Dejad que los niños se acerquen…
De cómo la Hermandad de la Estrella supo armonizar en su comitiva del pasado lunes la presencia de una ejemplar chavalería
MAV – MIRA
Que la Hermandad de la Estrella es una corporación que cuida al dedillo los detalles se da por archisabido. Que la Hermandad de la Estrella labora -en régimen interno- con conocimiento de causa es afirmación de Perogrullo. Que la Hermandad de la Estrella fundamenta todo cuanto organiza y todo cuanto convoca es aseveración reiterativa. Sus hermanos, sus dirigentes, los miembros de su Cabildo de Oficiales saben a ciencia cierta que una gran institución se edifica, se construye, se reconstruye, se consolida a base de pequeños matices. No pequeñez en sentido minimalista sino en la trayectoria de la significación que comporta todo simbolismo y todo preciosismo del modus operandi de las cofradías.
Durante el desarrollo del Vía-Crucis del pasado lunes, primer lunes de Cuaresma a la sazón, de nuevo se puso de manifiesto la esciente conjunción y conjugación de parámetros que enriquecen el valor en alza -siempre en alza – de la acción y la incardinación social de las Hermandades en el devenir diario de la ciudad. Al margen de las jornadas jubilosas de Semana Santa. Y es que la popularmente conocida como la Hermandad de la Borriquita supo armonizar en su cortejo -cortejo extraordinario, cortejo histórico- la madura veteranía de los hermanos antiguos con el buen -y ejemplar a cada paso- comportamiento de muchísimos niños con medalla de la corporación al cuello y luz para el Señor en el cirio asido a sus manos.
Rezando de continuo la chavalería. Jamás perdería seriedad ni severidad la comitiva por la inclusión de tantísimos niños. Nones. Muy al contrario: la dotó de frescura evangélica y del continuum de la herencia que ahora encuentra futuro a medio y largo plazo. Y así también omnipresente la sugerencia de Jesús. “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos”. Sí, cofrades, dejad que los niños se acerquen a Jesús. Y dejad que se acerquen a Jesús a través de las cofradías. Como así, sabiamente, la Hermandad de Cristo Rey el pasado lunes en un acto para la Historia, para el recuerdo, para la eternidad.