Jerez llora la muerte de Paco Cómez Mori




Fallece, a los 84 años de edad, una persona que deja profunda huella 

MAV – MIRA 
Se van los mejores. Siempre sucede así. Es una realidad que se escapa de nuestras entendederas. El cielo -sin duda alguna- está repleto de personas excelentes. De los ángeles que regresaron tras una existencia plena. Personas que rebosaron bondad. Personas que quisieron a los demás más que a sí mismos. Personas que amaron a corazón lleno, a corazón latiente, a corazón desbordante…

La necrológica es un subgénero periodístico que exige objetividad y cierta alteza de miras. Cuesta Dios y ayuda abordar un obituario. Sobre todo cuando el finado es un ser excepcional. Es cuanto sucede con un gran hombre, un gran marido, un gran amigo de sus amigos, un gran cristiano y cofrade: Francisco Cómez Mori, quien fuese durante más de veinte años Hermano Mayor de la Hermandad de la Defensión…
El bueno de Paco, de don Francisco, lo fue todo en su cofradía de Capuchinos, Medalla de Oro de la misma, y durante décadas -muchas décadas- alma mater de la corporación nazarena. Pero fue además un grande de la ciudad. Desde su sencillez y su categoría humana. Tan empático, tan ilustre de sentimientos, tan social, tan cordial…

Era habitual verlo, todos los martes, junto a su esposa Mercedes Gil Ibáñez, siempre inseparable el matrimonio, en las sesiones públicas de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras. En la institución cultural era muy apreciado. Hacía ya algún tiempo que se pulsaba su ausencia. Ya Paco no salía por las tardes noches. La salud estaba haciendo mella. Acaba de partir hacia la luz de su Cristo de la Defensión. Descanse en paz Francisco Cómez.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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