Multitudinario respaldo de público al Pregón de la Feria de Jerez organizado por MAV-Comunicación y la Asociación 'El Cuadro' con la colaboración del Ayuntamiento de Jerez
Los amplios salones del Hotel Jerez se quedaron pequeños anoche ante la numerosísima asistencia de público que abarrotó el aforo del Pregón de la Feria del Caballo de Jerez, organizado por la Agencia de Comunicación y Gestión Cultural MAV Comunicación y la Asociación Cultural ‘El Cuadro’ con la colaboración y respaldo del Ayuntamiento de la ciudad. Asistieron representantes de buena parte del tejido sociocultural y empresarial así como muchos jerezanos de a pie que disfrutaron de principio a fin con un pregón que, en la voz del periodista Esteban Fernández Ladrón de Guevara, exaltó muy brillantemente los valores esenciales de esta gran fiesta anual de la ciudad.
Fernández, que fue presentado por Pedro García Bermúdez-Braza, desgranó muchas de sus vivencias personales en un pregón de la Feria del Caballo muy íntimo, cargado de experiencias. Un supuesto diálogo con su padre le sirvió de excusa para dar repaso histórico de la Feria desde sus orígenes, tras su creación por Alfonso X en el año 1264, hasta nuestros días “¿Papá, la feria siempre ha sido así? No, hijo mío. Comenzó siendo una feria de ganado, de comercio de caballos, vacas y cerdos…”. Preguntas y respuestas que fueron conduciendo el pregón hacia el momento actual.
Tras recordar las distintas localizaciones que albergaron la feria jerezana (la plaza del Arenal, la Hoyanca o los Llanos de Caulina entre otros), Esteban Fernńdez se centró en la actualidad: “En 1902 la Feria se trasladó al antiguo Paseo de Capuchinos en unos terrenos cedidos por el entonces alcalde, Julio González Hontoria y con un Real (el que hoy disfrutamos) diseñado por el arquitecto Francisco Hernández Rubio”. Hubo momentos también para repasar los elementos más significativos de la Feria, como el vino “El Jerez, con mayúsculas. Esa media botella que se eleva a los altares de la alegría. Y vamos que nos vamos que esto no será ná”.
También para las casetas, que definió como “templos efímeros de arte que atesoran la esencia de la Feria” “La caseta es la casa de todos. No tiene puertas cerradas. Sus cortinas están recogidas para que cualquiera pueda entrar”. El caballo, precisamente en el año en que Jerez ostenta la capitalidad europea de este bello animal, fue también otro de los aspectos en los que se centró: “Gracia y belleza del caballo y la pareja. Esa es la estampa. Así pasean los caballos de Jerez en el Real de la Feria.
Despacio, sin prisas, saboreando el albero. Porque saben que ese es su momento”.
Pese a que defendió el cante y el baile por sevillanas –“un juego de dos; un sí pero no; brazos en alto; taconeo; miradas encontradas; manos al talle”-, reivindicó el flamenco como seña de identidad de la ciudad y que a su juicio debe estar muy presente en esta fiesta: “Porque la Feria no es otra cosa que el reflejo de este Jerez nuestro, que rezuma flamenco, arte, genio, compás y duende y que pueden surgir en cualquier esquina, en la barra o en la terraza de cualquier caseta del Real, a cualquier hora”.
Al hablar de la zona de los cacharritos, recordó cómo se sentía cuando sus padres lo llevaban de la mano y vivía unas experiencias únicas: “Y mi corazón latía con fuerza. Me sentía protagonista de un sinfín de aventuras efímeras que duraban lo que duraban los cinco duros que costaba el viaje. No quería que se acabara ese sueño de fantasía….”. Y por supuesto, tuvo momentos para definir el espectacular alumbrado que cada noche se enciende en el Parque, “una explosión de “oles” y de miradas al cielo. Millones de bombillas, de múltiples colores, iluminan el Real de la Feria y no hay quien se resista a salir de la caseta para contemplar este espectáculo”.
Retazos de sevillanas, tangos y un obligado fin de fiesta por bulerías acompañaron musicalmente un pregón que finalizó con un brindis muy especial: “Por la Feria del Caballo/empino mi copa bien alta/y todo mi ser se desboca/ pensando en lo poco que falta”. Posteriormente se disfrutó de una Cena de Gala que finalizó con la fiesta velada de pre-Feria amenizada durante horas por el Coro de Sevillanas y Rumba ‘La Plata’ y por el grupo de música de los años ochenta ‘Super Agente 86’.