Peret, siempre saboreando, saboreando

La vida a menudo se contrapone a su genuina mismidad. Materia prima autosuficiente o gelatinosa. Abstracción cuyo serventesio languidece. Esa protuberante oscilación de las medianías autobiográficas. Peret ha fallecido cuando el match-ball de su consumidora enfermedad ya no anotaba puntos en la cancha del epílogo existencial. La muerte asume el febril mea culpa de la segadora incertidumbre. Cantó y fue feliz allá cuando las calendas de la década de los setenta aupaban sin melindres su cantinela de rumba catalana. Siempre saboreando, saboreando. Así anduvo por los linderos del mundo –campo a través- este gitano Antón –“ay señores qué penita, porque al gitano Antón todo el mundo lo quería”-. De niños nunca supimos diferenciar aquel proteico ritmo flamenco acharolado de música cubana y rock & roll. Nos agradaba –en nuestra sutil inocencia infantil- el vitalismo de un cantante de frondosa patilla y guitarra basculante. La letra del ‘borriquito’ era la lección musical de las vocales que aprendimos en el parvulario de la señorita Iris. Yo sé más que tú: “le canto a las chicas, canto al tabernero, canto a la portera, canto a lo que sea, canto al mundo entero”. La semántica cantaora de Peret procedía del barrio de la Gracia, de la calle de la Cera del Raval y Hostafrancs. Con títulos tan apalabrados como ‘Si fulano fuese mengano’ ya nos anticipaba la pegadiza facilidad de unos temas entonces resonando en la banda sonora de la España revestida de pantalones de campana. Sus actuaciones televisivas constituían algo así como un revoltijo balsámico. El determinismo de un país que habitaba en pleno centro neurálgico del cambio político. La transición democrática y sus anagramas de inminentes libertades. In illo tempore los españoles unificaban –como una savia enriquecedora- sus mancomunadas ilusiones. Peret muere ajeno a la batahola de la piel del toro. Los niños de los setenta siempre conservaremos –nunca ahuecando el ala de la nostalgia- la presencia de Peret en la televisión Sanyo que entonces ya proyectaba las películas a color.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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