Llagas, Nazareno y el acuerdo plenario


Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

De entrada, una fortísima ovación para todas las Hermandades que configuran la Semana Santa de Jerez -todas sin excepción alguna- porque, como obras de Dios que son, merecen el máximo respeto y alabanza ante la pequeñez y la insignificancia de nuestra ínfima estatura humana. Una Hermandad – todos los hermanos que pertenecieron y pertenecen y pertenecerán a la misma, los devotos que rociaron de plegarias la unción de las Sagradas Imágenes, los milagros no descifrados durante décadas, la Fe cimentada a golpe de llantos y de súplicas y de comisuras que sonríen a las plantas del Señor de los amores de tantísima gente que ya no late entre nosotros y de tantísima marea humana que los siglos continuarán atrayendo hacia las hechuras de cada cofradía, todas tan diferentes en lo puramente visible pero tan divinas en lo esencialmente invisible-, una Hermandad , sí, entraña una magnitud ante la que sólo debemos admirarnos los que nos consideramos cofrades por la gracia de Dios. ¿Quién es nadie para arremeter contra la grandeza y la trascendencia de estas instituciones penitenciales, tan dimanadas de las señales del cielo, tan cubiertas de suspiros con nombres propios, tan engarzadas en el eslabón de lo secreto? ¿Cómo puede asegurarse que una cofradía de Jerez, o varias, por no sé qué infundado dislate de referencia estética, “no llega al corazón”? ¿Quién es nadie para sustanciar qué Hermandad, qué Sagradas Imágenes, llegan al corazón de cada persona? ¿Hemos perdido el juicio?

Enumero con frases cortas en evitación de las dobles lecturas. Lean con los ojos bien abiertos lo siguiente: la Hermandad de las Cinco Llagas no quiere quitar la banda de la Cruz de Guía del Nazareno. Jamás fue su intención. Se ha repetido hasta la saciedad. Existen titulares periodísticos proyectados con no sé qué intención de confundir a la opinión pública. ¿Para echar carnaza al fuego de  lo inexacto? Las Llagas no quiere “cargarse” la banda del Nazareno. Esto es rotundamente falso. No quiere que desaparezca. Ni siquiera se muestra indiferente ante esta posibilidad. Tan es así que no ha llevado este tenor a votación  -no lo lleva- a Pleno Extraordinario de Hermanos Mayores. Las Llagas no va a permitir esta intromisión en la idiosincrasia que pertenece genuinamente a cada corporación penitencial. ¿Quién es las Cinco Llagas para ejercer ningún intrusismo decisorio sobre las formas estéticas y la disposición o el diseño procesional de la Hermandad hermana de Jesús Nazareno? Jamás de los jamases. Pero igualmente al contrario, ¿verdad que sí?
                
Las Llagas lo que exige -está en su derecho- es que se cumpla el acuerdo plenario vigente aprobado en Pleno de Hermanos Mayores y que actualmente – de ya bastante tiempo a esta parte- se viene aplicando a todas las cofradías de Jerez excepto para con esta institución cofradiera de blancos nazarenos. ¿Pero es posible conjugar ambas naturalezas: que las Llagas no sea una excepción en la normativa vigente de obligado cumplimiento -y que su paso de palio procesione en silencio- y asimismo que Jesús Nazareno lleve su banda delante de la Cruz de Guía? Por supuesto que sí. Y a sabiendas de esta posibilidad, las Llagas inicia los trámites archisabidos a partir de la muy injusta situación de absoluto desamparo en la que se encuentra inmersa tras la inoperancia del Consejo de Hermandades, órgano que no estudia ninguna alternativa dable -incluso rechaza alguna ofrecida por la propia Hermandad de las Llagas- para que el acuerdo en vigor se cumpla sin perjuicio de ninguna de las partes. Además el incumplimiento de este acuerdo plenario no acarrea sólo un conflicto entre dos cofradías, como es el caso que nos ocupa, sino que abre la posibilidad de otros similares de cara al futuro más o menos inmediato de nuestra simpar Semana Mayor. Los acuerdos plenarios están para cumplirlos. Pero no con todas las Hermandades excepto con una, que además se ve perjudicada. No hay problema que no pueda solucionarse en beneficio de todos. Las cofradías así lo merecen. Sin titubeos, sin ocultismos. Sin vacilaciones. ¿Rivalidad? Nunca. ¿Entendimiento? Siempre.

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