El buen comunicador debe tener competencias comunicativas, es
decir, debe ser correcto en el uso del lenguaje y debe utilizarlo de forma
adecuada en cada situación comunicativa. “La ortografía es una marca personal”
ha expresado Manuela Catalá, jefa de estudios de la Facultad de Comunicación de
la Universidad San Jorge, en el taller “Porque no es lo mismo ‘Perdón,
imposible’ que ‘Perdón imposible’: la importancia de la ortotipografía en
comunicación” organizado por Dircom Aragón.
La lengua es un organismo vivo, y como tal, se actualiza
constantemente. Los profesionales de la comunicación deben conocer las últimas
novedades y utilizarlas en todas las situaciones. La aparición de nuevos entornos
comunicativos como las redes sociales están conduciendo a una incorrecta
utilización del lenguaje. Algunos pensadores como Tony Judt, se han mostrado
preocupados por el peligro de que canales de comunicación como Twitter se
conviertan en motores no de la “neolengua”, sino de la “no-lengua”. Otros
muchos, por el contrario, están convencidos de que la red potencia el texto, la
escritura y el resurgir de un interés por la corrección lingüística. "El
castellano en la red debe ser un buen castellano. La innovación va de la mano
del rigor” ha recalcado Catalá.
Las mismas normas que aplicamos a la hora de escribir un texto o
una carta deben ser utilizadas en los medios sociales. En este sentido, los
profesionales de la comunicación cumplen un papel fundamental ya que son los
referentes. No hay que olvidarse de que “desde el momento en que se escribe en
la red, las palabras cobran una dimensión global” ha concluido Manuela Catalá.