FUENTE: EL CULTURAL.ES - FERNANDO DÍAZ DE QUIJANO | Publicado el 01/08/2014
Un nuevo alumbramiento confirma el auge de los espacios de coworking y las incubadoras de empresas. Se trata de Factoría Cultural, que abrió sus puertas hace tres meses en Matadero Madrid y está dedicada específicamente a los emprendedores de las industrias creativas y culturales, con un completo programa formativo y asesoramiento integral.
Rosina Gómez-Baeza, exdirectora de ARCO y de LABoral de Gijón, es la presidenta y fundadora de este “vivero” de industrias culturales y creativas. Tuvo la idea hace algunos años y ahora ha podido ponerlo en marcha tras ganar un concurso abierto de Matadero, el centro de creación contemporánea del Ayuntamiento de Madrid en el barrio de Legazpi. Para dotar de forma jurídica al proyecto, Gómez-Baeza ha creado la Asociación de Apoyo al Emprendimiento de las Industrias Culturales y Creativas. “Fue la Unión Europea, después del Reino Unido, quien impulsó el concepto de las industrias culturales y creativas. Hace unos años en España no se consideraba el potencial económico de este tipo de industrias, pero la economía creativa es hoy una realidad”, explica Gómez-Baeza.
Factoría Cultural aúna las características de un centro de coworking y de una incubadora de empresas. Por una parte, ofrece las ventajas de compartir espacio de trabajo con otras personas con proyectos o perfiles similares y fomenta el aprendizaje de sus “viveristas” en una gran variedad de campos: economía, contabilidad, comunicación, derechos de autor, marketing, financiación e internacionalización a través de cursos, talleres, charlas y la mentoría personalizada de Secot, asociación de voluntariado senior de asesoramiento empresarial.
Los proyectos de Factoría Cultural atraviesan tres fases de desarrollo: preincubación (concepción de la idea), incubación (desarrollo del plan empresarial) y aceleración. La duración de cada etapa es variable pero todo el proceso no debe prolongarse más de dos años, tiempo máximo de estancia en el centro.
Se puede estar de dos maneras en Factoría Cultural, con una beca o por libre, pagando una cuota. En ambos casos es necesario pasar por un proceso de selección. En estos momentos, la mitad de los proyectos presentes en Factoría Cultural están en calidad de becarios gracias al apoyo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, la Fundación Adecco, la Fundación Mahou, la Fundación Carolina y UTAD (Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital), la Universidad Rey Juan Carlos, ONO, Sicnova 3D e I'move. Además el centro tiene relación con más de 30 entidades e instituciones colaboradoras o patrocinadoras, como el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Madrid, a través de Madrid Emprende y el alojamiento en Matadero, asociaciones gremiales, entidades de gestión de derechos de autor y La Caixa, entre otras.
Rosina Gómez-Baeza, exdirectora de ARCO y de LABoral de Gijón, es la presidenta y fundadora de este “vivero” de industrias culturales y creativas. Tuvo la idea hace algunos años y ahora ha podido ponerlo en marcha tras ganar un concurso abierto de Matadero, el centro de creación contemporánea del Ayuntamiento de Madrid en el barrio de Legazpi. Para dotar de forma jurídica al proyecto, Gómez-Baeza ha creado la Asociación de Apoyo al Emprendimiento de las Industrias Culturales y Creativas. “Fue la Unión Europea, después del Reino Unido, quien impulsó el concepto de las industrias culturales y creativas. Hace unos años en España no se consideraba el potencial económico de este tipo de industrias, pero la economía creativa es hoy una realidad”, explica Gómez-Baeza.
Factoría Cultural aúna las características de un centro de coworking y de una incubadora de empresas. Por una parte, ofrece las ventajas de compartir espacio de trabajo con otras personas con proyectos o perfiles similares y fomenta el aprendizaje de sus “viveristas” en una gran variedad de campos: economía, contabilidad, comunicación, derechos de autor, marketing, financiación e internacionalización a través de cursos, talleres, charlas y la mentoría personalizada de Secot, asociación de voluntariado senior de asesoramiento empresarial.
Los proyectos de Factoría Cultural atraviesan tres fases de desarrollo: preincubación (concepción de la idea), incubación (desarrollo del plan empresarial) y aceleración. La duración de cada etapa es variable pero todo el proceso no debe prolongarse más de dos años, tiempo máximo de estancia en el centro.
Se puede estar de dos maneras en Factoría Cultural, con una beca o por libre, pagando una cuota. En ambos casos es necesario pasar por un proceso de selección. En estos momentos, la mitad de los proyectos presentes en Factoría Cultural están en calidad de becarios gracias al apoyo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, la Fundación Adecco, la Fundación Mahou, la Fundación Carolina y UTAD (Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital), la Universidad Rey Juan Carlos, ONO, Sicnova 3D e I'move. Además el centro tiene relación con más de 30 entidades e instituciones colaboradoras o patrocinadoras, como el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Madrid, a través de Madrid Emprende y el alojamiento en Matadero, asociaciones gremiales, entidades de gestión de derechos de autor y La Caixa, entre otras.