No pudo ser

No pudo ser. Las amenazas de lluvias, la transparencia de los partes manejados por la Junta de Gobierno (desde primeras horas de la mañana y hasta apenas quince minutos antes de la hora prevista para la salida) y la prueba de la evidencia –el fortísimo aguacero que la Madrugada Santa descargó sin contemplaciones durante toda la noche- propiciaron la suspensión de la Estación de Penitencia. Sin embargo un dulce sabor de boca nos ha quedado en el paladar del sentimiento de los cofrades de las Cinco Llagas. La vivencia espiritual reinante en San Francisco, la intachable ejemplaridad del cuerpo de nazarenos, costaleros, monaguillos y acólitos, la intensificada presencia religiosa en el atrio de la iglesia –el entrañable diácono Pablo Gómez o la representación franciscana del director espiritual fray Sixto, además del fray Angulo o de José Manuel- unida a la organización, previsión y sincronización milimétrica de la labor desarrollada por la Dirección de Cofradía han suscitado un cúmulo de parabienes y felicitaciones recíprocas. Nos debemos congratular por ello. Principalmente –y de entrada- por la asistencia del noventa y ocho por ciento del cuerpo de nazarenos pese a la altísima probabilidad de suspensión de la salida procesional. De hecho únicamente faltaron dos hermanos (cifra común y equiparable a cualquier otra Madrugada). El aumento de número de nazarenos, el nulo trasiego -ni bullicio ni síntomas de nerviosismo- de hermanos por la Sacristía, la puntualidad y el silencio como norma común en todos cuantos integrarían la comitiva nazarena –y un largo etcétera que se verá detallado en la misiva de felicitación que actualmente redacta la Junta de Gobierno para su correspondiente envío a los hermanos- cuajaron una Madrugada fraterna, cercana, austera, espiritual y muy humana. Lo dicho: felicitémonos en el cumplimiento de nuestro espíritu cofradiero.
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(Del blog oficial de las Cinco Llagas http://cincollagasjerez.blogspot.com/)

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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