Fernández Lira. In memoriam
Publicado en el periódico La Voz - Sección 'La Sacristía'
El repentino fallecimiento del profesor, dibujante, cartelista, escritor, fotógrafo y académico José Ramón Fernández Lira ha teñido de tristeza y súbita nostalgia a la práctica totalidad de la sociedad jerezana. A todos nos sorprendió la acechanza e incluso la maledicencia del infarto que aquietó los trazos de su arte. Crespones negros colgados en la cima de la remembranza del Colegio La Salle, de la Escuela de Artes y Oficios, de la Academia de San Dionisio, del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, de las Hermandades de la Borriquita y de la Sagrada Cena –en cuyas fundaciones intervino activamente-, de la Asociación de Belenistas, de… La Sacristía entorna hoy sus puertas a la realidad y las entreabre a la beneficencia de los recuerdos. Para rendir homenaje a la memoria de tan polifacético creador. De tan rotundo artista. Porque José Ramón, así como su estilo y su acento, era pura instantánea. Y ver su imagen significa rescatar en un amén el timbre de su conversación. Hora es de escuchar –como señalaba Antonio el Bueno- las viejas palabras que han de volver a sonar. Fernández Lira, qué duda cabe, fue un maestro en apretarnos las tuercas del sentido común.
El repentino fallecimiento del profesor, dibujante, cartelista, escritor, fotógrafo y académico José Ramón Fernández Lira ha teñido de tristeza y súbita nostalgia a la práctica totalidad de la sociedad jerezana. A todos nos sorprendió la acechanza e incluso la maledicencia del infarto que aquietó los trazos de su arte. Crespones negros colgados en la cima de la remembranza del Colegio La Salle, de la Escuela de Artes y Oficios, de la Academia de San Dionisio, del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, de las Hermandades de la Borriquita y de la Sagrada Cena –en cuyas fundaciones intervino activamente-, de la Asociación de Belenistas, de… La Sacristía entorna hoy sus puertas a la realidad y las entreabre a la beneficencia de los recuerdos. Para rendir homenaje a la memoria de tan polifacético creador. De tan rotundo artista. Porque José Ramón, así como su estilo y su acento, era pura instantánea. Y ver su imagen significa rescatar en un amén el timbre de su conversación. Hora es de escuchar –como señalaba Antonio el Bueno- las viejas palabras que han de volver a sonar. Fernández Lira, qué duda cabe, fue un maestro en apretarnos las tuercas del sentido común.
