Es el verano una gota de sudor que se desparrama por la ciudad. Es el verano un collage de altísimas temperaturas y de cubiteras a mansalva. Es el verano un neumático que rueda en pos de la plata quieta de la espuma del mar. Aún así –o mientras tanto- Jerez sigue acogiendo diferentes reuniones. Gente junta Jerez intramuros. Por ejemplo: el activísimo grupo de voluntarios de la Parroquia de San Pedro han cerrado el curso. Y lo han hecho con una animadísima convivencia fraternal. Sus miembros, todos sus miembros, la práctica totalidad de sus miembros son merecedores de un bien ganado descanso. Realizan durante el año una labor de pro. Y de prez. Un trabajo –siempre desinteresado- con el que procuran cubrir las necesidades básicas de las setenta familias acogidas de la feligresía que cuentan con el puntual apoyo de las Hermandades de la Coronación y Loreto a través de las bolsas de caridad San Juan Bautista y Padre Anselmo Andrades respectivamente (así como de las aportaciones económicas extraídas de las colectas y bienhechores de la parroquia). De otro lado nos congratulamos del sonado éxito que el grupo jerezano Sonkalé sigue cosechando a lo largo y ancho de la provincia. A cada pisada de escenario, un éxito añadido. Recogemos hoy la reciente actuación –de nuevo respaldada por una ingente y muy entregada cantidad de público- que tuviera lugar en ‘La Luna’ (Zahara de los Atunes). Contaron los artistas jerezanos con dos espectadores de excepción: Kiko Narváez y Carlos Peña. Nos alegramos sobremanera del renombre que, poco a poco, paso a paso, estribillo a estribillo, está adquiriendo este conjunto tan de aquí y tan de ahora. ¡Enhorabuena!
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Publicado en el periódico ‘La Voz de Cádiz’ – Sección ‘La Sacristía’
