“El teatro es conflicto y pasión”
Una auténtica lección práctica de teatro en estado puro. Alberto Puyol Márquez, director de Teatro Estudio Jerez, rindió este pasado lunes en la Escuela de Hostelería un explícito homenaje al arte dramático. También, naturalmente, desde la vertiente del humor, la improvisación y la súbita capacidad de sorpresa. La programación cultural del Grupo Romero Caballero proponía una nueva sesión del ciclo ‘La cuarta pared’. En esta ocasión, y bajo el título temático de ‘lectura teatralizada’, las incógnitas estaban sembradas de antemano. Porque el público desconocía el matiz y el cariz del contenido del espectáculo que, gradualmente, fue creciendo encima de las tablas con un físico, con un andamiaje, con un utillaje de variedad, apelación al gag, infiltrados entre el público y una didáctica escénica que cundió –¡y de qué divertida manera!- entre el numerosísimo público concurrente. Más de 150 personas rodearon un escenario preparado ex profeso para una noche que ya comenzaba a definir la realidad a través del prisma –siempre veraz, siempre verosímil- del mundo de la interpretación. El público rió, atendió expectante y aplaudió enérgicamente. Alberto Puyol hizo de todo en las tablas. Y asimismo a ras de suelo porque incluso llegó a mezclarse con el auditorio para crear situaciones de impacto. No en balde puso a prueba a dos de sus alumnos creando –simpáticamente- situaciones inesperadas para la improvisación actoral. Una mitología sin duda práctica al cien por cien. El propio Alberto dejó dicho por activa y por pasiva que “el teatro es conflicto y pasión”. Esta aseveración quedó grabada –a cortinas abiertas y telón alzado- en una sala de conferencias abierta a la difusión y divulgación del arte teatral como máxima expresión de un lenguaje que no conoce fronteras.
Una auténtica lección práctica de teatro en estado puro. Alberto Puyol Márquez, director de Teatro Estudio Jerez, rindió este pasado lunes en la Escuela de Hostelería un explícito homenaje al arte dramático. También, naturalmente, desde la vertiente del humor, la improvisación y la súbita capacidad de sorpresa. La programación cultural del Grupo Romero Caballero proponía una nueva sesión del ciclo ‘La cuarta pared’. En esta ocasión, y bajo el título temático de ‘lectura teatralizada’, las incógnitas estaban sembradas de antemano. Porque el público desconocía el matiz y el cariz del contenido del espectáculo que, gradualmente, fue creciendo encima de las tablas con un físico, con un andamiaje, con un utillaje de variedad, apelación al gag, infiltrados entre el público y una didáctica escénica que cundió –¡y de qué divertida manera!- entre el numerosísimo público concurrente. Más de 150 personas rodearon un escenario preparado ex profeso para una noche que ya comenzaba a definir la realidad a través del prisma –siempre veraz, siempre verosímil- del mundo de la interpretación. El público rió, atendió expectante y aplaudió enérgicamente. Alberto Puyol hizo de todo en las tablas. Y asimismo a ras de suelo porque incluso llegó a mezclarse con el auditorio para crear situaciones de impacto. No en balde puso a prueba a dos de sus alumnos creando –simpáticamente- situaciones inesperadas para la improvisación actoral. Una mitología sin duda práctica al cien por cien. El propio Alberto dejó dicho por activa y por pasiva que “el teatro es conflicto y pasión”. Esta aseveración quedó grabada –a cortinas abiertas y telón alzado- en una sala de conferencias abierta a la difusión y divulgación del arte teatral como máxima expresión de un lenguaje que no conoce fronteras.
