Las tres primeras jornadas de la Semana de Teatro del Grupo Romero Caballero aglutina a más de 1.000 espectadores en el Cortijo de Ducha
Al sonado éxito de ‘Mariana Pineda’ se sumaron el miércoles y ayer jueves sendas ovaciones del público para las obras ‘Música y danza en escena’ y la comedia de enredo ‘Julieta tiene un desliz’
Se vienen superando, con creces, las primigenias previsiones. La propuesta cultural veraniega del Grupo Romero Caballero en el Complejo de Ocio Cortijo de Ducha ha aglutinado, a tan sólo tres jornadas de la inauguración de la Semana del Teatro, a más de 1.000 personas en el improvisado coliseo montado ex profeso en el Salón Ducha. La cifra de mayor asistencia se registró ayer jueves cuando la comedia de enredo ‘Julieta tiene un desliz’ lograra aglutinar a casi 500 personas de aforo. Una cifra que, sumada a las 345 del espectáculo ‘Música y danza en escena’ y a las 232 de la jornada inaugural –‘Mariana Pineda’- resuelven un índice de asistencia muy por encima del inicialmente esperado. No cabe la menor duda que el fomento de las artes escénicas, el respaldo promocional a alumnos o artistas amateurs y la creación de nuevos públicos ya constituyen un resultado anticipado según las metas planteadas por el Grupo Romero Caballero al punto y hora de la organización de ambas semanas temáticas (léase la dedicada al género teatral y la propia de la música).
Así las cosas, y atendiendo escrupulosamente a un orden cronológico, constatemos de antemano el prodigioso virtuosismo de los aventajadísimos alumnos de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández. Sobre las puntas de los pies en calmosa quietud de danza siempre sostenida por los arcángeles de lo poéticamente verosímil o bien destilando un dominio irrefrenable según la potencialidad del piano, estas muchachas y estos muchachos parecen tallados por la gubia de la beldad artística. Y de la verdad desprovista de antónimos ni parónimos. La vocación se torna trascendencia y el aprendizaje enseguida adopta matices de sublime profesionalidad. Laureles con sonoridad de prolongadísimos aplausos.
Recaigamos en el escenario de ayer jueves. Las risas fueron denominador común de principio a fin. El público, entregado sin recreo a la situación de enredo de la obra ‘Julieta tiene un desliz’, no cesó de reír a mandíbula batiente. Teatro en estado puro. Compenetración del aforo con las tablas de la sinopsis. Transparencia de la cuarta pared. Y un cuadro actoral –el del Taller de Teatro Dioniso- que, insistimos hasta la saciedad, debe abandonar de inmediato su etiqueta de amateur. Ayer se metió al público en el bolsillo. Afinaron los intérpretes el diapasón del divertimento colectivo. Y transformaron el patio de butacas en un continuo muestrario de risas. ¿No rebusca el arte entre sus bártulos la titularidad del entretenimiento? Pues aquí hallamos un fidedigno ejemplo. Y apunten el nombre de Rubén Burgos. Este jovencísimo actor –a posteriori lo supimos- se estrenaba en el papel protagonista de Andrés. ¡Quién lo dijera! Posee una innata vis cómica muy a tener en cuenta. Su facilidad para “hacer reír demás” quedó evidenciada desde minuto uno de su aparición en escena. Chapó.
Adjuntamos fotografías de ambos espectáculos escénicos
Departamento de Comunicación Grupo Romero Caballero
Jerez de la Frontera, 01 julio 2011
Marco A. Velo
marcoantoniovelo@yahoo.es
www.romerocaballero.es
www.facebook.com/gruporomerocaballero
www.facebook.com/escuelahosteleriajerez
605944111
Al sonado éxito de ‘Mariana Pineda’ se sumaron el miércoles y ayer jueves sendas ovaciones del público para las obras ‘Música y danza en escena’ y la comedia de enredo ‘Julieta tiene un desliz’
Se vienen superando, con creces, las primigenias previsiones. La propuesta cultural veraniega del Grupo Romero Caballero en el Complejo de Ocio Cortijo de Ducha ha aglutinado, a tan sólo tres jornadas de la inauguración de la Semana del Teatro, a más de 1.000 personas en el improvisado coliseo montado ex profeso en el Salón Ducha. La cifra de mayor asistencia se registró ayer jueves cuando la comedia de enredo ‘Julieta tiene un desliz’ lograra aglutinar a casi 500 personas de aforo. Una cifra que, sumada a las 345 del espectáculo ‘Música y danza en escena’ y a las 232 de la jornada inaugural –‘Mariana Pineda’- resuelven un índice de asistencia muy por encima del inicialmente esperado. No cabe la menor duda que el fomento de las artes escénicas, el respaldo promocional a alumnos o artistas amateurs y la creación de nuevos públicos ya constituyen un resultado anticipado según las metas planteadas por el Grupo Romero Caballero al punto y hora de la organización de ambas semanas temáticas (léase la dedicada al género teatral y la propia de la música).
Así las cosas, y atendiendo escrupulosamente a un orden cronológico, constatemos de antemano el prodigioso virtuosismo de los aventajadísimos alumnos de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández. Sobre las puntas de los pies en calmosa quietud de danza siempre sostenida por los arcángeles de lo poéticamente verosímil o bien destilando un dominio irrefrenable según la potencialidad del piano, estas muchachas y estos muchachos parecen tallados por la gubia de la beldad artística. Y de la verdad desprovista de antónimos ni parónimos. La vocación se torna trascendencia y el aprendizaje enseguida adopta matices de sublime profesionalidad. Laureles con sonoridad de prolongadísimos aplausos.
Recaigamos en el escenario de ayer jueves. Las risas fueron denominador común de principio a fin. El público, entregado sin recreo a la situación de enredo de la obra ‘Julieta tiene un desliz’, no cesó de reír a mandíbula batiente. Teatro en estado puro. Compenetración del aforo con las tablas de la sinopsis. Transparencia de la cuarta pared. Y un cuadro actoral –el del Taller de Teatro Dioniso- que, insistimos hasta la saciedad, debe abandonar de inmediato su etiqueta de amateur. Ayer se metió al público en el bolsillo. Afinaron los intérpretes el diapasón del divertimento colectivo. Y transformaron el patio de butacas en un continuo muestrario de risas. ¿No rebusca el arte entre sus bártulos la titularidad del entretenimiento? Pues aquí hallamos un fidedigno ejemplo. Y apunten el nombre de Rubén Burgos. Este jovencísimo actor –a posteriori lo supimos- se estrenaba en el papel protagonista de Andrés. ¡Quién lo dijera! Posee una innata vis cómica muy a tener en cuenta. Su facilidad para “hacer reír demás” quedó evidenciada desde minuto uno de su aparición en escena. Chapó.
Adjuntamos fotografías de ambos espectáculos escénicos
Departamento de Comunicación Grupo Romero Caballero
Jerez de la Frontera, 01 julio 2011
Marco A. Velo
marcoantoniovelo@yahoo.es
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