“Los episodios desamortizadores del siglo XIX hicieron estragos en el orden archivístico del Convento de Santo Domingo de Jerez”
Continúa celebrándose con gran brillantez las III Jornadas de Archivos Privados. La jornada de ayer miércoles comenzó con una visita guiada que bien merece una más amplia constatación escrita: se visitaron diversas fortificaciones de la campiña jerezana. La visita central se ubicó en Torre Gigonza. La familia Pineda –cabe destacarlo- ha colaborado al efecto con suma deferencia y desprendimiento. Esta torre fortaleza se encuentra situada al sureste de Jerez, cerca de las primeras estribaciones occidentales de la cordillera Penibética. Junto con Tempul y Esparragal formaban las defensas más avanzadas del alfoz jerezano. En la actualidad pertenece al término de San José del Valle.
Como señala Juan Francisco Molina, de la Universidad de Sevilla, “se piensa que el lugar debió estar habitado desde muy antiguo10, creándose una pequeña población que desapareció tras la conquista cristiana. Su situación, en una zona de permanente conflicto entre castellanos y nazaríes, obligaría a la fortificación, hecho que ocurriría durante el siglo XIV. Se habla de una batalla en los alrededores de la torre en 1371, por lo que en dicha fecha ya estaría construida. Desde el año 1312 el lugar perteneció a Don Alonso de Guzmán, sucesor del célebre Guzmán el Bueno. A su muerte, en 1351, pasa a pertenecer al concejo de Jerez, periodo en el que debió ser construida la actual fortificación. En 1477 perteneció al Almirante de Castilla, don Alonso Enríquez, que la vende junto con la torre Lopera en 1492 a Don Rodrigo Ponce de León, duque de Arcos. Este hecho la vincula claramente a una torre del alfoz sevillano de evidente parecido formal y geométrico. La torre tiene planta casi cuadrada, de unos 11,60 metros de lado, y dos cuerpos de altura. A la entrada principal se accede por una pequeña escalinata con balaustrada (fig. 5). Sobre la puerta hay una estrecha ventana en arco de herradura. Al piso superior se accede a través de una angosta escalera. Esta planta se cubre con bóveda vaída de sillares y en sus paramentos hay ventanales. La fortaleza tiene una cerca con patio de armas a donde se accede por una puerta con arco de medio punto y rematada con un escudo nobiliario”.
Asimismo, en la cara interna, sobre el portón, hay otro escudo, posiblemente más antiguo, que tiene un león rampante y cuatro barras verticales que corresponde a la Casa de Arcos. La torre se encuentra rematada por un almenado retranqueado del perímetro que claramente no es medieval, debió añadirse en una época muy posterior. Estamos ante una torre con claro parecido al grupo de la campiña utrerana, formado por Lopera, el Águila, Aguzaderas...
La jornada de la tarde
La jornada de la tarde, ya en la Sala Compañía, comenzó con la ponencia ‘El fondo Vélez del Archivo General de la Fundación Casa de Medina Sidonia: orígenes, formación y desarrollo de un archivo nobiliario’, a cargo de Domingo Beltrán Corbalán, coordinador del Proyecto de digitalización del Archivo Ducal de Medina Sidonia. El Archivo Ducal de Medina Sidonia contiene entre sus fondos una importante documentación histórica sobre el antiguo marquesado de los Vélez. El proyecto de digitalización de esos fondos, todavía en sus inicios, permitirá a medio plazo a investigadores y especialistas seguir avanzando en la historia de una institución que fue de gran importancia para los reinos de Murcia y Granada.
“No es un secreto para investigadores y especialistas-comentó el ponente- que el Archivo Ducal de Medina Sidonia (ADMS) alberga unos ingentes fondos documentales inéditos en su mayor parte y de un valor científico enorme. Estos fondos atañen a grandes demarcaciones territoriales que en el Antiguo Régimen conformaban los señoríos de varias casas nobiliarias en la actualidad aglutinadas en torno al ducado de Medina Sidonia, entre ellas la casa de los Vélez. Sin embargo, a día de hoy, el ADMS es todavía un gran desconocido, al menos en lo que se refiere al contenido de la documentación del fondo Vélez allí conservada. Aunque hay investigadores relevantes que lo han visitado y que han trabajado en él, la mayoría de historiadores que estudian el marquesado de los Vélez no han tenido acceso a su documentación. Por varios motivos.
“La ubicación del archivo en el palacio de Sanlúcar –indicó- en 1962 permitió a la actual duquesa de Medina Sidonia y marquesa de los Vélez, doña Isabel Álvarez de Toledo y Maura, concentrar los fondos que hasta entonces se encontraban dispersos. A la muerte de su padre, don Joaquín Álvarez de Toledo y Caro, doña Isabel, como única hija y heredera, intentó reunir el archivo familiar, que se encontraba dividido entre un inmueble del Paseo de Recoletos, en Madrid, y un guardamuebles”.
El archivo del Real Convento de Santo Domingo
Javier E. Jiménez López de Eguileta dictó a continuación la ponencia ‘Archivo del Real Convento de Santo Domingo de Jerez de la Frontera: el documento de Alfonso X y el caso del falso diplomático’. Ciertamente los orígenes del Convento de Santo Domingo se remontan, según han demostrado Fernando López Vargas-Machuca, Manuel Romero Bejarano y en diferentes obras, a los momentos previos a la conquista definitiva de la ciudad en 1264. “Desde entonces –comentó Javier Jiménez-, los frailes predicadores fueron atesorando entre los muros de su monasterio los distintos documentos, pergaminos y escrituras en los cuales basaban sus privilegios, derechos y propiedades”.
“Lamentablemente, los episodios desamortizadores del siglo XIX hicieron estragos en el orden archivístico de la casa dominicana. Sin embargo, no todo se perdió. Los frailes tuvieron tiempo de salvar algunos tesoros documentales que hoy se siguen custodiando en el convento. Entre ellos se encuentra la carta plomada del rey Alfonso X el Sabio de 1267 concediendo a la Orden de Predicadores un campo y una huerta a la salida de la puerta de Sevilla para construir el monasterio”, añadió. De la historia del Archivo Conventual, de este mismo documento y de otro falso que se confeccionó en el siglo XV, con la intención de legitimarse los frailes en unas tierras que no tenían autenticadas, trató la conferencia que Javier E. Jiménez López de Eguileta ofreció anoche en la Sala Compañía.