La nueva Carrera Oficial en 25 preguntas sin respuestas
El Consejo de Hermandades ha convocado in extremis para esta noche un Pleno de Hermanos Mayores
Redacción Mira Jerez.
La aprobación o reprobación del proyecto de nueva Carrera Oficial continúa suscitando enconadas controversias -además de un fortísimo malestar- tanto en el máximo órgano rector de las hermandades jerezanas (léanse Consejo Local o Directivo de la Unión de Hermandades y el conjunto de Hermanos Mayores) como en diferentes sectores y estamentos sociales de la ciudad. No puede achacarse cierto malditismo a esta iniciativa que tanto ha dado que hablar de un tiempo a esta parte, entre otras razones porque precisamente tanto los partidarios como los detractores -o los defensores a ultranza y la posturas contrarias (¡y contrariadas!)- esgrimen a su entender férreos criterios de peso que sin embargo no concilian ni de lejos ciertas aproximaciones de consenso. Ni siquiera se atisban posiciones indecisas o, en el peor de los casos, tibias. Las espadas, metafóricamente, están en alto. Y el triunfo no parece esgrimirse ni mucho menos de la votación resultante del Pleno de Hermanos Mayores paradójicamente convocado in extremis, y de carácter muy urgente, para la noche de hoy lunes en los Museos de la Atalaya. No se trata, en puridad, de una cuestión de inclinación numérica de la balanza sino, muy al contrario, de la popularidad o impopularidad, del contento o descontento de las mayorías sociales al margen de cuanto dictaminen unilateralmente los Hermanos Mayores (a no pocos de los cuales ni siquiera ha dado tiempo de consultar y convocar a sus Cabildos de Oficiales para dictaminar el parecer oficial de la Hermandad a la que representan. Y es que esta convocatoria urgentísima ha pillado a contramano a un número considerable de quienes empuñan la vara dorada de sus respectivas cofradías).
Con todo y con eso, podríamos afirmar sin temor al equívoco, que también en asuntos de Hermandades las prisas son malas consejeras. Y que la precipitación corre en contra de propuestas tan precisadas de reposo, de maceración, de contraste, de consulta y, mayormente, de una cierta política de consensos cuya repercusión dependerá más de la fuerza de la razón que de la razón de la fuerza (entiéndase ésta como una genérica sensación de cierta querencia de imposición a toda costa, caiga quien caiga y así crezcan las corrientes adversas provenientes de respetables estamentos no cofradieros pero sí autorizadas en según qué asunto. Y la Carrera Oficial traspasa por mucho la linde exclusivista y ordenancista de la potestad cofradiera. Muy particularmente si no se tiene en cuenta a cuantos jerezanos observan y siguen a las cofradías a pie de calle, a quienes ocupan palcos y sillas, a los comerciantes, a los empresarios del sector de la hostelería, etcétera, etcétera)…
Quizá el debe de la propuesta de esta nueva Carrera Oficial -aparcando sine die el papel unipersonal y protagónico que han pretendido arrogarse determinados ocasionales actores ahítos de autoafirmación y absurda vanagloria- recae en la cantidad -in crescendo- de flecos sueltos, de interrogantes abiertos, de preguntas sin respuestas -algunas de composición ortodoxamente kafkianas- que flotan en el aire de calle Curtidores o en el asfalto de la Alameda del Banco. Preguntas del todo objetivas cuya formulación no pretenden posicionarse a favor de ninguna de las partes. Son las siguientes:
1. ¿Por qué el proyecto de Carrera Oficial ha copado el epicentro de la gestión del actual Consejo de Hermandades cuando ni siquiera figuraba en el dossier del programa de su legislatura y ni tampoco jamás se mencionó ni sesgadamente durante la campaña electoral de los comicios a los que concurrían como candidatos a presidente tanto Dionisio Díaz como José Luis Sánchez?
2. ¿Por qué no toda la información de la paulatina gestión del mismo ha sido elevada por igual al conocimiento de los miembros del Consejo e incluso, con más vera y en aras de una mayor transparencia explicativa a quienes, como el cesado vicepresidente Miguel Perea, se postulaban potencialmente contrarios a dicha propuesta?
3. ¿Por qué el presidente Dionisio Díaz, atisbando la fractura interna y el posible rompimiento del equipo que presidía, no dejó macerar el proyecto, distrayendo el tiempo, para así otorgarle mayores plazos al mismo, aplacar la presión del contrarreloj, y de paso apaciguar los ánimos entre los consejeros enfrentados y de camino aplicar técnicas de inteligencia emocional para acercar posturas siempre reconciliables?
4. ¿Por qué el vicepresidente cesado aún no ha recibido a día de hoy la notificación oficial de su cese?
5. ¿Por qué si el presidente del Consejo ya significó la perdida de confianza en su vicepresidente como motivo principal de su cese -a través del mensaje de whatsapp cursado a los Hermanos Mayores- ahora figura de nuevo las explicaciones de dicho cese en el orden del día del Pleno de Hermanos Mayores convocado para esta misma noche?
6. ¿Por qué, en idéntica lid, el vicepresidente cesado, Miguel Perea, no exige a los órganos competentes -comenzando por el presidente del Consejo- la recepción en tiempo y forma por escrito del mencionado cese?
7. ¿Es lícito extenderse en consideraciones sobre los motivos de un cese en un Pleno de Hermanos Mayores en el que el cesado no está presente?
8. ¿Por qué no se han hecho público los motivos de la dimisión de la tesorera del Consejo Rosario Perea?
9. ¿Por qué en el desmentido que emitió el Consejo de la Unión de Hermandades, a través de su presidente en el mes de julio, se aludía al estudio de varias propuestas de Carrera Oficial para, a la postre, no referirse jamás en los sucesivo a ningunas otras? ¿Las hubo en algún momento?
10. Si la nueva Carrera Oficial responde a cuestiones de seguridad, ¿por qué el consejero sr. Pina manifestó textualmente en el programa ‘Sol y Pasión’ de 8TV que “esta nueva Carrera Oficial es igual de insegura y de segura que la actual Carrera Oficial”?
11. ¿Por qué no se ha hecho un sondeo consultivo entre los usuarios de palcos y sillas de las zonas de Aladro y Cristina y primeros tramos de calle Larga y así sostener todas las opiniones de lo agentes actuantes de la puesta en escena del aforo de la Carrera Oficial?
12. Si en la actualidad han cambiado radicalmente los conceptos de seguridad, de espacios más amplios a favor de calles estrechas y zonas reducidas, ¿por qué en Sevilla se contempla la urgente necesidad, también por razones de seguridad, de suprimir la estrecha calle Sierpes de la Carrera Oficial?
13. Si calles como Tornería, Eguilaz o la misma Plaza del Banco estarán acotadas al acceso del público no usuario de palcos y sillas, ¿qué sucederá con los acompañamientos de los pasos? ¿Quedarán excluidos de sus promesas en el itinerario de la Carrera Oficial? En caso contrario, ¿quién evitará entonces la picaresca de incorporaciones intrusivas en los acompañamientos tan sólo para colarse de rondón en dichas zonas prohibidas? ¿Quién pone puertas a este campo?
14. ¿Por qué el Consejo Local de la Unión de Hermandades no ha convocado una rueda de prensa para aclarar dudas sobre este proyecto antes de su elevación al Pleno de Hermanos Mayores?
15. A un Hermano Mayor, por el hecho de haber sido elegido soberanamente máximo representante de su Hermandad, ¿se le presume conocimientos técnicos suficientes para dirimir proyectos tan peliagudos como el plácet o no a una nueva Carrera Oficial en toda su entera dimensión?
16. ¿Por qué se ha convocado in extremis, y con naturaleza urgente, este Pleno de Hermanos Mayores cuando a tenor de la normativa se explicita la necesidad de un tema “gravísimo”? ¿No podía haberse convocado más adelante?
17. ¿Por qué el Consejo, consciente de las voces en contra, no presenta un Plan B en el Pleno de esta noche? ¿Acaso teme que una segunda opción tumbe a la única presentada?
18. ¿Por qué ese hermetismo en referencia al gasto que va a suponer adaptar tan alto número de palcos?
19. ¿Por qué no se habla de la seguridad en Plaza Rivero, que duplicará el público de la Alameda del Banco?
20. ¿Por qué esa apariencia de silencio extendido en la mayor parte de los Hermanos Mayores sobre este particular?
21. ¿Por qué el obispado no se pronuncia al respecto de un cese de nada menos que un vicepresidente nombrado por la Autoridad Eclesiástica y no por el presidente del Consejo, que tan sólo propone?
22. ¿Es plausible un proyecto de Carrera Oficial que públicamente ponga en la picota, ante sectores no cofrades o directamente enemigos de las cofradías, al mundo de las Hermandades en un espectáculo dantesco de enfrentamientos y chuscas disputas?
23. Si para este cambio de Carrera Oficial se supervisaron las propuestas presentadas al anterior Consejo por todas las Hermandades, ¿por qué se opta solamente por la presentada por el Cristo de la Expiración?
24. Si el principal problema partía del Jueves Santo, ¿por qué no se ha obrado como en Sevilla donde, ante una problemática del Martes Santo, se ha dado solución a esta jornada sin tener que tocar el resto de la Semana Santa?
25. Si la Semana Sata es una manifestación pública de Fe que realizan las cofradías mediante un acto de culto público, ¿cómo se privatiza una importante parte de algo que es fundamentalmente público?