¿Somos amigos?

¿Dura la amistad la milésima de segundo de un suspiro o la voracidad templada de toda una existencia? ¿Somos amigos contradictorios, paradójicos, seres de lejanía o mentes talladas en la orfebrería de quienes hablan en plata? ¿Somos dos niños encerrados en la anatomía del paso adelante? ¿Somos dos cantores que, al relacionarnos, elegimos para las frondas de nuestro espíritu aquel supremo estribillo de la famosa sevillana: “Tiempo detente, que es tan grande el consuelo que mi alma siente, que duren mis anhelos eternamente”? ¿Somos dos trovadores de la realidad que sin embargo no presentan empachos para disgustarse –berrenchín interno toca- cuando hallamos muchas los gajos de las mamarrachadas y de las mediocridades y de las imbecilidades y de las contradicciones que contemplamos en muchísima gente que conocemos, en muchísimo capítulo de detectamos y en muchísima escoria que anda ensuciando el sentido poético, tierno, humanitario de este planeta de los vivos?


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¿Somos andarines forzados a sentar las posaderas para escribir el crisol de opiniones, de fotogramas, de las pamemas y las cadenas que circulan por la autopista sin pago de peaje de nuestra mente? ¿Somos testigos directos pero enervados, cabreados, del viento de levante del mundo por montera del relativismo que todo lo define por defecto? ¿Somos amigos en la praxis, en la sintaxis, en la indolencia, en la irreflexión, en la travesura, en la resquebrajadura, en el asíndeton, en la vacas flacas, en la brecha y en el asueto, en los titulares y en los subtítulos, los martes por la mañana y durante la madrugada de los sábados, a sotavento y a contracorriente, a babor y a estribor? ¿Somos amigos sin comodines ni orejeras, sin barreras glaciales, sin pantomimas ni edulcoraciones, sin recaídas ni retrocesos? ¿Somos amigos hasta los confines de la línea divisoria del horizonte?


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¿Somos amigos como un portal sin cerrojo, como una cerradura sin llave, como una puerta sin pestillo? ¿Somos amigos como un prismático de la vena aorta? ¿Somos amigos hasta el remoquete de las conminaciones y las bravatas del peso de los calendarios? ¿Somos amigos hasta el fondo de todas las cuestiones habidas y por haber? ¿Somos amigos hasta el tuétano de las dificultades? ¿Somos amigos por encima del criterio que sobre ti o sobre mí propale a troche y a moche cualquier veredicto de las lenguas viperinamente criticonas del chismorreo de la envidia parlante?


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¿Somos amigos a machamartillo, a lo grande, a las claras, a la pata llana, a la enésima potencia, a hierro y fuego, a gogó, a cara descubierta, a conciencia? ¿Somos amigos capaces de entoldar los temporales, de empolvar los contratiempos, de agrietar los malos humos? ¿Somos amigos capaces de anudar los cordelillos de la ilusión, de fortificar los baluartes de la motivación, de pertrechar de semicorcheas los pentagramas de la comprensión? ¿Somos amigos en la sabrosura de la canela fina o somos amigos a la remanguillé? ¿Somos amigos ciertos o somos amigos a la virulé? ¿Somos amigos de miel o somos amigos de cicuta?


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¿Somos amigos innegables o somos amigos que nos negamos? ¿Somos amigos así truene y ventee y rujan y bramen los intratables pescuezos del fondo de los abismos? ¿Somos amigos esporádicos, vertebradamente efímeros, con fechas de caducidad o somos amigos profesantes de una fe inquebrantable en el sacramento de los defectos y las virtudes del otro o la otra? ¿Somos amigos con pasaje a la infinitud de nuestro cariño o somos amigos presuntamente variables, cambiantes, mutantes, volubles y tornadizos a las primeras de cambio del cortocircuito de un roce, de un enfado, de una (siempre pamplinosa) contrariedad tan abisal como abismal, tan crispada como sobredimensionada? ¿Somos amigos melindrosos y quisquillosos o somos amigos mimosillos, risueños, radiantes?


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¿Somos amigos facultados para superar la tiranía de los factores externos, de las acechanzas del futuro, de los tornasoles de la monotonía? ¿Somos amigos de pacotilla, egoístas, barnizados de oquedad o somos amigos a más no poder, a base de bien, consustancialmente aliados a la amistad como el lema que concede mandamientos a nuestra razón de ser? Para mí tengo que somos amigos como decreta el sentido de nuestra conciencia. Como concreta nuestra insustituible manera de sentir.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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