La Asociación Sombrero de Ala Ancha Jerezano hizo entrega de sus Premios Sombreros de Oro 2013 en un acto presidido por el presidente de esta institución Álvaro Domecq Romero
Se trata de una de las convocatorias más genuinas y castizas de cuantas –en plétora de pura jerezanía- se condensan y se arraciman en la actual y siempre hodierna –vigente, flamante, moderna- Feria del Caballo de Jerez. La entrega de los Premios Sombreros de Oro ha consolidado en apenas cuatro ediciones toda la envergadura de su más primigenia significación. El sombrero de ala ancha jerezano –su valorización, su revalorización como elemento de nuestro patrimonio idiosincrásico- no responde a ninguna pretenciosidad fuera de género. Ni tampoco –ostensiblemente- al urgente zaherimiento que precisan determinadas tradiciones perdidas o difuminadas bajo la polvareda del paso de los años. Por mejor decir –y acaso muy al contrario- los Premios Sombreros de Oro –propugnados anualmente por la pujante Asociación Sombrero de Ala Ancha Jerezano- ratifican la simbología de un emblema de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad que además caracteriza su esencia y cauteriza cualquier posible equívoco a propósito de una arraigada costumbre tan definidora como ilustrativa (y que, por lo demás, indistintamente ejerce de simbología embajadora allende nuestras fronteras).
En un acto que contó con la colaboración de Bodegas GONZÁLEZ BYASS y MAV-Comunicación, la respuesta de público rebasó con creces las primeras expectativas, síntoma ineludible –dicho sea al sesgo- del interés y el arraigo que esta convocatoria ya arropa en su corto periplo de existencia. Representantes del sector empresarial, cultural, religioso, periodístico y, naturalmente, del gobierno municipal concurrieron en la caseta de González Byass. Los galardonados de esta cuarta edición fueron los hermanos Antonio y Eduardo Miura Martínez así como la firma vinatera Sánchez Romate. Fernando Romero Benítez ejerció de presentador de una ceremonia presidida por el máximo representante de la Asociación Sombrero de Ala Ancha Jerezano Álvaro Domecq Romero. El reconocido ganadero/bodeguero no escatimó en palabras de gratitud: pergeñó con honestidad unos exiguos y fragmentarios esbozos de la honra que supone mantener el uso del sombrero de ala ancha y, en este dilecto sentido, recalcó los enérgicos merecimientos logrados al efecto por las bodegas Sánchez Romate y la familia Miura Martínez.
Precisamente Antonio Miura comentó que “gracias, en efecto, a la fábrica de sombreros que nuestra familia abrió en Sevilla, y con el dinero que con este negocio ganamos, pudimos ahorrar lo suficiente para luego dedicarnos a la cría del toro bravo”. Remató la alocución su hermano Eduardo confesando que “me parece un enorme absurdo que, por mera comodidad, o por otra clase de cierto pudor, no se vean más sombreros de ala ancha en la calle”.
En su calidad de anfitrión, Mauricio González-Gordon subrayó cómo el sombrero de ala ancha “ha contribuido a identificar nuestros vinos y a venderlos por todo el mundo”, circunstancia que del mismo modo ocurre en el logotipo de la empresa bodeguera galardonada (y así se ratificó en la a su vez agradecida intervención de Luis Diez, director de ventas nacional de Sánchez Romate). El acto contó con una amplia representación municipal integrada por los concejales Javier Durá, Antonio Real y Francisco Cáliz.