No
puede ni de lejos haber fallecido Faustino Cabello… ¿Acaso no hemos asumido que
su inmortalidad ya habita por entero en la dermis de la memoria colectiva? Yo
fui un niño chico –muy chico- de los primeros años setenta que escuchaba la
moviola del soleado despertar a la vida en el Seat 600 de mi padre mientras la
banda sonora de ‘Los Romeros de la Puebla’ poetizaba como nadie ‘El embarque
del ganado’ y ‘Solano de las Marismas’… ‘Los Romeros de la Puebla’ pusieron,
ponen y pondrán voz al fruto desnudo de la nostalgia. ¡Qué bellísimo ritmo
musical de liturgia andaluza siempre aprendida y aprehendida!