RECORDATORIO
La
Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) ha organizado para el próximo
miércoles, día 30 de septiembre, un homenaje al poeta, dramaturgo, académico y
propagandista José María Pemán y Pemartín. Será en la sala Compañía, cedida expresamente
por el Ayuntamiento para un acto que comenzará a las ocho de la tarde. Está
prevista la intervención en el acto de su nieto Manuel Guerrero Pemán,
presidente del Consejo Asesor de Diario de Jerez; el catedrático de Historia
Moderna de la Universidad de Cádiz, Manuel Bustos; el director de ABC, Bieito
Rubido, y el escritor y periodista Antonio Burgos. En el acto, que estará
presidido por el máximo responsable de la ACdP, Carlos Romero Caramelo, el
poeta Antonio Murciano, vicepresidente de letras de la Academia San Dionisio,
leerá unos versos dedicados a Pemán, así como el secretario personal del
escritor, Antonio Llaves. Este homenaje a Pemán llega siete semanas
después de que se iniciara la polémica al aprobarse en pleno municipal la retirada
del busto de José María Pemán del Teatro Villamarta. La propuesta conjunta de
Ganemos e Izquierda Unida salió adelante con los votos a favor también del
PSOE. El PP votó en contra de la propuesta y Ciudadanos se abstuvo.
Sin
embargo, la ACdP quiere dejar claro que esta convocatoria no se trata de un
acto político, y que tan sólo pretende "reivindicar al insigne escritor
gaditano, que ha dado a conocer nuestra tierra al mundo entero". La
Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) es una agrupación española de
seglares católicos cuyo modo de perseguir el ideal religioso es la propagación
de la fe católica y el apostolado. Se autodefine como "una asociación de
laicos que por una parte, une la vida intelectual y de estudio con la vida de
piedad, orientándolas al servicio de la Iglesia, por la que se tiene un
profundo amor filial; y por otra, que prima la iniciativa privada de sus
asociados, con propia autonomía para la acción y determinación, dentro del
cauce marcado por sus Estatutos". La acción de la ACdP abarca toda
la vida social y pública. El propagandista antepone su compromiso cristiano y
su afán de testimonio evangélico -tanto en la vida privada y familiar, como en
la pública- a cualesquiera otras consideraciones e intereses, "adoptando actitudes
inequívocas en favor de la verdad y la justicia y en defensa del ser
humano".