Fuente: RAE. José Antonio
Pascual, académico de la Real Academia Española (RAE),
y Santiago Muñoz
Machado, miembro de la RAE —de la que es actualmente
secretario— y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, han
clausurado las jornadas cervantinas que han venido celebrándose desde el miércoles 1 de junio en el Instituto de España.
«El variado modo de
expresarse de los personajes del Quijote» ha sido la conferencia
dictada por José Antonio Pascual. A continuación, Santiago Muñoz
Machado, coordinador del ciclo, ha disertado sobre «Cervantes y la aventura
americana de la lengua española».
Al final del acto, el
secretario general del Instituto de España, el académico Pedro García Barreno, ha agradecido a los
asistentes y conferenciantes su participación en estas jornadas cervantinas.
CONVERSACIÓN CON EL LECTOR
CONVERSACIÓN CON EL LECTOR
El profesor Pascual ha
comenzado exponiendo el planteamiento general de su charla: «Esta aproximación
al Quijote no intenta adentrarse en el contenido de las
distintas historias que desfilan por la obra ni se ocupa de la relación
que mantienen los distintos personajes. Atiende, en cambio, a cómo se
cuentan las historias que conforman la novela, con el convencimiento de
que esta de la escritura es una las mayores aventuras con las que se enfrenta
Miguel de Cervantes en el Quijote».
A partir del análisis de
«la manera de expresarse del narrador, de las personas relativamente cultas que
aparecen por allí y de aquellas que tienen la consideración de rústicas», el
académico ha ido mostrando la variada manera de expresarse de cada uno de
estos grupos, algo que se asemeja mucho a lo que ocurre en la lengua coloquial,
y explicando cómo esa «sensación de coloquialidad se refuerza con la
promiscuidad lingüística, es decir, con la contaminación entre los usos propios
de los distintos personajes», una
estrategia tan bien llevada, en opinión de Pascual, que «logra convertirnos a
los lectores en participantes de una conversación con quienes aparecen en el
libro».
De este modo, ha terminado diciendo José Antonio Pascual, Miguel
de Cervantes «inaugura un realismo expresivo, propio de la novela moderna, que
lleva a los lectores a olvidarse de la escritura, para pensar que de hecho son
testigos de la conversación que mantienen los personajes de la novela».
LA AVENTURA AMERICANA
Ha cerrado el ciclo cervantino del Instituto de España su
coordinador, Santiago Muñoz Machado, con una disertación dedicada a hablar
sobre «Cervantes y la aventura americana de la lengua española». El académico
ha comenzado señalando que «Cervantes pidió en 1590 que le
fuera concedido alguno de los oficios vacantes en las Indias, merced para la
que adujo sus muchos méritos contraídos como soldado y recaudador, pero su
solicitud fue denegada. No viajó don Miguel a las Indias, pero sí lo
hizo, quince años después, el Quijote, su obra
maestra».
El profesor Muñoz
Machado ha contado en su conferencia la prodigiosa aventura de la
implantación del castellano en América a partir del choque cultural
producido con la llegada de los conquistadores y del cuidado mantenido por
la monarquía, muy secundada por los misioneros, de que no se erradicaran
bruscamente las lenguas indígenas, que se usaron principalmente en la
evangelización, y de que la implantación del castellano fuera gradual y
voluntariamente aceptada por los nativos.
Según
ha explicado, «la entrada de la literatura española del Siglo de Oro, precedida
por el enorme éxito popular de los libros de caballerías y aventuras galantes,
sirvió para la forja del español culto en América». El Quijote salió para América en el mismo año de 1605 en que fue publicado, ganó
gran popularidad y desarrolló a partir de entonces, ha continuado
exponiendo, «una aventura extraordinaria que Cervantes no había imaginado:
contribuir a la expansión del español y a fijar los criterios canónicos o
normativos de la lengua gracias a su influencia directa en las obras de
los grandes gramáticos y lingüistas americanos, a partir de los debates sobre
el nacionalismo lingüístico que tuvieron lugar tras las independencias y,
especialmente, tras la gran obra de Andrés Bello, que tuvo la literatura
española del Siglo de Oro como referente y, muy especialmente, el Quijote».