Una niña pintarrajeada

Gasta once primaveras y ya pintarrajea sus pómulos con las mentiras de las cremas de una falsa belleza. Alguien la está confundiendo. Alguien articula el acabose de la contra natura. Gasta once primaveras y parece un fantoche de mujer prematura. Se llama Sasha Bennington. Y quiere saltarse a la torera, como un meteoro de recortes de existencia, la prodigiosa inocencia de sentirse niña. No comprende que todavía ha de transmitir el candor de su edad, el encandilamiento de su piel tersa, la frescura de la infancia. Malgasta al mes casi cuatrocientos euros en maquillaje. En productos para retocar cuanto no precisa de retoque alguno. Se hizo con su primer set de uñas apenas cumplidos los ocho años. Y desde entonces ha consagrado toda ilusión al imperio de la cosmética. Una anciana que todavía no ha descubierto la adolescencia. No contaba aún nueve años y ya asistía frecuentemente a sesiones de rayos UVA, pedicura, postizos, etcétera. La madre, la imbécil de la madre, suelta un exabrupto que a todos nos deja tocados del ala derecha de las entendederas: “Todos los chicos son así ahora y, además, yo quiero verla famosa algún día. Porque ella lo será”. Esta señora compra sin empacho un Hipermercado entero de productos de belleza para su hija. No importa la cuantía de los gastos. Todo sea por la fama de su chiquilla, por el encumbramiento de su irrebatible estrellato. Cuentan que la niña demuestra una destreza impropia de su pubertad. Que sorprende cómo traza el lápiz de labios, cómo perfila las pestañas, como extiende los coloretes por toda su faz. Pero no crean que asistimos a una historia sólo susceptible de acantos extranjerizantes. Estas impugnaciones de la razón también acontecen en España. Y en Andalucía. Y en nuestra provincia de Cádiz. ¿Quién se revista de mayor culpabilidad: la madre –que fomenta y consiente y compra el rimel de esta locura- o la hija –que galantea su precocidad maquilladora delante del espejo? Partícipe usted, lector, en la respuesta y divúlguela sin recato a su alrededor.

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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