De Jerez al Rocío - Publicado en La Voz, sección La Sacristía
















Como si en las mismas Marismas nos plantáramos sin comerlo ni beberlo. Hoy –probablemente mañana también- detenemos el tiempo en los recuerdos recientes de la Romería del Rocío 2011. Los rocieros jerezanos siempre merecen el mejor de los tributos desde esta sección periodística. Por leales, por tenaces y por cabales. La devoción a la Blanca Paloma igualmente se significa en los nombres propios, en el anonimato de la multitud y los rostros cansados y a su vez jubilosos de la comitiva jerezana. Todo detalle significa un sacramento de Fe sobre las arenas. Enaltece más cuanto a priori parece insignificante. El Rocío renace pleno de maravillosas pequeñeces. Y la Virgen invariablemente como fundamento de toda iniciativa, de toda meta. El embarque del ganado seguirá siempre levantando una polvareda y la candela, candela, que cantara el Mani, evidencian signos de imperturbabilidad de una manifestación pública de creencia ya nunca menguada por los modismos y por el rudo discurso dominante. Nuestra mejor Sacristía rociera es aquella que abre sus cristaleras a la gente bien de Jerez. Y de ahí que no nos duelan prendas en alinearlos en imágenes de cercanía y cordialidad. Eso mismamente es el Rocío: el abrazo físico o metafórico de la forja de una amistad con latidos de cariño, de fraternidad, de hoy y de siempre.

1.- Rocieras de la peña El Sopetón en una fraternal convivencia celebrada el pasado sábado en la aldea.
2.- Muchas jerezanas acudieron un año más al encuentro con la Blanca Paloma.
3.- No faltaron entre los rocieros jerezanos quienes también destacan por su faceta cafradiera como Manuel Serrano Jiménez o Francisco Abuín Valle.
4.- CHARO, DISEÑADORA DE TRAJES DE FLAMENCA JUNTO A SU HIJA Y UNA AMIGA, POSAN SONRIENTES.
5.- Los miembros de la Peña Los Pelotitos brindan y cantan en gesto de lealtad y fidelidad al amor que profesan por la Madre de Dios.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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