“El público jerezano captará en Villamarta una metáfora de nuestra trayectoria teatral”





La Zaranda exhibe este viernes su particular universo en 'Ahora todo es noche'

El teatro -como arte escénico- es creación de autor. Mensaje unipersonal o grupal. Funcionalidad intertextual. Descodificación de mensajes interpuestos por el sistema (enhebrado) de discursos dominantes y, en consecuencia, predominantes. El teatro también consigna claves de desahogo y de oxigenación social. Poesía en clave de desgarro. O linealidad de metáforas esclarecedoras. La compañía jerezana La Zaranda destaca sobremanera en el rasgo y en el rango interpretativo de un discurso siempre latente a flor de piel. Este próximo viernes suben de nuevo sus actores a las tablas del Teatro Villamarta. Recreando y adobando un universo forjado con la gubia de la palabra cualitativa. Y, de nuevo, una metáfora que enmarca la cuadratura del círculo. Una greguería con entonación de oratoria tan literaria como acusadamente psicológica. Una circunscripción fluyente a cuarenta años de carrera.

El argumento reincide en los azotes de la existencia. Tres mendigos buscan un lugar donde dormir, un cobijo para los temporales de la vida. Y advierten, dentro de su miseria, que es nefasto no saber dónde ir, pero que peor es no saber dónde se está. Ésta viene a ser la primera declaración de intenciones de una obra donde, de alguna manera, la historia de esos vagabundos es la autobiografía de La Zaranda 40 años después de su fundación. “Hemos intentado que el montaje sea una metáfora de nuestra trayectoria. Hay un poco de todo, aunque la intención es que fuera algo más desnudo porque con la edad obsesiona ir a lo esencial”, señala Eusebio Calonge, el autor de cabecera de la compañía. En cualquier caso, Calonge vuelve a asombrar con un texto lleno de verdad y poesía, con esas frases estremecedoras, llenas de hondura y entrelazadas con las típicas letanías casi absurdas de los personajes. Unos personajes que interpretan Paco de La Zaranda -que también hace las veces de director-, Gaspar Campuzano y Enrique Bustos. Consecuentemente, la excelencia actoral está servida.

Los perdedores -los desfavorecidos, los sin techo, los desplazados sin trampa ni cartón- hacen acopio de la prosa poética y de las letanías de quejidos que resuenan como latidos de impotencia. En este sentido, los personajes clásicos del teatro a los que les arrebataron sus reinos -Segismundo, Prometeo y el rey Lear- aparecen sobre el escenario convertidos en tres mendigos. “En nuestra profesión siempre bordeamos esas situaciones. Si desde fuera lo que se ve son muchos premios y el mundo del famoseo, lo que se oculta detrás es una precariedad absoluta”, señala Paco de La Zaranda.

Con el mazo dando, siempre. Al pie del cañón. En la investidura de la inestabilidad de todo ser humano. En esta parábola de la existencia -donde nadie está seguro y cualquiera puede acabar en la miseria- los intérpretes aseguran en escena que “en ganar no está la gloria, sino en morir batallando”. En otros momentos de 'Ahora todo es noche' los actores se quitan la 'máscara' y hablan con la voz de La Zaranda. Es aquí cuando confiesan al público las cosas que les han ocurrido en estos cuarenta años de trayectoria artística como compañía teatral. Además de la envidia, el desengaño, las heridas y las cicatrices, no falta el sarcasmo y la crítica feroz contra el poder. Signo de una cultura desbordante al fin y al cabo.

Los jerezanos no obstante podrán deleitarse con el sello característico de La Zaranda. Según el autor, la obra continúa siendo fiel al “compromiso poético insobornable” que caracteriza la estética teatral de La Zaranda. En este caso, buscando el objetivo de “nuevas formas de hablarle al alma de cada hombre”, añade el dramaturgo. Pese a lo pesimista del título, los miembros de esta compañía reivindican el valor del teatro en 'Ahora todo es noche'. “Dentro de la cueva de platón que es el mundo, nosotros mantenemos esa llama, ese espíritu de La Zaranda intacto”. Y ese atisbo de esperanza también aparece en sus trabajos porque “el espíritu humano es capaz de vencer todas las atrocidades y horrores a los que le somete el mundo”. Afán de superación para crecerse en la adversidad. La vida visible de las tempestades invisibles. Teatro en estado de gracia.



PROGRAMACIÓN CULTURAL

PROGRAMACIÓN CULTURAL