El director general de Dircom, José Fernández-Álava, presenta el Anuario de la Comunicación 2019 en Canarias


Los asistentes a la presentación del anuario 2019 en el Colegio Oficial de Médicos de Las PalmasLos asistentes a la presentación del anuario 2019 en el Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas
Dircom ha celebrado en El Colegio de Médicos de Las Palmas y en la CEOE de Tenerife, la presentación del Anuario de la Comunicación 2019. La inauguración de la jornada ha estado a cargo de Carlos Salazar, presidente de la junta directiva de Dircom Canarias.
Por una parte, José Fernández-Álava de la Vega, director general de Dircom, ha presentado las cinco tendencias que se recogen en la 23ª edición de la publicación de referencia para los comunicadores. Los temas que marcarán el futuro de la comunicación son Ética y Verdad, Blockchain y Comunicación, Comunicación y Personas, Marcas con Propósito y Medición. Además, el Anuario de la Comunicación 2019 incluye una tendencia marco que señala las once capacidades globales que debe tener un dircom.
Foto-Presentacion-Anuario-en-Tenerife-WebFoto de familia de los asistentes a la presentación del Anuario de la Comunicación 2019 en Tenerife
La jornada ha transcurrido, además, con la intervención de una ponencia y un coloquio. Sobre comunicación y personas ha tratado la intervención de Isabel Hidalgo Casaus, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Fundación Másfamilia, quien ha dado las claves de cómo transformar las organizaciones a través de las personas.
Posteriormente, se ha organizado un coloquio junto a Juan Manuel Soto y Luis Durango, ambos vocales de la junta directiva de Dircom Canarias. Se han tratado temas sobre el desarrollo de capacidades de los directivos de Comunicación y herramientas de inclusión, donde se ha destacado que, en cualquier profesión, y la de la comunicación no puede ser una excepción, es fundamental poner en práctica los canales y vías necesarias para que las personas que tengan alguna discapacidad puedan llevar a cabo su desarrollo profesional al igual que lo pueden hacer las personas que no la tienen.
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100% networking para intensificar el verano 2019


El Welcome Summer se ha consolidado como el encuentro estival para los socios de Dircom Catalunya y sus equipos. Un centenar de personas se han reunido en la fantástica terraza de la Antiga Fàbrica Estrella Damm para despedir la temporada y dar la bienvenida al verano en compañía de los colegas de profesión.
Fede Segarra, vicepresidente de Dircom, ha sido el encargado de recibir a los invitados y en sus palabras de bienvenida ha puesto de de relieve como objetivo para la delegación ofrecer "los mejores servicios, por eso os pedimos que nos hagáis llegar todas las sugerencias y las propuestas que consideréis".
"Actualmente la Asociación en Catalunya cuenta con 189 socios, pero más que la cifra en si, valoramos la calidad de los socios y de las empresas representadas. Pone de relieve nuestra función estratégica para ayudar a los socios que lo requieran", ha señalado.
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Curso ONLINE de Organización de festivales de cine y eventos audiovisuales



Fechas: Del 23 de septiembre al 4 de octubre
Horario: Libre disposición del alumnado.
Sesiones presenciales no obligatorias: 24 de septiembre de 16.30 a 20.30 y 3 de octubre de 16.30 a 20.30 en la Escuela Pública de Formación Cultural de Andalucía (Estadio de la Cartuja Puerta K Sevilla). La asistencia a la sesión presencial no es obligatoria. El alumnado que no pueda asistir recibirá material complementario.
Lugar: ONLINE. Plataforma virtual de GECA
Precio: 80 euros para socios de GECA, FEAGC, UPTA, AMMA y antiguos alumnos de la EPFCA. Personas en situación de desempleo. 100 euros matrícula general.
Inscripciones: Hasta el 15 de septiembre. 
Dudas y consultas en comunicacion@gecaandalucia.org o llamando al 692.952.238
Este curso de carácter teórico y práctico, pretende una aproximación al proyecto, programación, gestión, producción y evaluación de festivales y concursos que suponen la organización de actividades culturales que usan al cine como vehículo principal de difusión cultural.
A través de análisis de casos concretos y ejercicios, se podrán adquirir competencias de carácter técnico en los diferentes aspectos de programación cinematográfica y actividades paralelas de un festival. También se destinan otras sesiones a temas específicos como la comunicación y ñas redes sociales, la publicidad, los programas eductaviso y la evaluación de proyectos de festivales.
OBJETIVOS
Como objetivos generales pretende:
  • Contribuir al desarrollo de la capacidad creativa, técnica y de organización de los gestores culturales a nivel individual.
  •  Fomentar una actitud positiva de trabajo en equipo, necesarioa en la organización  de festivales y eventos culturales.
Los objetivos específicos son los siguientes:
  • Adquirir competencias profesionales para el diseño, planificación y producción, imprescindible en la organización de festivales y eventos audiovisuales.
  • Conocer el marco legal de referencia y los prodecimientos básicos para la gestión y la contratación de actividades con profesionales y proveedores.
  • Establecer formas de funcionamiento y criterios básicos de programación para festivales organizadas por entidades públicas y privadas, asociaciones culturales, etc.
  • Conocer las herramientas y analizar los procesos de trabajo en diferentes contextos y con diferentes presupuestos.
  • Dar a conocer las herramientas de comunicación, trabajo con redes sociales y acciones educativas en el ámbito de los festivales cinematográficos.
CONTENIDOS
El índice de contenidos ofrecidos en este curso será el siguiente:
  1.  Introducción, objetivos y metodología del curso.
  2. Los festivales de cine
  3. El proyecto de un festival cinematográfico
  4. La gestión técnica y la contratación de productos y servicios
  5. La programación en un festival de cine
  6. Los espacios de un festival de cine
  7. Eventos audiovisuales en museos y exposiciones
  8. Comunicación, difusión y publicidad
  9. Los programas educativos en los festivales de cine
  10. Evaluación del curso
DOCENTE
Rafael Baliña Díaz es licenciado en Geografía e Historia y Diplomado en Producción de Tv. Es jefe del Departamento de Cultura de la Fundación Provincial de Cultura de la Diputación de Cádiz. Cuenta con una larga trayectoria como directos de acciones formativas y docente en la Universidad de Cádiz y en GECA.

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GECA presenta el Libro Blanco de Buenas Prácticas de Gestión Cultural en CÁCERES ABIERTO



El Presidente de GECA, Rafael Morales Astola, ha presentado el documento de FEAGc “Libro Blanco de las Buenas Prácticas de Gestión Cultural en España” en las Jornadas de CÁCERES ABIERTO en la JORNADA PROCESOS ARTÍSTICOS Y BUENAS PRÁCTICAS EN EL MEDIO RURAL.
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Jerez y charlas que peinan canas



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

El frenesí diario -¡ese díscolo correcaminos omnipresente!- a veces -sólo a veces, de higos a brevas- transige a favor de prácticas harto recomendables. Prácticas que alivian la quinta marcha de nuestra (atareada) agenda. Prácticas que otorgan recreo y aprendizaje, retiro espiritual de media hora, respiro abdominal en ocho tiempos, catarsis. Prácticas que no son chanzas ni menoscabo del tic-tac de nuestro carpe diem. Sino muy al contrario: optimización del segundero, parada y fonda, alto en el camino, receso, anima mundi y evasión (personal) a tiempo parcial. ¿A qué actividad aliviadora aludimos? Verbigracia: a departir con (honorables) paisanos que peinan canas. ¡Qué gozada, qué súmmum, qué deleite!  Intercambiar parrafadas con los convecinos sexagenarios o septuagenarios u octogenarios o nonagenarios… ¡Los referentes, los esenciales! Gente del procomún que empero renacen únicos en su mismidad. La excepcionalidad del ser. De cada ser.

Jerez posee a discreción su desperdigado Senado de eximios anónimos que, solitarios o no tanto, ignoran cómo desplegar el pergamino de sus conocimientos -locales, vivenciales, relacionales- más allá de la longitud de la barra del tabanco de la esquina. Filósofos de su nostalgia que no saben cómo expandir a efectos oficiales la consustancial naturaleza de enciclopedias andantes que -nomenclátor de jerezanía- en puridad son. Jamás debemos desdeñar ni minusvalorar la narración de las batallitas unipersonales que alcancen nuestros oídos, aunque engañosamente nos parezcan propias de la proclamación del bla, bla, bla de algún ocasional abuelo Cebolleta. Nunca jamás. Porque demasiada tercera edad silencia cuanto sabe en todos los órdenes. Y la edad es un rango. Y un excelso incluso tratamiento social. Existe todo un archivo no escrito de sapiencia popular cuya densidad, cuya orografía historicista, calla en el bulle bulle  del fuero interno de los veteranos de la villa.

Abunda demasiado material indispensable que desaparecerá -otra vez, otra vez, otra vez…- por el desagüe de la muerte de sus custodios. Insisto: ¿cuánta intrahistoria amuermada en los traspatios de tantísimos abuelitos que ni siquiera disfrutan de un único oyente postrero? Departir -disfrutar de una sentada- con jerezanos de la edad de oro inyecta bálsamos de clarificación a la Historia también oficiosa. O sea: a la acaso auténtica Historia no tergiversada por los meandros de vaya usted a saber qué subrepticios intereses personalistas.

Estamos obligados a rebañar el legado oral de nuestros antecesores. Un café bien vale el parlamento de la experiencia acumulada. Para que ningún dato quede -extraviado- campo a través de la callada por respuesta. Para que no se produzca o se reproduzca de nuevo el nulo aprovechamiento de quien sí pudo relatarnos capítulos enriquecedores de la tierra que nos vio nacer. Y para así evitar situaciones malgastadas con título de ensayo de Soledad Puértolas: ‘La vida oculta’. O de memorias de César González-Ruano: ‘Mi medio siglo se confiesa a medias’. O de título de película de Isabel Coixet: ‘Cosas que nunca te dije’.

Me agrada sobremanera conversar con quienes ya calzan las botas de siete leguas de la alta veteranía (los superhéroes Marvel de nuestra hoy desvalorizada civilización). Es cultivo que un servidor suele ejercitar por lo menudo. Hablar con quienes me han precedido como hijos de Jerez. Algo así como toparse con la plática de un Demóstenes -logógrafo para más señas- a la jerezana. Los viejos del lugar, los senadores del bachiller de la calle, los prohombres de la edad tardía, son fuente y fontana de sabiduría no necesariamente revelada ni relevada.

En Jerez sobreviven, sí, paisanos entrados en años que aún guardan en la recámara de sus mutismos toda una tralla de vivencias de primera mano que, lejos del mero anecdotario, constituyen revelación investigativa. La intrahistoria jerezana, siquiera sea como recapitulación costumbrista, aún late, silente, en la memoria de nuestros ilustres veteranísimos. ¿Para cuándo el descorche -unificado- de todo este memorando en negro sobre blanco? Dejo la reflexión al socaire de las inminentes semanas agosteñas hasta que, nacido septiembre, Deo volente, volvamos a reencontrarnos, usted y yo, en esta vertical columna periodística. 
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Jerez y el otro regreso de las Tres Caídas



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Sábado tarde noche. Bajo la férula del tiempo se descorcha el apósito de la nostalgia. A la altura de Peones y Luis de Ysasi alcanza mi ubicación la comitiva del traslado de regreso de las Sagradas Imágenes de la Hermandad de las Tres Caídas. Un niño de dos años y medio, abrazado a su Mickey de peluche, rompe el silencio con un jubiloso grito anunciador: ¡Ahí está el Señor! Y, como en una ensoñación oferente, me convierto o reconvierto en interino espectador de secuencias -e pluribus unum- cuyos fotogramas se suceden a salto de mata entre el color sepia de lo no vivido y la retrospectiva – el consumatum est- de la memoria propia. Asistí entonces a la metáfora del tempus fugit. Y en su granuloso tic-tac penetré aposta y a sabiendas del encandilamiento de esta abstracción que, por parafrasear a Ernesto Sábato en su obra ‘El túnel’, no necesitaba presentar “un extenso alegato justificatorio”.

Como en una rebujina de imágenes superpuestas fueron desfilando ante mí toda aquella amalgama de sincronías visuales tan pugnaces contra el expurgo de la amnesia local. Vi, sí, un taller antiguo, con pulmones de virutas y sinfonía de gubia, en la planta baja de la Plaza Mirabal -años de epifanía de la posguerra-, allí donde Ramón -de rostro níveo y luenga barba entrecana- esculpía -a susurros divinos- los Nazarenos que enseguida alcanzarían el primer escalafón en talones líderes de besómetros de la fe del pueblo.

Vi a las niñas Angustias y Ana María, las hijas de Diego, las chiquillas de ojos enormes como el alcance austral de sus inocencias, subiendo y bajando las escaleras de tan humilde morada para recalar en el desvencijado estudio del escultor – que para ellas era como un Noé abuelo y artista-. Vi a Chaveli, de bata salpicada por el fulgor de la inspiración, como un gladiador numantino contra la resistencia ya pueril del tronco de madera. Y el pose de la mano de José Moreno Alonso. Y el calco del pie de Diego García Rendón, fornido cofrade del Santo Crucifijo -penitente como los que viera Miguel de Mañara-.

Y vi a Pepe Abollo, su pelo blanquísimo repeinado hacia atrás y sus ojos saltones tras las gafas de ancha pasta negra y cristales de culo de botella, tan negado a sí mismo -hasta la extenuación- y tan entregado a la causa de su corporación y tan feliz en aquel cincuentenario de la Hermandad con bendición de Sala Capitular y jurisprudencia de Diego Romero en la bonhomía de la vara dorada. Y vi la disciplina organizativa de Manolo Giménez, otro Hermano Mayor histórico cuyo legado me retrotrae a versos de Luis Cernuda: “La verdad de mí mismo,/ que no se llama gloria, fortuna o ambición,/ sino amor…”.

Vi al pregonero y otrora Teniente Hermano Mayor Francisco Almagro Castro y vi a Antonio Gutiérrez Gil, el barbero grandullón y risueño, de la pandilla de amiguetes leales del barrio de San Pedro de los años de la Transición, léase almacén de Paulino en época de la Peña los 15 y dícese dirigente cofrade de omnipresencia, como un discípulo inamovible cada Primer Viernes de Marzo de los memoriales intangibles de nuestras cofradías.

Y vi al restaurador del Señor, Paco Bazán, dormido en la eternidad de un ataúd que a hombros abandonaba San Lucas -llantos de carne en derredor- a los sones de la marcha fúnebre de Chopin. Y vi a Fernando Casas Morán saltando del rezo a su Virgen de los Dolores a las cabeceras del lecho del dolor del hospital de Jerez como hombre que sí supo acompañar a todos los enfermos de la ciudad. En un repente regreso a la realidad de la comitiva que pasa… Como ya pasa y se aleja el Señor Caído mientras un niño de dos años y medio, olvidando ahora su peluche, comienza a lloriquear en un lamento escueto  y trascendido: “El Señor se ha ido, el Señor ya se ha ido”.
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Jerez y el regreso de la Esperanza



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

La atardecida es epidérmica. La atardecida ya no acaricia el lomo de las andanzas sin rumbo. Ya no bascula entre el gris mate y el azul oscuro casi negro. Porque ahora todo brota color verde Esperanza. La atardecida ya no es una singladura desorientada. Ni una lengua vernácula que cabrillea dársenas y melindres. La atardecida tiene algo de sustracción del calendario. Y de media verónica a la retrospectiva del tiempo. En la jerezana Capilla del Voto, este pasado viernes día 5. Regresaba la Virgen tras meses de ausencia en un adiós de ida y vuelta que nos sustrajo a los cofrades de las Cinco Llagas como en una especie de concatenación de vacíos sin visualizaciones compensatorias. Como en la antítesis del abrigo materno: como en una extraña vacuidad de las emociones: ¿verdad que sí, María y Alicia y Carmen Ruiz-Henestrosa?

Meses de ausencia de Ti: ausencia que dimanaba de ese (acrisolado) rincón de San Francisco -entonces puntiagudo como nunca, entonces tendente al horror vacui- que ha encarnado la arritmia de la nostalgia. Cada mañana, a las claritas del día, rezar al Divino Nazareno y besar la ingravidez de su talón alzado y, al dirigirte a su derecha, toparte con la nada… Y sacudirte en un amén los versos de Gerardo Diego: “Un día y otro día y otro día./ No verte./ Poderte ver, saber que andas tan cerca,/ que es probable el milagro de la suerte./ No verte./ Y el corazón y el cálculo y la brújula,/ fracasando los tres. No hay quien te acierte./ No verte./ Miércoles, jueves, viernes, no encontrarte,/ no respirar, no ser, no merecerte./ No verte”.

Y regresó la Esperanza: ¡y cómo la recibimos en unción trascendental el equipo de gobierno durante la noche del jueves y cómo se acristalaron de nuevo sus retinas de Mediadora y cómo se humedeció -por el agua bendita de la devoción- nuestra ocular dimensión!: ¿digo verdad Ernesto Romero, Pepe y Cristóbal Barrera, José Andrade? ¡Qué trabajo cum laude de las doctoras en Cirugía de las Cosas de Dios Cristina Espejo y Pepa Segura! ¿Sí o sí, Pepi Guerra e Isabel Mateos, Maribel y Mercedes Rendón?

Cuando la observaba, tan Reina y tan llena de Gracia, durante la eclosión vespertina del viernes, yo estaba contemplando a la misma vez las ciento y pico de miradas de espartos a la cintura que, en madrugadas de Luna de Nisán y tras el anonimato del blanco antifaz, rezan a la Virgen en su palio de plata y oro. ¡Sus hijos nazarenos de sandalias color avellana! Y a los costaleros de Eduardo Torné -¡vamos con Ella, valientes!- y a los de Manolo Campos -cireneos de amor-. Y en todos ellos -nazarenos y costaleros- también el eco de la magistral obra ‘Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen” del teólogo francés Luis María Grignion de Montfort.

Y, a sus plantas de Soberana, presentí asimismo, -¿verdad que sí Pepe Soto: ¡qué bonita charla sabatina nos regalamos!?- a quienes ya no vemos a simple vista pero que habitan en el fuero interno de las actas de la memoria: ¿acaso en cada flor ofrendada por los niños y bebés de la Hermandad no germinaron al punto los apellidos Martínez Arce, los Guerrero, Fernández de Bobadilla, Soto, Tamayo, Gil, Oteo, Santaolalla, Piñán, Holgado, Atalaya, Quirós, Álvarez Adame? Y en esta remembranza de los hermanos difuntos flotaban de nuevo las páginas de ‘Las Glorias de María’ de San Alfonso María de Ligorio. ¿Estáis conmigo mis Hermanos Mayores Rafael Cordero, Paco Barra y Juan Lupión?

Y en Ella -tan bellamente engalanada por Jesús Tamayo- atisbé la Spes Nostra del mundo: los niños. Porque en chiquillos y adolescentes debe hoy sustentarse cualquier proyecto de Hermandad. ¿O acaso aún no hemos leído ‘María, el Carpintero y el Niño’, de Pedro M. de Iraolagoitia? La Esperanza de San Francisco, ya restaurada, tiene título de libro de Pemán: ‘Lo que María guardaba en su corazón’. Un corazón que sigue irrigando luz. Verdad. Vida.
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¿Por qué Jerez se despereza hoy tan vibrante?



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

¿Por qué diantres hoy, 1 de julio, amanece Jerez tan distinto a los días y meses precedentes? ¿No parece talmente que el cielo -ese esparcimiento azul sin trabazones- ha descendido a ras de tierra para azucararla de inocencia? ¿Para azacanearla de inocencia? ¿Para sazonarla del big crunch de la inocencia?

¿No notáis cómo un quid divinum -una mansedumbre de mofletes sonrosados- que late aún más si cabe Jerez intramuros? ¿No advertís una superposición de ojitos vivarachos que ahora toman mando en plaza allá donde  los hogares jerezanos -a partir de ya mismo y hasta no regrese septiembre- ya no madrugan con manos de biberones? ¿Por qué los ascensores no bajan hoy, recién peinados, con chapurreos de vocecillas que son sintagmas nominales a trompicones?

¿Qué ha cambiado bajo los techos jerezanos y en la semioscuridad de estos dormitorios de Disney donde también ahora dormitan, junto a los reyes de la casa, el amarillo de Bob Esponja, Chase y Marshall -versión  peluche- de ‘La patrulla canina' o los Playmobil de rectilíneas extremidades (jamás nunca como en su cubeta convivieron a la remanguillé y a la rebujina templarios, vaqueros del lejano Oeste, personajes dieciochescos, piratas, soldadesca romana y bomberos de la posmodernidad: ¡esto sí que es sociedad inclusiva y mezcolanza intercultural!)?

¿Por qué a esta habitual hora de despertares todavía observamos dulces rostros pegados a la almohadita de sus cunas -que lo son de ensueños de nácar- o a sus camas literas -que es la doble altura de los mismos apellidos hermanos-? ¿Qué reloj -qué pulsómetro del minutero- ha variado en la intimidad de las viviendas jerezanas?

En esta bienvenida del mes de julio -como un introito atemporal- Jerez se despereza diferente. Silenciando su cotidiana cohorte de algarabía que ya no despierta -como ayer, como anteayer- en la inminencia de una guardería de pañales cambiados. La guardería es el educando de un universo mejor: la esperanza – la expectación sin voltios- de la Humanidad. Hoy Jerez ha nacido más mudo de timbrecillos jolgoriosos. Porque los niños – que son el esbozo del hombre aún limpio de condición- todavía duermen. Como sumidos en la aliteración del respirar acompasado. Una paz con nanas de la ea, ea, ea.

¿Y cómo descansan estos pequeñajos hijos de la tierra cuando ya las claritas del día es una metáfora hiperbólica de la luz: extendiendo las zetas continuas de Morfeo al son circular de los cachetitos traviesos? ¿Qué falta esta mañana en Jerez: el catódico Cleo Telerín, el chisporroteo trajín con legañas de baberos, el madrugón de la gente menuda con andares de pato y chupetes en sintonía? ¿Qué falta? ¿El brío de la contradanza a las puertas de los colegios cuya puntualidad ahora se torna sosiego y mudez en estas matutinas cotas de confluencia con eco de churumbeles?  Aquí no existen ángeles caídos con virutas de plata. Aquí no existen bordaduras de escarcha en el antebrazo del destino. Aquí no existen remiendos de la personalidad. Aquí sólo anida la encarnadura de lo tierno, la carantoña, el valor más timbrado del sentimiento universal: el amor por los niños, el amor de los niños.

Y, como a veces la infancia es más larga que la vida (Ana María Matute dixit), cuando despiertan lo hacen con risa blanca porque el júbilo infantil muerde la potencia del futuro. Y por los ojitos hinchados de la noche ya asoma una retina que es aguafuerte del porvenir. Y, en un amén, solicitarán brazos paternos, bibis maternos, para potenciar carreras de risotadas pasillo arriba y pasillo abajo, como en un sprint de la divagación con título de novela de Aldous Huxley: ‘Un mundo feliz’. Y cultivarán los chiquitillos todos los tiempos verbales del arte de jugar: que es el recreo incunable de la imaginación. ¿Por qué Jerez amanece hoy tan vibrante? Porque sus niños están de vacaciones y, al decir de la cantante Rozalén, “nuestra casa se volvió a llenar de alegría”.


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PROGRAMACIÓN CULTURAL

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