Brillante ponencia del profesor José Ignacio Rufino
Rus en el ciclo ‘Economía y Sociedad’ de la Real Academia de San Dionisio de
Ciencias, Artes y Letras
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y
Letras celebró en la tarde del pasado martes una nueva sesión de su prestigioso
ciclo ‘Economía y Sociedad’ protagonizado en esta ocasión por el Profesor
Titular de Organización de Empresas de la Universidad de Sevilla José Ignacio
Rufino Rus, quien dictó la ponencia titulada ‘Un balance de la crisis: sombras
y algunas luces’. El ponente fue presentado por el Académico de Número,
coordinador del presente ciclo y Vicepresidente de Artes de esta Real Academia
de San Dionisio Juan Salido Freyre. Resaltamos a continuación algunos de los
subrayados de la ponencia del profesor José Ignacio Rufino:
Ø Es una crisis occidental y particularmente española. Hay
dos patologías concretas que se han hecho estructurales: las desigualdades en
cuanto a sus potencialidades en su desarrollo económico y, la segunda, la
brecha de desigualdades entre personas.
Ø Crisis significa cambio: no significa ni bueno ni malo.
Pero nosotros lo utilizamos en sentido negativo. Viene del griego. Si persiste,
crea un trauma. Es decir: aquel sistema, dícese el financiero, que si persiste
un tiempo, pongamos siete años, puede convertirse en otro sistema -que en este
caso repercute en el número de empleados-.
Ø Hay quien asegura que toda crisis viene de un periodo de
prosperidad. Y de esto sabemos de qué hablamos cuando tratamos de España. El
crecimiento luego se convierte en desaceleración y después, si persiste, en
crecimiento negativo. El crecimiento negativo se convierte por lo común en
regresión. Y la regresión sólo aspira al ave fénix.
Ø Hemos tenido una banca sobre/expuesta al ladrillo.
Ø Algunas características de nuestra crisis: la aparición
de una tecnocracia (que ha tenido un efecto negativo en la motivación del resto
de las personas). Y a esto hay que añadir una pérdida grande de ganancias. Yo
sumaría una oferta empresarial muy débil.
Ø El Gobierno ha conseguido que no seamos rescatados de una
expresa formal.
Ø Tenemos que remangarnos para que no contemplemos la
realidad de una generación perdida.
Ø Es normal las brechas, la disparidad, los incentivos,
pero es bueno para la economía una cierta cohesión. Las brechas amenazan al sistema
y esto responde a un hecho empírico.
Ø El hecho de enriquecerse es necesario para crecer
económicamente, igualmente las desigualdades es una perversión.
Ø Cuanto mayor es la desigualdad, la brecha de riqueza y de
renta, más expuesto se está a que la crisis se vuelva a reproducir y con más
virulencia.
Ø Los países más protegidos frente a la crisis son aquellos
que tienen menos desigualdad; es así de sencillo: la desigualdad no es en sí
misma un tema moral, sino un tema económico y que tiene serios efectos
económicos.