De Jerez a Delibes, Cela, Guillén…. - Columna semanal de Marco A. Velo en Diario de Jerez




Los archivos privados de los escritores celebérrimos demuestran al bies que también subsiste un hombre de carne y hueso al margen y al costadillo de la firma literaria. Seres esdrújulos -¿cierto, don Fernando Sánchez?- que no necesariamente comparecen al modo de monumentos ambulantes ni de disímiles afiliados a la cofradía del parnaso sacrosanto. La Madre Literatura reconstruye altares devocionales a cada paso. Empero encima de cada peana figura un carácter -un corazón latiente, una intimidad a medias inextricable- que predetermina el destino privado y privativo del artista de la estilográfica. Del escultor de palabras. De los fabriqueros de la sintaxis. De los tallistas de la metáfora. De los esculpidores de la fonoestilística. ¿Del letraherido?

Apenas ningún lector empedernido posee alma de Garibay. Por el fluctuante derecho del libre albedrío. Así de concluyente. Leamos sin empacho a Francisco de Quevedo y a Estebanillo González. Quien rinde culto a un determinado autor enseguida corta  el nudo gordiano de la musicalidad que instrumentalizará el acorde de su pensamiento. La letra escrita es un acto de fe. ¿También una ceremonia entre emisor y receptor de inequívoco sabor religioso, Giovanni Papini? Un templo capaz de otorgar -nunca a beneficio de inventario- la superioridad cuasi litúrgica del espíritu sobre la materia. Altares, sí, incidimos en el simbolismo comparativo. Existen vicios y sambenitos testarudos. Defiendo a ultranza la idolatría y la mitomanía literaria sólo a efectos de estilo. De prosa y otra cosa, tal plumeaba vez tras vez César González Ruano. La fascinación por un autor conlleva el audaz y grandilocuente despliegue imaginativo del admirador en cuanto a la autobiografía inconfesa que sobrepasa las lindes de la propia obra. Los archivos privados toman la temperatura del temperamento, la coda del codo, el oxígeno del respiro de quien empuña el fotomatón del plumín.  Los archivos privados del escritor son el fotómetro de una complementariedad no siempre desgranada a la luz del celemín de las memorias más o menos autorizadas. El otro yo de una misma identidad. El espejo de cristal mate de un escritorio que nada disimula. El parágrafo reincidente del tú a tú. El alambre de Shiva. El trágala del silencio sepulcral  puertas adentro.

Pues bien: Jerez asistirá del 20 al 24 de marzo al análisis pluridimensional de los archivos privados de autores -entro otros preclaros- de la talla y nombradía de Miguel Delibes, Camilo José Cela, Jorge Guillén, José Manuel Caballero Bonald, Carlos Edmundo de Ory, Juan Ramón Jiménez… ¡Oído, cocina! ¿Quién da más? ¿Quién no apuesta a manos llenas doble contra sencillo a favor de este fastuoso caballo ganador? ¡A mí el croupier! Las VI Jornadas sobre Archivos Privados organizadas al alimón por la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras -chapeau para su comisario al efecto Andrés Luis Cañadas Machado-, Ayuntamiento de Jerez -un olé largo y sostenido para el artífice Manuel Antonio Barea Rodríguez-, Fundación González Byass y Asociación Amigos del Archivo han redondeado este año la cuadratura del círculo. Jornadas con envergadura de solícito congreso literario nacional. Ponentes de primerísimo nivel -consignemos en negritas tan sólo cuatro a modo de botón de ejemplo: Javier Ortega Álvarez (director de la Fundación Miguel Delibes), Marta Valsero (Fundación Jorge Guillén), María José Rucio (Biblioteca Nacional de España) o Lourdes Regueiro (Fundación Pública Gallega Camilo José Cela)-.

Entre la externalización de la ignota realidad de literatos -vestigios insoslayables- vertida en obras ensayísticas como ‘Las armas y las letras’ o ‘Los nietos del Cid’ de Andrés Trapiello y ‘Las palabras de la tribu’ o ‘Diccionario de Literatura. España 1941-1995’ de Francisco Umbral resurgen estas Jornadas de Archivos Privados con sede en el Alcázar de Jerez (Sala Salvador Díez). ¿Pero de veras usted, estimado lector, no aportará de inmediato los 20 o 25 euros de inscripción en esta impagable convocatoria cultural sin precedentes?

PROGRAMACIÓN CULTURAL

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