Jerez estuvo, un año más, renovando su tradicional fidelidad devocional. Sábado de multitudes alrededor de la Patrona. La climatología colaboró sin aspavientos: los cofrades que mayoritariamente configuraron el cortejo no sufrieron los azotes del solano vespertino. Muchísimo público también poblando las aceras. Acreditación de una fe antigua. Detalles de buen gusto: la etiqueta imperante en los tramos y el chaqué para el capataz Martín Gómez Moreno y su equipo de trabajo. Todos presentes sin excepción alguna. El obispo de la Diócesis Asidonia-Jerez José Mazuelos, el Asistente Eclesiástico del Consejo de la Unión de Hermandades Juan Jacinto del Castillo Espinosa, la alcaldesa de la ciudad María José García-Pelayo acompañada de la práctica totalidad de su equipo de Gobierno –pudimos saludar en los prolegómenos de la procesión a Felisa Rosado, Antonio Saldaña, Javier Durá, Antonio Montero y Antonio Real-, la siempre entrañable representación de los padres mercedarios, el presidente del Consejo de Cofradías Manuel Muñoz Natera y sus consejeros –elegante como ninguna Ana María Salas de mantilla-, costaleros como Andrés Cañadas Salguero, Enrique Víctor de Mora Quirós o Pedro Pérez Rodríguez –candidato, junto al mencionado Muñoz Natera, a la presidencia del Consejo de Cofradías en las inminentes elecciones del próximo 19 de octubre-, los Hermanos Mayores de las corporaciones nazarenas jerezanas, cofrades en general… Jerez, entiéndase, en estado de gracia.
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Publicado en el periódico LA VOZ – Sección LA SACRISTÍA
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