Williams, Carla, Cristina, Carmona... Columna semanal de Marco A. Velo en Diario de Jerez




Alfa: De nuevo es justo y necesario felicitar con hondura y con hechura aManuel Antonio Barea por su peso específico -por su prefectura tácita (a veces como un Aquiles frente a los muros de Troya)- en la coordinación de las Jornadas de Archivos Privados que días atrás -¡salva de aplausos!- hemos celebrado en nuestra Muy Noble y Muy Leal ciudad. Muy al contrario de cuanto anhelaba sacramentalmente la poetisa Danielle Sarréra, Manolo Barea no ha estado "ausente en el colmo de la ausencia". Sino omnipresente acá y acullá. Como un correcaminos dotado de la bienquerida ligamen de la ubicuidad. Toda gestión cultural precisa de una suerte de tumultuaria democracia convergente. En frontal evitación de resultados al tuntún. No caigo de bruces en ninguna corazonada cuando afirmo a pies juntillas que acaso la comisión organizadora ha de replantear y rediseñar un par de matices de cara a próximas ediciones. Peccata minuta o no tanto según se mire. No ha latido, en las piedras del Alcázar, furor o lucha de contrarios. Ni tampoco tretas del azar. Mi enhorabuena con olor a canela en rama. ¡Estrecha esos cinco, Manolo!
BetaCarla Terry Osborne pertenece a la sexta generación de tan noble estirpe. Es joven, profesional y empática. Dotada de la sacrosanta virtud de saberse innatamente risueña. La sonrisa no se imposta a pachas. Resultaría, amén de artificial y sobrevenida, de resonancia engolada. Carla es la antítesis de la mera impostación. La naturalidad -ese impagable hecho diferencial, ¿verdad que sí, amigo y compañero Eugenio Camacho López de Carrizosa?- contiene mucho de inteligencia emocional (don de gentes incluido). Carla -allá en pleno pulmón neurálgico de El Puerto de Santa María- enseña a pinrel la sede de la novísima Fundación Osborne. Un espacio cultural dotado del potencial de su misma arborescente creatividad. En un santiamén aprendimos y aprehendimos el sabor no siempre incoloro de la tradición del Sur. Una visita -¿alguien osa contradecirme?- de mucha altura. Tanta como los catorce metros del toro de España.
Gamma: José Antonio Carmona Otero llegó, vio y venció. Como un laureado Julio César en cinemascope del nobilísimo arte de la inmortalización gráfica. ¿Acto de mirar o arte de fotografiar? Carmona permanece incólume detrás de la prisa. Para a rapaterrón dejarla marchar en sazón y en tiempo récord. Y para apresar entonces el neorrealismo ignoto del instante. Así a mis ojos vista. La sala 'ArteaDiario' alberga el acto de presentación de una exposición absorbente y catártica de José Antonio. Lleno hasta la bandera. Saludamos a los dos Pepes Soto (Ríos y Rodríguez). Y a Genaro Benítez Gil, Benito Mendicutti, José López Mesa, Paquito Ramírez, Carlos Muñoz, Manuel Sánchez Quirós (Sanro), Pepe Arcas, Carmen Ruiz Lassaletta, José Valenzuela, Pepe Montaño… Cristina Medina García de Polavieja, eficaz y eficiente dircom de Williams & Humbert, brinda por la causa que nos une y reúne. Cristina ama y defiende a ultranza los parámetros poliédricos de la cultura. La gestiona con profuso conocimiento de causa en la casa bodeguera que representa. Williams viene desarrollando con tino y criterio selectivo una política de mecenazgo y asimismo de coorganización cultural digna de los más unánimes elogios. No se trata ahora de propugnar el baile del agua del oportunismo referencial. Sino de la balsámica consignación de una realidad patente y palpable. Mi compañero y amigoBernardo Palomo y un servidor ya hemos comentado pública y privadamente la prometedora labor en pro de la cultura que Williams cultiva de un no tampoco lejano tiempo a nuestros días presentes y crujientes. Me constan que no cesarán en el empeño. Una lectora de Alejo Carpentier, tal es la directora de Comunicación de Williams, ya indica la calidad de su concepción intelectual. Alejo Carpentier -acaso el escritor barroco más imaginativo y estilístico de todo el siglo XX- define sin remilgos a sus hoy escasísimos -rara avis- lectores. En Jerez al menos cuenta con tres impenitentes devotos de su magna obra literaria. Y uno de ellos responde al nombre de Cristina. ¿Algún más solvente garante de excelencia cultural?

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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