Pepa y Pepe: ¡Adelante, compañeros!

Pepa y Pepe formaron un matrimonio televisivo dado al humor descacharrante, al autorretrato del esteriotipo familiar reinante entonces en España y a los diálogos entrecruzados de chispas conyugales. Un sustancioso planteamiento argumental. Verónica Forqué y Tito Valverde, exultantes, en una serie de televisión de mediados de los noventa. El envés del dramatismo, el revés de la tragedia casera: comandaba –ficción adentro- la vivacidad humorística como tratamiento terapéutico de los problemas cotidianos. Todos reconoceríamos a las primeras de cambio la vis cómica de Forqué (Verónica) y de Valverde (Tito). No acontecían sonoros sucesos. Ninguna contingencia alteraba el curso natural de la vida familiar (recuerden a las hijas Silvia Abascal y María Adánez). Pepa y Pepe abrían de par en par la cotidianidad de su hogar como quienes abren sin reparos el sésamo de la intimidad. Y los espectadores, los televidentes, los españolitos corrientes y molientes, sensibles a la captación de enfoques escénicos, agradecieron la propuesta con el correspondiente índice de audiencia. No menor índice de audiencia, de seguimiento, de cierta inesperada tensión inclusive, ha recolectado los recientes comicios de la Asociación de la Prensa de Jerez. Acudían a las urnas dos candidaturas encabezadas por Pepa y Pepe. Por Pepa Pacheco y por Pepe Contreras. Ambos compañeros y amigos. Ambos excelentes periodistas. Y ambos muy profesionales en lo suyo. El periodismo es una profesión vocacional que últimamente –por imperativos empresariales- ha comenzado a convertirse en vacacional. Consustancialmente vocacional y circunstancialmente vacacional. La vocación no exime su vacación forzosa. La crisis ha hecho estragos en la situación laboral de los periodistas. Ya no pisan la calle sino que están –de patitas- en la calle. La crisis económica también afecta a los medios de comunicación. De ahí que estas elecciones a presidente/a de la Asociación de la Prensa se revistieran de una trascendentalísima importancia. La gestión de una entidad que vele por los intereses del gremio ha de intensificarse durante los próximos cuatro años. Y estos comicios superaron todas las expectativas de participación. De un censo de ochenta y ocho miembros, únicamente diez faltaron a la cita. Concurrencia altísima. Ganaron sendos dos: Pepa Pacheco por alzarse con una clara victoria y Pepe Contreras por haberlo intentado. Tanto la una como el otro habían desplegado un programa eficiente de actividades y proyectos. Con respecto a las diferencias –de seguro reconciliables- sólo cabe la cura de los pelillos a la mar. Ahora el recuento se salda a favor de la totalidad. Ideas, enfoques y energías no faltan. El periodismo parte del rigor, de la credibilidad, del contraste y de la narración. Y, singularmente, del estilo. Las alacenas internas de la Asociación de la Prensa de Jerez –en cuanto a sus elecciones se refieren- ya han sido cerradas. A partir de mañana se abren los portalones del esfuerzo conjunto por la prosperidad de una profesión demasiado erosionada de unos meses a esta parte. Periodismo… ¿cuarto poder? Pues si podemos, ¡adelante, compañeros!

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