Genaro, uno de los venenciadores más estilosos y elegantes que ha dado la ciudad del vino, no cesa en su activo compromiso para con la sociedad menos favorecida. Hombre creyente hasta la médula, hecho a sí mismo, y dueño de una fuerza interior capaz de traspasar las más enconadas dificultades. Cuando emprende una causa benéfica, su talante decidido siempre marcha a pasos agigantados. No sabe decir nones a los favores que precise el prójimo. Ha intervenido en el ciclo ‘Diálogos en Bodegas Álvaro Domecq’, enmarcado en la programación cultural ‘Cultusema’, organizada por MAV-Comunicación (Agencia de Comunicación y Gestión Cultural). Reproducimos a continuación la conversación que mantuvo con José Manuel Anelo, gerente de Bodegas Álvaro Domecq, y Marco A. Velo, gerente de MAV-Comunicación y coordinador de la programación ‘Cultusema’.
- La iniciativa -loable iniciativa- de la edición y publicación de su libro ‘El sentir de un peregrino de a pie’ ha calado bien hondo en la esfera social de la ciudad. Congregar a más de doscientas personas en un acto de semejante índole no es tarea fácil ni tampoco moneda común. ¿Cree que la sociedad jerezana ha sabido interpretar el trasfondo solidario de su obra y por ende y por esta razón abarrotó la Bodega Los Apóstoles durante la tarde noche del acto de presentación de su libro?
- Creo que la sociedad jerezana, como cualquier otra sociedad de otra provincia o región, es sabia y sabe interpretar cualquier acto o acción según la veracidad y el objetivo que se marca el ponente y más si lo que se ofrece es motivo para el bien común.
- Mauricio González-Gordon, refiriéndose a usted, comentó con este entrevistador, minutos antes de comienzo del acto en González Byass, su espíritu decidido -sin marcha atrás, a piñón fijo- cuando de encarar una iniciativa sobre todo solidaria -cualquiera que fuese- se trata. Usted por otro lado aseveró que nada se debía a su propia persona sino a la generosidad de todos los colaboradores, a la fuerza de “las señales divinas” que convergen al efecto y, muy especialmente, a la intervención directa y sucesiva del sacerdote jesuita Pedro Guerrero González, ante cuyos restos mortales -en el Puerto de Santa María- usted se postra y medita y reza con estrecha periodicidad… ¿Qué puede decirnos a propósito de ello?
- El padre Pedro Gurrero González es el timón de mi barca desde tiempos atrás, fue el que me condujo al Camino (con mayúsculas), es al que me invoco cada mañana al levantarme y cada día, pidiéndole que interceda al Padre por mi, para con la ayuda y fuerza del Espíritu Santo, actúe en mis quehaceres de diario, con Él el yugo es suave y la carga ligera.
- Su capítulo de agradecimientos dimanó y emanó autenticidad de fondo…
- Cuando se sale a pedir, con el convencimiento que pides para las necesidades del prójimo y tienes la ventaja que siempre te acompaña la fuerza del Espíritu Santo, las personas se te ofrecen antes de tu llegues. Esto es de agradecer, en las gentes no hay remisión en estas causas, cuando la causa llegan al corazón.
- ¿Cree que la sociedad, los imperativos que marca el sistema tan deshumanizado que nos teledirige, la falta de valores cada vez más patente, contribuye al olvido de la máxima “dad de comer al hambriento, dad de beber al sediento”?
- Yo no puedo juzgar a la sociedad por la dinámica que marca el sistema, yo me tengo que juzgar a mí mismo si caigo en esa dinámica y no aporto a las necesidades olvidando esas obras de misericordias a las que te refieres.
- Háblenos de la exposición que, en los Claustros de Santo Domingo, permanece en los Claustros de Santo Domingo…
- Es una exposición compuesta de 40 cuadros acrílicos sobre tablas que muestran el camino del peregrino hacia Pentecostés, desde Sanlucar a la Aldea del Rocío. Es una muestra pictórica en la que se puede apreciar y sentir la grandeza de la Creación de Dios sobre la naturaleza.
- ¿Qué opinión le merecen las instalaciones de las bodegas Álvaro Domecq?
- Es una bodega que conocí hace años cuando la dirigía en propiedad Dña. Pilar Aranda, trabaje en ella durante algunos años conjuntamente con Don Miguel Flores (Director de Producción de González Byass), cuando íbamos a rectificar los vinos que se que se compraban para dicha bodega González Byass. Cuando me enteré que la compró don Álvaro Domeq, para mí fue muy gratificante, dándome mucha alegría sabiendo que quedaría en manos de un gran jerezano que le seguiría dando el trato y la importancia que requieren y merecen nuestros únicos y especiales vinos.
- ¿Qué desearía añadir?
- Como añadir, desearía que lejos de la extraordinaria presentación del libro por parte de Don Mauricio González-Gordon, y de la exposición en los Claustros de Santo Domingo, mi gran satisfacción sería saber que de la gran afluencia de personas que este año cruzan el río para adentrarse en las arenas del Coto, con una que sintiera lo que yo sentí en su día al pisarlas (la gracia de Dios y la fuerza del Espíritu Santo) me sentiría feliz y satisfecho.
