Los desaprovechados



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez


¿Qué diantres subyace soterradamente bajo las ínfulas del a veces autocomplaciente mundo de las hermandades para que –como un velocípedo del calendario- prejubilemos a cofrades válidos y harto necesarios a tenor de los astrosos tiempos que corren? Cristianos a capite at calcem, de la cabeza a los pies, experimentados y nunca expedientados, diáfanos como la tersura de Cristo Rey, estos maduros en la Fe –ahora bajo el sombrajo del apartamiento- parecen abruptamente relegados a los cuarteles de invierno. A una retirada anticipada. A un finiquito forzoso o forzado. A una despedida nunca a la francesa.

¿A qué ton la retirada anticipada de hermanos que apenas orillan la edad de sesenta años o incluso algunos menos cuando a decir verdad alcanzan ahora el cénit de su máximo apogeo léase directivo, dirigente, presidencial? Y no cercenen el aserto antes que después. No maten a bocajarro al mensajero. En la duda, abstente. Pues la madurez también constituye -¿verdad Lisis de Tarento?- una de las más ecuánimes filosofías del alma… A su vez indicó Ralph W. Emerson que precisamente también  la madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo.

Cofrade desperdiciado. Cofrade malgastado. Cofrade al margen. Cofrade fuera de plano. ¿A santo de qué? No aludo –ardería Troya y se armaría la de mazagatos- a ningún anacrónico trasnochado cuya hacendosa jubilación concuerda con los tiempos presentes. No. Me refiero a los capacitados en edad de pleno ejercicio. A todos aquellos que ensombrecerían las ansias de encaramarse al autobombo sin chicha ni limoná de los bautizados por Manuel García como bolizas por metro cuadrado. Epidérmico tino el de Manolo en la elección del vocablo. Subsiste demasiado desaprovechado intramuros nuestras hermandades y cofradías. ¿Huidos o expulsados del sistema relativista -por lo menudo gratuito e insultante- que la dogmática de cartón piedra de las redes sociales vociferan a distancia en una cobarde jurisprudencia ex cátedra de minutos de gloria y mamarrachadas sin ton ni son?

Edad y experiencia deviene en soberanía de barones. In aeterno. La cámara de los escientes. Esa vía Augusta de la veteranía. Me apena, incido, la prejubilación –la inutilización en suma- de los válidos retirados a las trincheras de una pronta remembranza. ¿Ha cambiado –para bien o para mal- la masa social que lleva la voz cantante, la batuta, la flauta de Amelín de las cofradías de Jerez? ¿El soniquete mediático? ¿Vale más una alcachofa –vulgo micrófono- que el servicio diario por la hermandad de tus amores y por el hueco –sagrado espacio- ganado a pulso por los prejubilados demasiado a la ligera?

No quiero pecar por exceso de una sevillanización como modelo marco. Pero en los Cabildos de Oficiales de las cofradías de Sevilla la media de edad es bastante alta. Y la mezcolanza juventud-veteranía sigue y prosigue un proceso natural de relevo generacional. Para mí tengo que Jerez sufre de una desbandada de gente de bien de dorada edad. ¿En qué medida influye que cualquier decisión errada como dirigente los coloque en la punta de la picota del insulto pueril, de la descalificación sobredimensionada, del toma y daca del escarnio en la red de redes cuando, al margen de cofrades, son señores de pulcra imagen pública, respetables trabajadores de su empresa, honrados padres de familia y católicos afines a los dogmas de la Santa Madre Iglesia? Hete aquí un pespunte para la reflexión. ¿Se retiran los válidos -con uve- de nuestras Hermandades por culpa de los balidos -con be- que también son okupas intrusos de las mismas?

PROGRAMACIÓN CULTURAL

PROGRAMACIÓN CULTURAL