Jerez: Porrúa, Morenés, Fernando y los Romero



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Alfa: Manolo Rodríguez Porrúa ha logrado un concordato de dificilísima aplicación en el coram populo y en el sotto voce del mundo de las cofradías: la manifestación de la unanimidad. No resulta necesario suscribir ahora ninguna dolosa explicación. Porrúa es la unanimidad del cariño que todos le profesan/profesamos. Desde el tiempo inmemorial de los puñetazos a la pelota de frontón sobre la pared verde del patio del colegio La Salle hasta las noches juveniles de El Guitarrón. Desde sus estaciones penitenciales en Hermandades como la Coronación, la Lanzada, las Llagas o Loreto hasta su cantes por Camarón barrio de San Pedro a través… cuando el índice vespertino ya asoma a los pliegues de la nostalgia. Quien no quiera de veras al Manolo de la patria chica de la calle Doctrina, le sucede –readaptándolo- como al hispalense en el verso que Rodríguez Buzón dedicara al Cisquero: en efecto: quien no sienta afecto por Porrúa no pudo nacer bajo cielo jerezano. Ahora anda pachucho este amigo con rostro de romano de misterio de la Coronación de Espinas, de cuyas trabajaderas formó parte además de su primera cuadrilla de hermanos. ¿Estoy en lo cierto, queridos Paco Hurtado y Juan Luis Jaén Pacheco?  Porrúa debe recobrar pronto la salud. Porque forma intrínseca parte de nuestro paisanaje cotidiano: el callejero y el inmaterial. Y ya extrañamos sus saludos de brazos abiertos en la aproximación de una distancia kilométrica que termina en beso y confesión.

Beta: Ha fallecido Fernando Morales Franco. Visitas ahora, en el instante post mortem, su blog siempre lustroso de color y pixelado, y un calambre digitalizado te recorre el costillar. Eppur si mouve. Y, sin embargo, se mueve. Se mueve el reloj de la cuenta atrás de su blog fotográfico. Galieo Galilei del siglo XXI. Paradoja dorsiana. Puro Valdés Leal a la hora nona de la funesta noticia. Conocí a Fernando a finales de la década de los ochenta. Época en la que -¡lo que va de ayer a hoy, dicho al estilo de Adolfo Marsillach- departíamos casi a diario. Siempre tan chistoso y tan ocurrente. Afilaba la vida con el sacapuntas del humor. Con su pronunciación a saltitos. Fernando ya no pateará la calle con la cámara fotográfica en ristre. Su pérdida queda ilustrada en la definitoria condolencia de Luis Cruz de Sola: “Siento una enorme tristeza”.

Gamma: Este martes día 3, a las 19.30 horas y en la sede social de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras, toma posesión como Académico Correspondiente el amigo y contertulio Felipe Morenés de Giles, marqués de Villarreal de Burriel. Que nadie falte –por fas o  por nefas- a la cita…

Delta: El pasado lunes 17 de febrero falleció José Romero Rodríguez a los 91 años de edad: hermano que fue de Ramón Romero y Antonio Romero, a la sazón instructor del expediente de Coronación Canónica de la Santísima Virgen del Valle, y hermano asimismo de Isabel Romero -a su vez esposa de Paco Martínez Sacrificio y madre del recordado y malogrado Sacrificio Martínez Romero (Sacri)-. La muerte, de nuevo, a la chita callando. La muerte, que jamás pende de un hilo. Consignamos este pésame en papel prensa para trasladárselo a su esposa Alfonsa de Cosa, a sus hijas Ana y Angustias Romero de Cosa, como también a sus yernos Félix y Carmelo, éste último cuadrillero recién nombrado del Santísimo Cristo de la Expiración. Igualmente a sus sobrinos José María del Valle (Pepe Sacrificio) y Ana Martínez Romero, Sebastián Romero Rodríguez -actualmente Consejero de la Unión de Hermandades- e Ildefonso Romero Rodríguez, Sebastián y Cornelia y Ramón y Silvia Romero López-Cepero. Todos ellos, igual que la totalidad de su familia, devotísimos del Santísimo Cristo de la Expiración y de la Santísima Virgen del Valle.





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