Don Ángel, sor Francisca, Paz, san Romualdo…



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Afa: En esta mañana -grácil y nunca desasistida- del 24 de diciembre de nuevo he optado por no desdecirme de cuanto sostuve antaño: esto es: en el mundo -en nuestro globalizado y robotizado mundo- existen dos clases de hombres: los que valen por lo que son y los que bullen impostando -al rebufo del afán de notoriedad- cuanto ni por asomo jamás serán. Ya Óscar Wilde escribió una aseveración conclusiva harto terrible: “Un hombre que aspira a ser algo separado de sí mismo siempre logra lo que se propone. Éste es su castigo. Quien codicia una máscara termina por vivir oculto detrás de ella”.
Fue el sacerdote José Luis Martín Descalzo quien afirmó que “la gente tiene un olfato magnífico” para distinguir a los ilustres de los impostores. A veces la Navidad constituye el alambre de Shiva propicio para el autoanálisis. El supremo éxito del ser humano es conquistar su distingo. ¡Aprovéchese esta enésima oportunidad!

Beta: Releo un librillo dedicado con caligrafía de trazos casi gimnásticos por su autor: el amigo y compañero Jorge de Arco. De casta le viene a este galgo de acento neorrealista. Qué gran Murciano -con mayúscula- nacido en Madrid. En ‘La casa que habitaste’ -Premio San Juan de la Cruz 2009- escribe: “Mi infancia tuvo almenas desde donde poder ver paraísos’. Precisamente sobre el moisés de la infancia -al bulle bulle del acento lírico de Rilke- se ha molturado el Pregón de la Navidad de San Fernando pronunciado -al calor y al candor de los suyos- por el periodista de Canal Sur Manolo Casal. Acto al que fui ex profeso invitado -las razones del porqué no vienen al caso- y cuya línea argumental pude disfrutar -en primera línea del patio de butacas del histórico Real Teatro de las Cortes- junto a la siempre empática Paz Santana. ¡Mi agradecimiento a Adelaida Bordés, Jerónimo Prieto, Juan M. García Cubillana, Juan Torrejón Chaves, José Carlos Fernández, José Enrique de Benito, María Elena Martínez, Fernando Belizón y Juan Antonio Lobato! ¡Gracias asimismo a la alcaldesa Patricia Cavada Montañés! En la Isla se gestiona la cultura con excelencias casi hagiográficas. Cosas de San Romualdo…

Gamma: Sor Francisca Castellano González, natural de Arcos de la Frontera, es una religiosa que desprende amor y generosidad a raudales. Hija de la Caridad y docente de sonrisa que atrapa y magnetiza. Ejemplarizante en sus acciones cristianas y en su talante y talento -antes y ahora- educativo. Jerez la disfruta durante décadas allá por las doradas lontananzas de Madre de Dios. Sor Francisca es cariño a espuertas y es pulmón evangélico y es optimismo a la quinta marcha. Podríamos entonar en su honor el verso de Gerardo Diego: “La alegría en el mundo, la celeste/ alegría en el aire, la alegría./ Nada hay que no anhele y no sonría,/ nada hay que no aventure y que no apueste”. En mi hogar sor Francisca es un ángel protector. Ejerce de madre, de madrina y de abuela. De custodia y de la consultora. Centenares de jerezanos -entre los que nos encontramos E. y yo- la quieren a rabiar. Ella fue siempre una estrella de Navidad que se hospedó en el seno interno de nuestra existencia. Con guirnaldas de ternura.

Delta: Hemos preparado una cena íntima a nuestro antojo. El salón de casa es una correlación, una constatación, de la felicidad que nos embarga. Sillas de comensales y una trona que eleva la plenitud de un bebé que ya comienza a abandonar la condición de tal. En las intenciones familiares estará presente el padre Ángel Iñiguez (setenta y cinco años de noble ejercicio como sacerdote marianista). Y su recentísima añoranza de aguas bautismales derramadas sobre una pila sevillana de ecos machadianos -Antonio y Manuel- y magnificencia de templo de San Juan de la Palma. Don Ángel anda pachucho. El tiempo impone su efecto rodillo. ¿Y el cielo? El cielo, como así rezara el título de la memorable película de Warren Beatty, el cielo… puede esperar.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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