Función Principal de la Lanzada
No marramos en el intento. Y no nos cansamos de repetirlo hasta la saciedad. Hasta el hartazgo si me permiten la expresión. La Cuaresma reactiva los resortes ambientales de la ciudad. Hasta el Miércoles de Ceniza Jerez permanece punto menos que innominado. Calmoso. A partir del recordatorio de cuán efímeros es nuestra condición física (pues polvo somos y en polvo nos convertiremos) la gente, la muchedumbre, la multitud, las familias comienzan a unirse y a reunirse en idénticos lugares y en similares convocatorias. Es el pulso local que despierta al socaire del incienso. Actos religiosos por sociales y actos sociales por religiosos. Hoy publicamos la plasmación gráfica de una Solemnísima Función Principal de Instituto: la correspondiente a la Hermandad de la Lanzada. Corporación que estrena Junta de Oficiales y mantiene y conserva su estilo sobrio y señero de enfocar los cultos. Nuestra enhorabuena por ello. Y también por la conservación incólume del sentido y la significación de la familia cofrade. La Hermandad de la Lanzada guarda como oro en paño la trascendencia de la familia cofrade. Mismos apellidos de generación en generación. Y, si no, fíjense en las fotografías adjuntas: ahí están y ahí permanecen la familia Navarro, la familia Pérez-Rendón, la familia Iborra… ¿No son apellidos que inmediatamente nos remiten al pasado y al presente de esta corporación del Jueves Santo?
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1.- Antonio Iborra, nuevo Hermano Mayor de la Lanzada, acompañado por varios miembros de su Junta de Gobierno.
2.- La familia Iborra reunida en convivencia minutos después del término de la Solemne Función Principal de Instituto.
3.- La familia Navarro al completo integrada por ejemplares cofrades de esta no menos ejemplar cofradía del Jueves Santo.
4.- Hermanos de la Lanzada disfrutando de un agradable encuentro de fraternización en el día grande de la Función Principal.
5.- La familia Pérez-Rendón, tres generaciones de amor y devoción por unos mismos Sagrados Titulares.
