El epílogo del verano cuenta con sus tradicionales engarces, con sus actos bisagras, con sus eslabones de transición. Existen actos que por sí mismos llevan implícitos el término de las vacaciones, la por lo común casi forzada despedida del tiempo de asueto, los prolegómenos de la puesta en marcha de un nuevo curso, de una nueva temporada, de una novísima vuelta a las andadas. La Sacristía de hoy jueves es una buena muestra de ello. Se trata de la primera acampada para niños organizada por la Asociación Recreativa El Bosque. Una entidad que activamente preside Luis García Paz. A modo de clausura de la temporada veraniega, y después de muchísimas e intensas actividades y convivencias desarrolladas durante los meses estivales, tocaba turno a la novedad de una acampada en la piscina. Originalidad al canto. Un encuentro de veras unificador para todos: padres y, sobre todo, niños. Los pequeños pasaron una noche inolvidable. La experiencia culminó, ya de mañana, con un delicioso desayuno de chocolate y churros. No podemos por menos que felicitar a los artífices de la iniciativa. La creatividad y la imaginación a menudo sobrevuelan al alcance de nuestras propias manos. Divertimento a raudales, fraternización, juego y sinceridad. Amistad, la más ferviente eclosión de amistad, en suma.
