Francisco Fernández García-Figueras –“geómetra de palabras, aritmético de sílabas y rimas”- presentó el pasado martes su octavario pregonero jerezano ‘El corazón y la palabra’

Francisco Fernández García-Figueras –“geómetra de palabras, aritmético de sílabas y rimas”- presentó el pasado martes su octavario pregonero jerezano ‘El corazón y la palabra’ en un acto coorganizado por la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras, el Centro de Estudios Históricos Jerezanos y el Consejo Local de la Unión de Hermandades

Las alianzas institucionales –en puridad con fines taxativamente culturales- comportan una suprema dignidad. Al margen de su mayor o menor rentabilidad divulgadora. Que también. La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras, el Centro de Estudios Históricos Jerezanos y el Consejo Local de la Unión de Hermandades unificaron el pasado martes –fusionándolas en un único haz sin envés- sus respectivas idiosincrasias para desplegar las tres patas de un mismo trípode lírico-literario: la presentación del octavario pregonero jerezano ‘El corazón y la palabra’ de Francisco Fernández García Figueras. Kant nos dejó escrito que el fundamento último de la dignidad es el individualismo ético. Y es por esta razón por la que las tres instituciones organizadoras del acto que nos ocupa cedieron precisamente su dignidad corporativa y corporativista a la ética individual de un escritor, de un poeta, de un intelectual predestinado de nativitate a fundirse con todos los recodos de la Cultura Universal.
En el excelente prólogo de ‘El corazón y la palabra’ el también académico e investigador Francisco Antonio García Romero define –orillando la metáfora en la altamar de lo grecolatino- define a Francisco Fernández de la siguiente manera: “Un ciudadano de su pólis a carta cabal, implicado social y culturalmente en su ciudad; y así lo ha venido demostrando. Y es matemático: por etimología un amante del conocimiento en todos sus campos, como aquellos grandes bizantinos o los renacentistas capaces de hablar de omni re scibili, “de todo lo que se puede saber”, en el orgulloso lema de Pico della Mirandola. Y es poeta: inspirado por la divinidad, en la concepción platónica; geómetra de palabras, aritmético de sílabas y rimas; científico de sentimientos y emociones, que a menudo se convierten en médicos del alma”.
Un solo pensamiento del hombre –proclamaba San Juan de la Cruz- vale más que el universo entero. En ‘El corazón y la palabra’ coexiste alma y pensamiento. E incluso la cristalina subjetividad del autor –fruto de una jerezanía traslúcida de estética verbal- se imanta –a medida que leemos sus pregones- con la trascendencia (así “como un fuego con su aire”, según la bellísima metáfora de Juan Ramón Jiménez). Para sumergirnos de lleno en las páginas de esta coral obra de Francisco Fernández García-Figueras precisamos atender los versos que Gerardo Diego –el pianista de celeste metonimia- escribió en ‘El soneto de catorce años’: “Están abiertos los pulmones / para aspirar el aire puro”.
Presidieron la sesión –que tuvo lugar en los Claustros de Santo Domingo ante una nutridísima presencia de público- el presidente de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío, el presidente del Centro de Estudios Históricos Jerezanos –y representante de la editorial encargada de la publicación de la obra Peripecias Libros- Juan Félix Bellido Bello, el presidente del Consejo Local de la Unión de Hermandades de Jerez Pedro Pérez Rodríguez, el prologuista Francisco Antonio García Romero, además, naturalmente, del autor y Presidente de Honor de la Real Academia de San Dionisio e Insignia de Oro del Centro de Estudios Históricos Jerezanos Francisco Fernández García-Figueras. En representación del Ayuntamiento de la ciudad asistió el concejal delegado de Actividades Culturales Antonio Montero Suárez.
‘El corazón y la palabra’ comprende ocho pregones: el de la Semana Santa de Jerez de 1968, el pregón de las bodas de oro de la Coronación Canónica de la Virgen del Carmen (1975), el pregón de la Primavera en Jerez (1978), el pregón de la Hermandad de Nuestra Señora de las Victorias de Ayna (1984), el pregón de Jesús Nazareno (1986), el pregón al Santísimo Cristo de la Viga (1986), el pregón del Cincuentenario de la Hermandad de la Yedra (1988) y la I Evocación de las Siete Palabras de Cristo (1993). Fernández García-Figueras comenta que “los pregones que presento en este libro pertenecen, sin corrección alguna, al tiempo en que fueron pronunciados, momentos en los que tanto desde la esfera personal como desde las circunstancias que rodeaban a Jerez por aquellos días hay que tener en cuenta”.

Para Francisco Fernández “no sólo en Jerez sino en toda la provincia mi presencia en los atriles pregoneros, y donde la oratoria tuviese cabida, me han dado la oportunidad de poder realizar un trabajo que me apasiona, la ligazón de lo literario y lo histórico, dándome ocasión a conocer más profundamente las inquietudes populares de las ciudades de mi entorno (…) Nunca he pregonado lo que para mí fuese desconocido. Siempre ha existido una justificación determinante. Mi acercamiento vocacional a toda mi provincia, el interés por su vida y sus costumbres, por la historia local de sus pueblos, tiene por otra parte importante justificación por todas las enseñanzas que de ellos he recibido a lo largo de una dilatada vida profesional, donde el contacto humano me ha hecho sabedor de tantas cosas”.


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