Fallece Antonio Gallardo Molina, pregonero de la Semana Santa de 1971 y pregonero del Cincuentenario de la Hermandad de las Cinco Llagas (curso cofrade 1989-1990)

Artículo de Andrés Cañadas Salguero



La Virgen del Valle no es hoy la ‘Flamenca del manto rojo’, sino la del ‘manto negro’. Una sombra de luto se extiende desde el Campillo hasta Santiago, pasando por todos los rincones de una ciudad que parece estar más oscura que otros días, porque desde muy temprano, el móvil ha vomitado noticias que no por esperadas duelen menos, que no por adelantadas hieren menos el alma de quienes hemos sentido el cuchillo amargo de la despedida.
Se ha muerto Antonio Gallardo. El maestro. El único. El de verdad. el que marcó esa estela que nos hizo grandes, como tan grandes fueron tantísimas cosas nacidas de su entraña. Se nos ha ido el primero que convirtió nuestro Pregón en lo que hoy es. El que tuvo el genio de empezarlo con la Resurrección de Cristo, para terminarlo con la salida de la Borriquita, que es la resurrección de los cofrades.
El que se fue a Madrid a enseñar a la ‘Paquera’ a cantar mediante mímica. El que conoció las verdades de la casa de ‘Lola’, y supo siempre que quien mandaba en ‘Lerele’ era ‘Pescailla’ y no los programas del corazón. Se nos ha ido uno de los gitanos con más gracia que ha dado el mundo. De los más inteligentes, geniales, exquisitos y buena persona..
Hace ya mucho tiempo que ‘estaba malito’. Cosas de la edad y del paso inexorable de los años. Por eso hace ya muchos años que no lo veíamos por el centro.. que no tomábamos café con él en el Bar Cristina.. que no disfrutábamos de sus historias y de sus ‘Daltonmanías’ geniales en Diario de Jerez.
Se fue. Esa es la cruda realidad.
Una realidad que hoy nos dicta que quizás Jerez no sepa la grandeza de quien se ha ido. El genio de quien se ha marchado. La onmipotencia artística de quien tanto nos regaló, y tan bueno.. Se fue, porque así lo dicta este destino que a todos nos alcanza tarde o temprano, a volver con los suyos, y a abrazar de nuevo a su padre Severo, aquel “.. Severo y Gallardo, que era el viudito de moda, de todas las que soñaban, con un vestido de boda..” No se puede escribir mejor. Y no se puede hacer además con más humildad y gracia.
Se nos ha ido.
Ahora, toca recordarlo siempre, junto a esa Soledad, que desde hoy está un poquito menos sola. Se fue Antonio. Gallardo. El maestro. El amigo. El Pregonero de Jerez.
Disfruta del Cielo, Antonio, que te lo has ganado.

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