Antonio Mariscal Trujillo reunió a más de cien personas en la Escuela de Hostelería para homenajear a ‘Los hombres que hicieron Jerez’


Más de cien personas desafiaron durante la noche del pasado miércoles día 10 las inclemencias del tiempo –la lluvia arreció con fuerza por momentos- para así disfrutar con las enseñanzas que de seguro les depararía la anunciada conferencia de Antonio Mariscal Trujillo (a la sazón académico de San Dionisio y miembro del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, amén de autor de varios libros de inédita aportación histórica sobre temática netamente local). Y así sucedió en efecto (y al efecto). El título de la disertación –‘Los hombres que hicieron Jerez’- y la ilustración de la misma con un interesantísimo trabajo en formato PowerPoint sirvieron de adelantado acicate entre propios y extraños. De hecho el público mantuvo incansable la atención a lo largo de los casi sesenta minutos de tan conjunta y conjugada remembranza a la jerezana.

La convocatoria respondía a una nueva sesión del I Aulario de Historia coorganizado por el Grupo Romero Caballero (no en balde representa uno de los ciclos cuantitativamente más nutridos de su no menos amplia programación cultural) y el Centro de Estudios Históricos Jerezanos. Un ciclo que, dicho sea de pasada sin mayores ambages ni circunloquios, ha logrado concitar la curiosidad de jerezanos y no jerezanos a partir de unas veladas de veras pivotantes en torno a la identificación de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad cimentada sobre la génesis de su misma idiosincrasia. Este Aulario de Historia –al margen y al costadillo de su alto índice de asistencia- coadyuva a la comprensión de un pasado como síntesis y como análisis e inclusive como mímesis de la actualidad y de la virtualidad que conforma –¡y confirma!- el acervo histórico/artístico/antropológico/arquitectónico/religioso de unas gentes, de unas costumbres, de un devenir de conjunto y de una fundamentada propuesta de futuro.

Agradó -¡y de qué unánime manera!- el paseo de Antonio Mariscal por el nomenclátor insigne de un Jerez con fulgores de auténticas señas de identidad. El público congregado en la Escuela de Hostelería se extrapoló a unas épocas pigmentadas en color sepia de la mano del tren bodeguero de Domecq, de la salida de los trabajadores de las Bodegas Domecq en 1924, de Manuel M. González. O asimismo de las a continuación descritas pulsiones con nombres y apellidos: dícese Pedro N. González Soto, Pedro Nolasco González en la primera bicicleta que hubo en Jerez, Manuel María González Gordon, José Díez Imbrech, hermanos Díez y Pérez con su sobrina Josefina en 1930, Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, Pedro Domecq y su esposa con el rey Alfonso XIII en 1903, bodega ‘La Cámara’ preparada para el almuerzo que ofreció el Marqués de Misa el 26 de mayo de 1899 a los oficiales y jefes de la Flota francesa fondeada en Cádiz, Juan Vicente Vergara Lassaleta, ‘Los buenos catadores’ (óleo original de Teodoro Miciano), José Luis Torres o Alberto Durán Tejera.

La conferencia de Antonio Mariscal reunió además a académicos, historiadores, investigadores y periodistas en el salón de actos de la Escuela de Hostelería. Al final de la velada, y por gentileza de catering Las Vides, se ofreció un jerez de honor.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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