco A. Velo. Asistió igualmente a dicha conferencia el presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos Eugenio José Vega Geán así como otros compañeros de esta entidad cultural jerezana.

En sus palabras de introducción al conferenciante, Marco A. Velo argumentó que “me encocora el interrogante de si comenzar a lanzar –labios afuera- toda la descripción facultada –que no la prescripción facultativa- de su arsenal de titulaciones, doctorandos, masters, virtudes y decoros que siempre licencian y nunca silencian a Paco Antonio como un descendiente directo de los siete sabios de Grecia que anida sobre la textura del siglo XXI para continuar inyectándonos la praxis de la busilis grecolatina que –per sécula- gravita dentro de todos nosotros (los bípedos implumes de la modernidad que a menudo tropezamos dos veces –a tenazón y a matacandela- con la misma piedra de la cerrazón y la sinrazón). De ahí que personalidades como la de Paco Antonio ejerzan un luminoso quehacer a modo vademécum andante de cuyo nombre -¡faltaría más!- sí queremos acordarnos. Ingenioso hidalgo él de todas las corduras”.

García Romero ofreció una conferencia impecable, justa en el tiempo de exposición y amena en la profundización de la temática abordada. Para el profesor, “quizá Jerez de la Frontera descienda de la prerromana Xéra, ciudad cercana a las columnas de Hércules, que mencionaba Teopompo según Estéfano de Bizancio. Pero desde luego lo que parece seguro para la filología y la historia es que Ceret o Cerit o el llamado ‘Ager Ceretanus’ con sus ‘villae’ atestiguadas por la arqueología, es el antepasado de Jerez de la Frontera. Así lo han defendido muchos: entre otros, el gran Schulten y también el mayor filólogo clásico que ha dado España, don Antonio Tovar (y Sealey, Mayet, Sáez, Pemartín, Chic, Padilla Monge, Castillo, etc.)”.

Al decir de Francisco Antonio García, “la identificación descansa sobre la base de seguros testimonios numismáticos, otros posibles epigráficos y firmes documentos literarios, sobre todo de Columela: “De esto serás tú, Silvino, el primero que pueda darnos testimonio, porque recordarás bien que yo, en el plazo de dos años, he completado la plantación de dos yugadas de viña con los injertos de una sola vid tempranera que posees en tu finca ceretana.” Y quizá de Marcial: “Que Nepote te sirva vinos ceretanos: creerás que son de Setia. No se los sirve a cualquiera; los bebe con tres amigos escogidos”.

“Yo siempre confié –añadió García Romero-, como hace tiempo también escribí, en el extremeño don Matías Ramón Martínez, quien, con sinceridad que le honra, en El libro de Jerez de los Caballeros (Sevilla, 1892, reimpr. 1992, pág. 34) lo dejaba patente: “Había en Jerez de la Frontera (convento jurídico de Gades) una población denominada Ceret, que es la misma que Teopompo llama Xera (Xēra) y supone situada cerca de las columnas de Hércules; pero la lección genuina del nombre consta por las monedas que acuñó esta ciudad, de las cuales posee tres ejemplares el Archivo Numismático que ostentan por el reverso la palabra CERET; y por cierto que en una de ellas está grabada la T final en forma fenicia: CERE ”. Al final del acto, y por gentileza de catering Las Vides, se ofreció un jerez de honor.

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