CICLO ‘DIÁLOGOS EN BODEGAS ÁLVARO DOMECQ’
Entrevista con Juan Félix Bellido Bello, presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos
“Aunque nuestra principal labor es investigar y estudiar (y por supuesto publicar lo investigado), sentimos una profunda vocación por formar a los que constituirán las futuras generaciones de jerezanos”
“Hay mucho más interés del que se piensa por la Historia de Jerez, aunque decrece bastante según vamos bajando la edad”
“No voy a dotar al Centro de Estudios Históricos Jerezanos de un régimen presidencialista. No me interesa”
“Ha sido muy importante para nosotros la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad porque de alguna manera se reconoce pública y oficialmente la labor que el Centro ha venido realizando durante muchos años”
Con Juan Félix Bellido –escritor, investigador, editor- podríamos hablar largo y tendido de Plutarco, del calendario juliano, de Teócrito, de la patrística, del periodismo español cultivado durante el tardofranquismo o sobre la Barcelona más literaria. Sin embargo hoy protagoniza esta sesión del ciclo ‘Diálogos en Bodegas Álvaro Domecq’ –enmarcado en la programación cultural CULTUSEMA- en su calidad de presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, institución cultural jerezana que ha recibido recientemente la Medalla de Oro de la Ciudad.
- Podemos comenzar este diálogo esclareciendo –a ojos vistas de propios y extraños- los fines del Centro de Estudios Históricos Jerezanos y cuál es su ámbito de actuación (local, provincial, regional, nacional…)
- El nombre del Centro es de Estudios Históricos Jerezanos, por lo tanto el ámbito principal de las investigaciones es Jerez. La Historia de Jerez y su entorno. Porque, claro, una cosa es el Jerez que existe hoy, que conocemos y otra cosa es el ámbito de influencia de Jerez en la Edad Media o en otra época. Por lo que es más amplio. Eso no quiere decir que los investigadores que estamos en el Centro de Estudios Históricos investiguemos sólo Jerez. Porque, por ejemplo, podemos estudiar el mundo andalusí en Granada, y esto porque puede tener mucha importancia por la vinculación de la frontera con Jerez. El mundo andalusí en general, el de la Bética Romana, de esa fuente puedo sacar datos que me ayudan a entender más cómo se vivía en Jerez. ¿La función del Centro de Estudios Históricos Jerezanos? Cuando nos concedieron la Medalla de Oro de la ciudad dije en el discurso que hay cuatro aspectos que son fundamentales… Primero, la investigación. Si no se investiga, pues venimos repitiendo a lo mejor hasta algún error que pudiera cometer algún historiador del siglo pasado. No hablo de ninguno en concreto, porque todos hicieron cosas buenas y todos se equivocaron en algunas cuestiones. Porque las herramientas historiográficas de esa época les permitían llegar hasta ahí. Hicieron todo lo que pudieron. Y, además, si no lo hubiesen hecho, los que venimos detrás no podíamos haber realizado otras cosas. Yo lo puse como ejemplo. A mí, por un libro mío, me dieron un premio de ensayo que trataba sobre la judería de Jerez. Pues bien: puedo decirte que yo no volvería a escribir ese libro, porque algunas cosas han avanzado historiográficamente. Escribiría sobre el mismo tema, pero ya lo haría distinto. Pero hay algunos que cometieron hasta alguna falta de ortografía, que fue escribir bueno con uve. Y hoy hay gente, pseudohistoriadores que escriben bueno con uve. Lo han copiado todo. Absolutamente todo. Entonces qué es lo que pasa, que no hay investigación. Hay repetición literal de una cosa, pero si después se ha descubierto que bueno se escribe con be y no con uve... Tú no puedes quedarte sólo con citar a los cuatro clásicos. Aunque algunos hay que citarlos. Porque aún así acertaron, pero muy de lleno. El segundo aspecto es que investigas y tu investigación debe ser publicada. Porque no es para ti. Es para publicarla. Y eso está en el ADN del Centro de Estudios desde la época de Tomás García Figueras. Desde los principios de todo. De hecho, el Centro de Estudios Históricos tiene como publicaciones propias unas ochenta aproximadamente. Las tenemos allí, que se conservan, de Manolo Ruíz Lago, de Hipólito Sancho de Sopranis, de Manuel Esteve… De los que entonces formaban parte del Centro.
- Procedamos con los dos siguientes aspectos primordiales del Centro…
- El tercero es importante: participar en todo lo que haya de difusión histórica, como conferencias, jornadas, etc. Para poder poner al servicio de todos aquellos conocimientos que cada uno tiene. En el Centro de Estudios Históricos hay muchas disciplinas. Hay quien está especializado en la Bética Romana, pues entonces tendrá que hablar de eso. Miguel Ángel Borrego, por poner un ejemplo, ha hecho una cosa sobre epigrafía andalusí. Pero Paco Antonio García y Eugenio Vega están trabajando la epigrafía latina. Las dos cosas son importantes. Unos participaran en una cosa y otros en otra. Son avances que se dan y que se comunican. La cuarta estriba en que nosotros sentimos una vocación de formar a los que constituirán las futuras generaciones de jerezanos. Para que este patrimonio se transmita. ¿Quiénes transmiten este patrimonio? Los profesores son esenciales. Nuestra colaboración con el Centro de Profesores de Jerez es enorme, porque ahora por ejemplo en enero empezarán los cursos de formación, que duran tres o cuatro meses. A los que asisten, profesores y maestros de aquí de Jerez, les comunicamos todas estas cosas, de manera que ellos en sus aulas, colegios, puedan formar a los más pequeños. Una de las circunstancias que tú notas es que hay mucho más interés del que se piensa por la Historia de Jerez. Aún con los defectos de que uno esté más o menos preparado. Hay mucho interés. Pero según va bajando la edad el interés es nulo. Me explico lo que te quiero decir. Hay menos interés en los más pequeños. Y ellos son los que van a tener que mantener ese patrimonio, conservar esa memoria histórica. Por eso es muy importante hacer cursos para profesores.
- Me comentaba no ha mucho Ramón Clavijo (actual secretario de la Junta) que la característica en el laborar, en la forma de proceder en pro de la cultura, del CEHJ es siempre de un modo silencioso, de puertas para adentro, avanzando en el dato aún no descubierto, características todas ellas de la Investigación per se. Un modus operandi que también dejaste bien claro en tu condición de presidente durante el discurso pronunciado en la entrega de la Medalla de Oro. Sois historiadores, investigadores sin mayores propósitos que divulgar y estudiar la Historia de Jerez.
- Hay miembros del Centro de Estudios Históricos que son hermanos de una Hermandad y salen en procesión, digamos, el Jueves Santo. La idiosincrasia suya, como miembro del Centro de Estudios Históricos, no es salir en una Hermandad. La suya propia es la de salir en una Hermandad, que no quita que tenga que investigar. He puesto este ejemplo por hacerme entender mejor. Quien dice una Hermandad, dice otras entidades. Hay instituciones que son para dar testimonio externo de lo que hace y otras que son para estudiar. Son dos manifestaciones diferentes. Pero qué es lo que hace la gente para el Centro de Estudios Históricos: estudiar e investigar. ¿Qué quiere decir que no hacemos nada hacía fuera? Sí. Si a mí me llaman de la Academia de San Dionisio, por ejemplo, que es otra dignísima institución jerezana, y me dicen “¿tú puedes hablar de cómo vestían las mujeres andalusíes en el siglo X?” pues entonces yo salgo afuera, gracias a esta otra institución que tiene sesiones públicas habituales, y lo hago. Esa es la función del Centro de Estudios Históricos: transmitir. He dicho la Academia porque es una institución amiga y que muchos las compartimos. Pero que podríamos hablar de muchas más posibilidades como una conferencia en el Tabanco de la Cruz Vieja. Es decir que también salimos. También las Jornadas de Historia de Jerez es una manera de salir. Pero es un complemento a la labor que hacemos. Lo que yo quiero subrayar, es que si no hacemos la otra labor, salimos en calzoncillos a la calle y con este frío se coge uno un resfriado de mucho cuidado.
- Con todo, además, no es una asociación cultural aislada sino que está integrada en el Confederación Española de Centros de Estudios Locales (C.E.C.E.L) y por ende mantiene relaciones con lo que se denomina el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C).
- Nosotros estamos integrados en un órgano que está dentro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C), que es el máximo organismo de investigación que existe. Por lo tanto eso ya denota o define qué tipo de organización somos.
- Por curiosidad, ¿hay relación con otros Centros de Estudios Históricos o convocáis algún tipo de congreso anual?
- Sí, se hace un Congreso anual del C.E.C.E.L. y estamos como confederados dentro de ese organismo que depende del Centro de Investigaciones Científicas.
- ¿Tiene carácter itinerante?
- Sí, algunas se realizan en un lugar determinado y en otras convocatorias en otro diferente. Es que los Centros de Estudios Históricos… Me comentaban de uno que pertenece a Aragón y que su sede está ubicada en la diputación, o sea que lo paga la diputación, lo mantiene la diputación, que es distinto al nuestro porque no poseemos ningún tipo de subvención. Porque nació de una determinada manera, creció de una determinada manera y ahora ha llegado a un punto determinado.
- ¿Históricamente ha mantenido su nivel de actividad o como en toda entidad ubo épocas en las que a lo peor bajó el apogeo de esa institución? Como, a saber, durante la época de la Transición. De hecho se han celebrado recientemente dos actos que de alguna forma han dado luz pública -un reconocimiento endógeno y exógeno- sobre el Centro: homenaje a seis de sus máximos históricos valedores y, de otro lado, la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad.
- El Centro ha pasado por todo tipo de circunstancias como cualquier institución. Sí es cierto que ha habido presidentes que han logrado echarse el Centro de Estudios a la espalda y tirar de él y llevarlo adelante. Las circunstancias, para que pase una cosa de éstas, son múltiples: algunas son interesadas; otras son fruto de momentos históricos… Lo cierto es que debemos agradecer la labor de los presidentes vivos, por eso quisimos tributarles este homenaje y otorgarles la insignia de oro. El Centro de Estudios Históricos, primero, se ha mantenido y ha ido creciendo. Yo digo que soy un privilegiado, aunque yo llevaba ya años en la Junta Directiva. Pero llego en un momento en el que toca darle un empujón a otra etapa, pero afortunadamente mis compañeros lo han logrado. Yo destaco por ejemplo a José Luis Repetto, que está mayor, es verdad, pero no es menos cierto que ha tirado del carro del Centro de Estudios Históricos muchos años. Con sus luces y sus sombras, como las mías y como las de todos los que estamos ahí. Y en una sociedad en la que cuando te haces viejo ahora van a poner unos contenedores de restos inútiles, nos tirarán allí cuando cumplamos cierta edad, porque no servimos. Lo que veo falso y traidor. De ahí que hayamos querido concederles ese homenaje a él y a los que han venido detrás. Hasta mi inmediato predecesor, que ha sido Eugenio, con el que estoy en la misma Junta Directiva. Eugenio sigue allí conmigo. Tenemos pareceres distintos y pareceres coincidentes. Pero ahí estamos tirando del Centro. Tenemos un punto en común: amamos Jerez y queremos al Centro. Él es más antiguo que yo y estudia la Bética Romana y yo ya me he pasado siete siglos por delante. Pero esa cuestión es puramente técnica, académica o como quieras llamarlo.
- Supongo que comporta una alegría incontenible recibir la Medalla de Oro de la Ciudad.
- Por supuesto que sí. Yo estaba allí casualmente porque es casual el hecho de que me elijan presidente y que tenga que recoger la Medalla de Oro. Pero para nosotros ha sido un acontecimiento importante. Pero no sólo para nosotros, sino para los que a lo largo de todos estos años han estado luchando. Cuando me dieron el diploma, llamé enseguida a Eugenio (Vega) y a Miguel Ángel (Borrego) para que subieran. Hay una foto preciosa de los dos cogiendo el diploma. Eugenio fue el que solicitó la Medalla de Oro siendo presidente. Es un honor porque es la mayor distinción que un Ayuntamiento puede conceder a una institución de una ciudad. Por tanto, para nosotros, fue muy importante que reconocieran lo que durante todos estos años hemos hecho. Fue una alegría para todos, la verdad.
- ¿Cuáles son las líneas de actuación más subrayables dentro de tu proyecto como presidente de la actual legislatura?
- La primera idea que yo di en la Junta directiva es que yo no quiero un régimen presidencialista, no me interesa. Yo no soy ni el rey del mambo, ni sé hacer todo y me equivoco igual que cualquiera de vosotros. Yo, si me sigues un poco, en plan detective, me verás entrar mucho en la Biblioteca, ir a hablar con Ramón para ir compartiendo idea con todos. “Ramón me han propuesto esto, vamos a hacer esto” y ya de momento se cursa un correo a toda la Junta Directiva. Una dinámica, últimamente, tremenda. Nada que no pase por la Junta Directiva se puede hacer. Pero me incluye a mí. Yo no puedo hacer lo que yo quiera si no me lo aprobáis. Así que lo primero es construir un Centro de Estudios así. No me importa durar dos años o cuatro.
- ¿Hay algún tipo de proyecto que tengáis a corto plazo (que se pueda desvelar)?
- Ahora estamos viendo la mejor fecha para, en rueda de prensa, poder hacer público todo el programa del Centro de Estudios Históricos del 2.015. Que además es el año del aniversario de la fundación del Centro. Hay tres cosas que para nosotros son fundamentales. En enero, si Dios quiere, presentamos la revista “Historia de Jerez”, a la que queremos darle una presentación, un aspecto, un poco distinta. No sé si lo lograremos porque somos pobres. Es un hecho real, nosotros vivimos de las cuotas de los asociados que quieren pagar la cuota. No es que seamos quinientos mil. Somos poquitos y es una cuota muy pequeña. Pero es la que nos da para mantener la página web y hacer la revista. Queremos darle un cambio. Aquellos cambios que no supongan un incremento económico grande. Hacer las cosas bien te cuesta el mismo dinero que hacerlas mal.
- Más actividades a destacar…
- Empiezan los cursos de formación. El año pasado se hicieron en la sala de Julián Cuadra, se coorganizan con el Centro de Profesores. Lo que vamos a hacer este año, es que muchas de esas charlas las impartirán los que se han incorporado como nuevos miembros del Centro, para que tengan la oportunidad de dictar su lección de ingreso. Prácticamente, eso está cerrado. Ahora yo de memoria no te puedo detallar la lista. En primavera, tú sabes que hacemos siempre, y como sede la del Consejo Regulador, las Jornadas de Historia de Jerez. Es una gestión que está llevando Ramón con Cipriano y con Eugenio. Después nosotros queremos que se mantengan cada mes una conferencia. Algo público. Entonces acaban las Jornadas de Formación, pues cada mes se irá haciendo una conferencia. Y después queremos hacer dos propuestas más, que una estaba embargada y es que queremos hacer dos o tres jornadas sobre el Centro de Estudios Históricos. Historia, personajes del Centro, la Historia de lo que fue la revista de la época. Una cosa que le diga a la gente… “mira, esto es el Centro de Estudios”. Y la otra propuesta que queremos afrontar es una jornada para celebrar los cincuenta años de don Hipólito Sancho de Sopranis, que seguramente serán dos días. Que se hable del personaje. Que se hable de la obra. Que se critique lo que está mal en la obra suya. Que se alaben los avances que consiguió. Pero en serio. No de broma. Porque yo no he conocido persona más gruñona y más insoportable que don Manuel Esteve. Lo he conocido desde pequeño. Pero yo no puedo negar que avanzó en algunas investigaciones. Que escribió algunas cosas. Que arqueológicamente algunas cuestiones ni se hubieran tocado. Y él las tocó y avanzó. Yo puedo decir, me traía por la calle de la amargura. Tenía un profesor en el Coloma, que nos traía locos. Vale. Es verdad. Pero también tengo que contar otras cosas, que fueron las que inculcaron en mí el amor por Jerez y el amor por la Historia. Don Hipólito, hace cincuenta años que murió y entonces pretendemos organizar un acto serio, de Centro de Estudios Históricos Jerezanos, no de puesto de verduras de la plaza de Abastos.
- ¿Tiene Hipólito descendientes?
- No, murió sin hijos. Pero yo creo que la obra de Hipólito está ahí. Habrá errores y habrá cosas buenas. Yo lo conocí personalmente siendo un niño. Porque yo salía al instituto e iba a recoger a mi padre al Archivo y él estaba allí. Fue el que me obligaba a estar callado.
- Manuel Esteve ¿falleció posteriormente?
- Sí, sí. Yo conocí a los dos porque mi padre trabajó en el Archivo Histórico, entonces eso me hizo conocer a gente que iba por allí. Muy poquitos en aquella época. Eran sota, caballo y rey. Ahora tú vas al Archivo y encuentras otro movimiento.
- Un aspecto interesante que intuyo -y que también anunciaste en el discurso de la entrega de la Medalla de Oro- es que estáis abiertos a la alianza para proyectos o ciclos concretos con otras instituciones.
- Vamos a ver, nosotros no tenemos ningún inconveniente en colaborar, coeditar cosas, con otras instituciones jerezanas siempre que sea basado en algo serio. A las zambombas vamos a título personal. Pero con cosas que tengan que ver con nuestro trabajo… Ha sido muy tradicional la colaboración por ejemplo con la Academia de San Dionisio. De mucho tiempo. Que después se rompió. Ha habido un impasse, que yo creo que ha sido circunstancial. También porque la mitad del Centro de Estudios es académico. O sea, es que no tendría sentido. Si tú me llamas para dar una conferencia en la Academia, yo soy el Presidente del Centro de Estudios Históricos, pero soy académico y voy de mil amores a darla. Es que hay razones que son más profundas, eso está claro. Y yo creo que estamos en un momento distinto, de alianza. Yo lo único que le pido a las asociaciones culturales, es que cumplan con la función para la que nacieron. Yo puedo sacar a la calle el paso de Santa María de la Historia, vestir de capirote a todos los miembros del Centro y ponerle un cirio en la mano y hacer una procesión. Pues que me maten porque esa no es mi función. La de la Amargura, por ejemplo, sí. Y yo tengo que respetar esa función. No me puedo yo poner a hacer procesiones. Ni ellos, estando nosotros, a hacer por su cuenta un Centro de Estudios Históricos. Pueden estudiar la historia de su Hermandad y ahí estaremos para echarles una mano. Yo lo que creo es que muchas veces, algunas de las instituciones que se crean, salvo las muy muy históricas, como puede ser la Academia o el Centro de Estudios Históricos, nacen para una cosa y tienen que hacer eso, porque yo lo que he visto en algunas reuniones para hacer algo juntos, parecía una pelea para ver quién hacía más cosas, quién se llevaba el gato al agua, quién dirigía eso. Y eso, sinceramente, al Centro de Estudios Históricos, no le interesa absolutamente para nada. Porque no vale la pena. La gente vale por lo que vale. Para qué me voy a pelear yo con el otro si está haciendo su función. Yo trato de hacer la mía lo mejor que puedo con fallos que el otro me los podría decir, porque los tengo. Entonces yo creo que sí, que tiene que haber colaboración, pero en objetivos comunes. Porque si no, es un lío. Hacer un totum revolutum. Si tú eres la Asociación de amigos del Museo Arqueológico, me voy a meter yo a ver cuál es la pieza de… es de tontos. Podemos colaborar y yo invito a toda mi gente a que vayan a lo de mañana a escuchar a Virgilio a la pieza del mes. Pero tú haces esto y yo hago esto otro. Son dos cosas diferentes. En la Academia por ejemplo, es un foro en el cual entran mucho el tema nuestro de expresarnos. Nosotros hemos hecho el ciclo “Jerez siempre”. Porque viene a cuento.