El ciclo ‘Diálogos en Bodegas Álvaro
Domecq’, enmarcada en la programación cultural ‘Cultusema’, acoge en esta
ocasión una entrevista con Gonzalo Juan Fernández-Sambruno Claver, presidente del
Grupo Claver & Egler
De izquierda a derecha, José Manuel Anelo (Bodegas Álvaro
Domecq), Gonzalo Juan Fernández-Sambruno Claver (Grupo Claver & Egler)
y Marco A. Velo (MAV-Comunicación)
A fuer
de mostrarnos sinceros sin paliativos, digamos a bote pronto que Gonzalo Juan
Fernández-Sambruno Claver es un joven atípico. Por emprendedor, por gestor, por maduro, por enérgico. Un empresario
moderno que fija sus pies en el suelo. No entona cantos de sirena ni se
adormece en el balancín de la desidia ni la desesperanza. Apuesta al siempre
caballo ganador del esfuerzo personal. Hoy protagoniza una nueva sesión del
ciclo ‘Diálogos en Bodegas Álvaro Domecq’…
¿Juventud
y talante emprendedor, desde un prisma estrictamente empresarial, representan
dos conceptos antagónicos o no tanto como pudiera vislumbrarse a primera vista
a tenor de los tiempos que corren?
Me alegra que me hagas esa pregunta porque
es un tema al que siempre recurro en mis charlas sobre el devenir de nuestra
sociedad y el poco espíritu emprendedor que existe en nuestros días, parece que
algo alentado en estos últimos años por la crisis y, tras la evidencia, por
personas que no son estrictamente emprendedoras. ¿Por qué digo esta afirmación? Pues porque creo que el emprendedor
nace, no se hace. Es una carga genética importante la que va implícita dentro
del ser humano, innata y tendente al emprendimiento, pero dicha carga, cual
evolución natural, pasa de padres a hijos y de abuelos a nietos. El emprendedor es como el aventurero,
esa valentía, ese miedo a saltar no lo tiene, es como el jinete que cae del
caballo y vuelve sin miedo a montar o el torero que tras la cogida vuelve a
torear. El emprendedor puede fracasar y quebrar, como yo lo he hecho, lo hará
una y otra vez, y cuando está cayendo al
suelo… ya está pensando cómo levantarse y con qué idea o proyecto volver
a crecer: es un alma indómita, es un espíritu libre incapaz de someterse a
directrices ajenas, pero si capaz de someterse a su autodisciplina. Es una
forma de vida y va en la sangre. Por
ello, y para responderte a tu pregunta, no son conceptos antagónicos, sino que,
si me permites, te diría que son implícitos, la juventud debe por su fuerza y
por sus ganas de comerse el mundo e implicar emprendimiento, pero, eso sí, si
lo llevas en la sangre.
¿Qué
servicios presenta y propone el Grupo Claver? ¿En qué directrices fundamenta su
línea editorial?
El Grupo Claver & Egler nace como
expertos analistas en suelo, urbanistas y funcionalismo inmobiliario, adaptando
la oferta inmobiliaria en stock en nuevas oportunidades en valor a la sociedad.
Es decir, para que los lectores lo comprendan, pues un edificio en desuso
abandonado por la crisis le cambiamos su tipología y de residencial, lo
convertimos en hotelero pero además utilizamos que la inversión venga a través
de un grupo médico para hacer un establecimiento vacacional para personas con
necesidad de dializarse y sus familias. A
eso me refiero con poner en valor activos inmobiliarios y eso es funcionalismo
inmobiliario. Además de la
comercialización de activos inmobiliarios, ofrecemos asesoramiento en materia
de seguros a nuestros clientes, asesoramiento financiero y gestión patrimonial. También tenemos nuestra división
jurídica, que asesora tanto a nuestros clientes como a las demás líneas
propias. Y por último tenemos la
línea editorial, publicidad y marketing.
La línea editorial, marcada férreamente por mí, lleva una impronta
característica de nuestra empresa, que son valores que ha de seguir inculcando
e implementando nuestra sociedad en esta crisis, más que económica, de valores,
y en la que estamos inmersos. Y son la cultura del esfuerzo, del trabajo duro,
del respeto, de la humildad, de la lealtad, de la solidaridad, del servicio a
los demás, valores si me apuras no alejados de lo cristiano, pues, creas o no
en Dios, seas católico o no, si acoges los valores de convivencia que nos
enseña la Iglesia, pese a tu ateísmo, no te ira mal en la vida en tanto en
cuanto son valores de vida en común y convivencia que nos hacen un mundo mejor
fuera de egoísmos y de intereses lejanos de la paz social. Siempre intentando informar, divertir y entretener al lector y
dándoles una máxima difusión a nuestros clientes que nos tienen como soporte
publicitario.
¿Se puede y,
consiguientemente, se debe cultivar un periodismo de sociedad riguroso y a la
misma vez entretenido e inclusive formativo e informativo? ¿Por qué actualmente
la crónica de sociedad renace tan constreñida bajo la –quizá incierta en
algunos casos- etiqueta de periodismo decadente o devaluado?
Creo totalmente que es posible y se debe
cultivar y fomentar dicho periodismo porque formar opinión e incluso dar pautas
de conductas o espejos sociales en los que mirarse o verse reflejado, donde
ambicionar valores mejores o metas a las que alcanzar, es un propósito digno de
su fomento y de su cultivación. Pero
eso no puede hacerse a cualquier precio y con cualquier finalidad comercial en
búsqueda del lucro. Ha de ser uno
minucioso en el respeto a la intimidad, el honor, la imagen y los derechos
inherentes a la persona para que no represente una intromisión en la esfera del
individuo donde se vean comprometidos esos derechos y se produzcan situaciones
violentas y de mal gusto que, por supuesto, son totalmente alejadas de nuestra
línea editorial y de nuestro contenido. Los
medios que sí se acercan a estas prácticas intromisivas y lesivas son los
culpables de esas etiquetas decadentes y devaluadoras, pero no es que el
periodismo de sociedad sea decadente, sino la actitud de esos medios o soportes
los que decaen. La sociedad sabe lo que es correcto y sabe lo que debe consumir
y lo que no, por eso nuestro lector aprecia nuestra publicación respetuosa con
la intimidad de las personas y quizás sea esa una de las claves de nuestro
éxito: el respeto y la humildad sin desterrar el esfuerzo diario.
¿Es el
siglo XXI el tiempo de las publicaciones/revistas digitales?
Creo rotundamente que sí, pese a ser un
amante de las ediciones impresas y pese a que el público te dice que le gusta
más las ediciones impresas. Para las empresa que nos dedicamos a la edición, y
realmente para todas, una máxima para el buen funcionamiento de la compañía es
cumplir con unos criterios máximos de eficiencia y el papel limita mucho la
eficiencia al aumentar exponencialmente los costes y no permitiéndote llegar ni
al 1% de lectores que te permite el mundo digital por el 300% de costes,
entonces un percentil 1/300 es difícil de casar cuando puedes ahorrarte todos
esos costes improductivos, llegar a más lectores y a más clientes por la fibra
que por el papel y encima poder ofrecer el servicio de difusión publicitaria
con un incremento masivo de impactos visuales y reduciendo hasta por seis veces
el precio de venta al público. Creo que, rotundamente, he dado unas razones de
peso para constatar que estamos en el siglo de lo digital porque, además de
esas razones empresariales, ya cada español al menos tiene un dispositivo
digital, si no dos con el Smartphone y la Tablet. Por lo tanto, tiene la
información allá donde esté sin necesidad de cargar con papel y sin necesidad
de desechar y pudiendo consumir lo que quiera y cuando quiera.
Háblenos
de la implantación –expansión siempre- de Claver en la sociedad jerezana.
Creo que cuando decidimos expandirnos tras
el éxito de Claver & Egler en Sevilla, buscamos parámetros de implantación
parecidos o similares para que el aterrizaje y desarrollo de la política
expansiva gradual fuese lo más “friendly” en términos anglosajones y que el crecimiento
fuera lo más rápido posible, siempre de forma gradual, y creo que acertamos de
pleno al elegir Jerez porque, si a las ciudades se le diese a luz como a los
bebés, Jerez es la hermana gemela de Sevilla, tiene la misma idiosincrasia de
sociedad marcada por los status sociales, por los gustos, por las tradiciones,
por sus círculos cerrados, por su apertura sin embargo al mundo en los eventos
importantes, por su potencial en cuanto a las líneas de actuación tanto
comerciales, como turísticas, por su enclave estratégico en un marco
incomparable. Por todo ello estamos muy contentos de la acogida y podría decir
que, como se dice coloquialmente, por nuestra trayectoria y porque sabíamos a
dónde llegábamos. Creo que “hemos caído de pie” y estamos muy agradecidos a
todos los jerezanos y jerezanas por su calurosa acogida y a ustedes por este
rato de dialogo tan bueno que hemos echado en este marco incomparable que son
las Bodegas Álvaro Domecq dentro del ciclo de diálogos que se están realizando
en las mismas.