Escritor a fuer de periodista



No fueron las suyas unas crónicas antiparlamentarias –como así rezaba el título del fulgurante libro de Francisco Umbral- sino una prosa documentada, con voluntad de estilo, con calidad de párrafo, con pretensión estilística, muy del periodismo riguroso y literario de la Transición. No en balde José Luis Gutiérrez cerró filas en torno a una conceptualización originaria del oficio cuya manilla del reloj marcaba las tantas de la madrugada y la garganta -propia y ajena- siempre paladeaba el sabor de la humareda y de la humorada. Fue escritor a fuer de periodista. ¿O periodista a fuer de escritor? Bailaba en la entelequia del alambre de Shiva o en el juicioso sedal de la República de las Letras. Un animal del papel prensa. Del reportaje de urgencia. De la literatura de veinticuatro horas. Produjo sarpullidos en salva sea la parte de aquellos corruptos del ramo –el lírico y el político- que cambiaban a escape honorabilidad por mangazo y sopa boba. Culto manejador del trívium de la realidad –del día a día corriente y moliente- al trasluz de una escritura ni omisa ni sumisa. Ya no pululan por estos lares cronistas de tan abrumadora estirpe. Durante un precioso –porque no cabe calificativo otro- viaje agosteño a Madrid, allá donde la Gran Vía constituye el aliviadero cultural de una actividad incesante y arborescente, E. me regaló uno de los penúltimos libros de José Luis Gutiérrez: ‘Gente rara. Conversaciones y semblanzas’. Casi seiscientas páginas del noble arte de la entrevista. De José A. Zarzalejos a Gabriel Albiac. De Armando de Miguel a Miguel de la Quadra. De Carmen Calvo a Pío Caro Baroja. De Francisco Umbral, Miguel Delibes, Fernando S. Dragó o Rosa Montero a José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Neutralidad y equidad de un entrevistador filosófico y opinante. José Luis Gutiérrez no ha escrito su obituario - sic transit gloria mundi- porque todavía anda con las botas puestas. Para mí tengo que mientras se debate entre el más acá y el más allá, en el ínterin, ha puesto su grabadora a funcionar para hacerle una larga y demasiado pausada entrevista a la Parca.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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