La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras reconoce públicamente el apoyo recibido por los 'Benefactores de la Academia 2015' Bodegas Williams & Humbert, Fundación Mapfre, Caixabank y Fundación DKV

De nuevo la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras quiso reconocer públicamente el apoyo recibido por los 'Benefactores de la Academia 2015' en la entrega ayer noche del correspondiente título expedido al efecto y que en esta ocasión recogieron los representantes de las entidades Bodegas Williams & Humbert, Fundación Mapfre, Caixabank y Fundación DKV. Presidieron la sesión el presidente titular de la Real Academia Joaquín Ortiz Tardío así como el vicepresidente de Ciencias Jaime Bachiller Martínez, el vicepresidente de Artes Juan Salido Freyre, el secretario General Juan María Vaca Sánchez del Álamo y el presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras. Precisamente el discurso de ofrecimiento corrió a cargo del secretario General Juan María Vaca. Destacamos a continuación algunos fragmentos de su mencionado discurso de ofrecimiento:
“Asumo con pleno agrado la petición que me hiciera, en su momento, la Junta de Gobierno de esta Real Corporación para dirigirles unas palabras en representación de la misma, para trasladarles, en un acto formal como el de esta noche , el agradecimiento de la Academia, como institución, y el de los Académicos que la componen, a título personal, a cuatro instituciones que de una manera absolutamente altruista, han colaborado económicamente con los presupuestos del curso 2.014-2.015 y que, en una coyuntura como la que actualmente vivimos, han permitido culminar los actos públicos programados con total normalidad  en el curso finalizado, como puse de manifiesto de forma detallado el pasado día 13 de octubre en el solemne acto de inauguración del presente curso académico, en la lectura de la Memoria del curso anterior. Vaya pues por delante, nuestro sincero reconocimiento y gratitud a Fundación Mapfre, Bodegas Willians & Humbert, Caixabank y Fundación DKV, agradecimiento que se une a nuestros sentimientos de complacencia y satisfacción, ya que con vuestra decidida y generosa colaboración se han podido realizar los actos programados en el curso 2.014-2.015, debiéndose puntualizar que esta Corporación ha sido una de las academias de la Comunidad Andaluza más dinámica por el número y la calidad de los actos organizados
No obstante lo anterior, es preciso decir que instituciones como la nuestra, de naturaleza esencialmente cultural y cuyos fines principales son el fomento de los trabajos de investigación y difusión de toda clase de conocimientos en todas las ramas que su título comprende, es decir las Ciencias, las Artes y las Letras, no pasan hoy por sus mejores momentos. Nos encontramos con una situación compleja y con unas instituciones tradicionalmente apoyadas  en sus presupuestos por el sector público, esto es Junta de Andalucía y Ministerio de Cultura, a través de ayudas que, mucho nos tememos, podrían incluso llegar a desaparecer en un horizonte a corto plazo, temor, por otra parte compartido por la mayoría de las Academias Andaluzas.
El mecenazgo y el patrocinio pueden ser herramientas de gran utilidad para un asociacionismo cultural esencial que busque la implicación de la ciudadanía en la defensa del bien público  y del interés general, un mayor aprendizaje de las actividades y creaciones culturales, así como un mayor reconocimiento y prestigio de la cultura.
En los momentos actuales, cuando la crisis económica obliga a replantear los elementos de la competitividad y a reformar el modelo de desarrollo sostenible, la cultura es un factor determinante del cambio social y económico por dos razones: por la importancia de un trabajo cultural innovador  que abre nuevas oportunidades, pero también porque incorpora una red de valores que permiten una nueva lectura ética de los intercambios sociales y económicos.
El micromecenazgo supone la herramienta de vinculación de la ciudadanía con su entorno social y cultural más inmediato. El interés público que supone la cultura no es sólo una obligación que atañe al Estado ni que importe en exclusiva a la ciudadanía sino que afecta también a las empresas y al sector privado, como podemos comprobar con las acciones de mecenazgo y patrocinio que se vienen llevando a cabo por instituciones como las vuestras.
A modo de ejemplo se indican a continuación diversas propuestas que sería muy positivo se pusieran en marcha por el nuevo gobierno  que surja tras las últimas Elecciones Generales del pasado día 20 de diciembre o el que resulte de las nuevas elecciones si hubiera necesidad de realizarlas, en orden a mejorar la aplicación del mecenazgo y el patrocinio :
Informar convenientemente sobre las posibilidades actuales del mecenazgo y patrocinio: sus posibilidades de retorno así como su participación y cómo garantizar el rigor y la seriedad de los proyectos o actuaciones sometidas a patrocinio: Es claro que existe un desconocimiento social de los beneficios fiscales y sociales que produce el mecenazgo
La necesidad de realizar campañas pedagógicas de explicación sobre la importancia del mecenazgo y el patrocinio, no exclusivamente como retorno publicitario de las empresas -que también-, sino como importancia de la colaboración social ciudadana en la protección de su entorno y desarrollo. No existe una cultura del mecenazgo y el patrocinio en la cultura y en la ciencia, como ocurre con otras áreas
Con el fin de fomentar el micromecenazgo se debería estudiar la posibilidad de que las pequeñas donaciones dinerarias de hasta 150 euros se puedan deducir al 100% y al resto de la donación aplicarle la deducción correspondiente
Prestigiar la colaboración del pequeño mecenazgo, vinculándolo a las actividades en las que colabora, así como premiar y reconocer su esfuerzo. La primera motivación de los mecenas es su estima y sensibilidad cultural
Analizar la posibilidad de que las fundaciones se puedan constituir y participar en Agrupaciones Europeas de Interés Económico y Uniones Temporales, cuando las mismas tengan por objeto el desarrollo de actividades directamente relacionadas con el fin fundacional.
Se recomienda la agrupación de fundaciones pequeñas en “fundaciones paraguas “que puedan distribuir fondos y recursos contrarrestando la dispersión de ayudas y proyectos.
La puesta en marcha del Registro Único de Fundaciones supondría una reducción de costes administrativos y dotaría a las fundaciones y terceros de una mayor seguridad jurídica, así como  de una mejor transparencia del sector.
Uno de los puntos más críticos para las fundaciones es el IVA. Las fundaciones tienen la consideración de consumidores finales cuando su estructura difícilmente encaja en la naturaleza de estas entidades; muchas de sus actividades son gratuitas o actividades con precio por las que no repercuten IVA. Existe una demanda a nivel europeo de homogeneizar el IVA reducido en los sectores culturales
Es imprescindible garantizar el “buen gobierno”  y “la responsabilidad corporativa” de las fundaciones.
Medidas adicionales podrían ser la creación de premios para la valorización del mecenazgo cultural exterior, la publicación de las buenas prácticas identificadas, así como otras iniciativas para promover el papel de las empresas en la cultura y del valor de  ésta misma, poniendo de relieve sus logros para el conjunto de  la sociedad”.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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