La realidad poliédrica del cofrade




Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Tampoco es menester cultivar el dominio de la greguería literaria en clave de plática cofradiera. In illo témpore escribí sobre los críticos y los teorizantes. La diferenciación de ambos arquetipos, por sintomáticos, resulta ahora innecesaria. El cofrade tiende a divagar –que es cultivo de la praxis del pensamiento- y también a delirar –que será tergiversación de una irracionalidad al menos imprudente-. Quien divaga, no delira. Quien delira, jamás divagó. Los delirios –ya sean de grandeza o fruto de la ignorancia hecha pública y notoria- saltan a la torera en la (traicionera) espontaneidad –un poner- de las redes sociales. O del (cojitranco) saltimbanqui – una de cal, otra de arena- del mal acuñado periodismo cofradiero. Se puede soltar de sopetón una solemne pamplina. Y hasta cupiere la absolución. Pero no dos seguidas, fratello. Y si ya forman parte del arsenal del denominador común y de la constante vital de la yema de los dedos, entonces apague usted el cirio y marchemos de nuevo a la anonimia por el camino más corto de entre los posibles. Empero divagar constituye riqueza del intelecto e instrucción de propios y extraños.

Divagar es construir -o, por mejor decir, sacar a flote- una realidad no visible según los anteojos de nuestra interioridad. Extraerla además del fuero privativo del prójimo cuando éste desconocía los significantes de sus percepciones y de sus filiales sensaciones. El cofrade de pura cepa divaga sin saberlo a priori. Es un corredor de fondo de traducciones sin vocablos expresos. Un evocador mudo. Un divagador innominado. El cofrade maneja diestramente, por decirlo con expresión de Joaquín Romero Murube, “la sabiduría infusa de la sangre”. Sangre de muerte de Cristo y sangre de chorreones que corren por las concavidades de su organismo más pasional y trascendido. Murube fue un fascinante divagador: “Nosotros no definimos: nosotros, divagamos. No aspiramos a tener mayor consistencia que la de una brisa cabalgada por purísimos aromas”.

Un intérprete o un teorizador o un divagador reescribe la mismidad – el almario, el sismógrafo, la exégesis- sentimental, endógena, social, centrípeta y devocional de las cofradías para ofrecernos de nuevo –recién horneada en la chispa del hallazgo- cuanto ya presentimos, cuanto ya nos sacudía, pero jamás explicarlo pudimos bajo ese mágico arsenal de palpitaciones entonces indefinidas –que no indefinibles-. El divagador opta por el giro copernicano. Por la vuelta de tuerca a contradanza. Por la inacostumbrada elección temática. Por el revés del derecho. Por el dorso de la portada. Por el envés de la cubierta. Por la pirueta conceptual. Por el flash. Valga el ejemplo hispalense del mentado Romero Murube, quien formuló y redescubrió una Sevilla cofradiera latente y latiente en todos sus vecinos pero que ni de lejos nadie acertó a esculpir a golpe de metáforas, de imágenes verbales, de creacionismo, de postismo, de comparaciones casi mitológicas y de prosa lírica –como “un revuelo de dicciones plásticas de gente del sur”-.

Yo prácticamente hago oídos sordos a quienes dogmatizan pro domo sua. Por lo común engolados de megalomanía. Presto atención a los sembradores de obras mudas y carentes de fanfarria: teóricos y hacedores del ejemplo propio. Y ando a la escucha -¡han de llegar antes que después!- de los intérpretes capaces de traducir más allá del vector de su espacio vital. Instalados entre lo imperceptible y lo sublime… El cofrade ha de adiestrarse en el primigenio manejo de la divagación. No suscribirse al runrún de lo manido. Adjetivar aquello que escapa a la retina del mero visionado circundante. Y teorizar sin miramientos. Quizá exista una propagación nada seductora del común discurso monocorde. Una cantinela fabricada en serie. Salidas de idéntico troquel. El mismo punzón en el habla. La opinión dominante y dominadora. Los tópicos. Las típicas. No obstante la realidad es poliédrica. Imagínense las dimensiones que alcanzan y que propagan los pulsos también etéreos de la Semana Santa, ese retorno con solfas de minué sacrosanto. Divaguemos, siempre de frente, venga de frente, en los significados aún no traducidos de la colosal enciclopedia del bendito sentir cofradiero.
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Pedro Guerrero: 100 años de un cofrade jesuita



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Una asfixiante carga de impotencia sintieron y presintieron los médicos aquella aciaga tarde del 3 de septiembre de mil novecientos setenta y tres. El infortunio, la calamidad, los coágulos de la malaventura, los designios divinos, cayeron y descendieron por las bravas –casi a quemarropa- hacia los abismos de la tragedia… La sonrisa se tornó grito, espasmo, quietud, dique seco. Y hubo un bolígrafo verde esperanza que, astillado ya por el golpe, saltó –crepitante- como un estertor de la nada. Y había una sotana tendida en el suelo. Flor sesgada. Así camina –como una gigantea caprichosa- la gloria del mundo. Así se moldura los espectros de lo inesperado. Así se rotula la faramalla, el bullebulle, el suspense del fin de nuestros días.

Aconteció todo en un pispas. En el santiamén (crepuscular) de la fuerza del sino. Una muy modesta motocicleta de sacerdote jesuita –de albo corazón tan bueno y ternísimo como el mismo pan de Dios- se encaminaba –tenaz y siempre risueña- al servicio del más necesitado. Dos ruedas en el gira/gira de la fraternidad sin distancias. Dos ruedas cumpliendo y cumplimentando la rutina diaria. Dos ruedas como la noria del Evangelio andante. Dos ruedas como el milagro candeal del amor al prójimo.

Ocurrió hace ya la friolera de cuarenta y tantos años. Una calle cualquiera de Sevilla todavía aplanada por el solano de la canícula. Signo y viento de la hora -¿verdad don José María Pemán?- que aquella tarde tiñó de drama la herrumbre de lo absurdo. Sol y son de vida como anticipo de sombra y comba acunada entre el visto y no visto –entre el ser o no ser-, entre la fugacidad y la caducidad de la carne…

Y el funesto destino de un camión cargado de vigas de hierro y el frenazo sin ton ni son, y la suerte otra vez cargada por el diablo, y el zarpazo de un crujido seco, y la motocicleta que se empotra –de hoz y coz- en la trasera del camión y el lamento del verso roto de nuevo describiendo y rescribiendo las glosas –ennegrecidas como una ceniza de brisa y espuma- del discípulo de Cristo malogrado, -apresado y aprensado-, atrapado en las trenzas de la Parca.

Nada pudieron hacer los efectivos sanitarios… Tenía la femoral atravesada, perforada, traspasada de parte a parte como si la cornamenta de un toro, de un morlaco trashumante y traicionero –negro como el acecho de la muerte- hubiese sembrado de sangre y arena –las hubo: sangre y arena-, hubiese sembrado, sí, el asfalto del “supremum vale” (del adiós para siempre), de la metáfora hiperbólica de un imposible, de las lagrimas del contrarreloj con agujas de testamento vitalicio: la víctima –mirada clara, expresión celeste- que respondía al nombre de Pedro Guerrero yacía ya moribundo sobre la autopista hacia el cielo de aquel accidente que musitó en sus labios las últimas y clementes palabras del santo que todo lo perdona, que todo lo moldea en los hornos de la misericordia: “El conductor, el camionero, no ha tenido la culpa. La culpa ha sido mía, sólo mía”.

No cupo entonces mayor grandeza cristiana en menor timbre de voz. Ya ven ustedes cómo las gastaba Pedro Guerrero. Absolviendo, perdonando –amando a mansalva- incluso cuando la pérdida del conocimiento alumbraba sin embargo –y sin ambages- el ambivalente portalón de la gloria. Y Sevilla se cubrió de luto, como de luto se cubriese Jerez, el Puerto de Santa María, la piedad popular, el fragor de un lloro colectivo y la entera Iglesia Universal. Enmudecieron los tímpanos del Hondo Sur. Enmudecieron, en efecto, de dolor… De dolor pero no de olvido, nunca jamás de olvido… ¿Cómo olvidar la herencia de quien –antes de que cantara su primera misa- había sido ad maiorem Dei gloriam primer Hermano Mayor de las Hermandades de las Cinco Llagas y del Amor y Sacrificio? En el corriente 2018 se han cumplido 100 años de su nacimiento. Nazarenos de negro -en esta tarde de Lunes Santo- y nazarenos de blanco -bajo la luminaria de la Luna de Nisán- seguirán por siempre recordando a Pedro, el hermano jesuita de don Ramón y don Manuel Guerrero González. ¿Verdad que sí, Manuel y Pablo Guerrero Pemán?
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Domingo de Ramos: puro Rilke


Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez

Has amanecido alzando la mirada a los rascacielos de la memoria. Ad astra. A la desenvoltura de los sentidos. Ab integro. A la persuasión –nunca ambulante, jamás nómada- del reencuentro contigo mismo. Contigo misma. A capite at calcem. Es Domingo de Ramos en las apuestas de tus (¿brumosos?) recuerdos. Pero también es Domingo de Palmas en las propuestas de tus futuros. Nada devendrá lapidariamente. Nada aposentará sus vértices en los triángulos de lo bronco. De lo hosco, de lo adusto, de lo retraído.  Hoy no visualizarás las estopas de este Planeta Tierra tan aguerridamente insustancial, tan suplantado de valores, tan suicida. Hoy no tropezarás en barras con la compulsión del pensamiento único. Ni con la demagogia del runrún de fondo ni del trasfondo del más infame relativismo.

Hoy comienzas una intrépida cuenta atrás: la que desmadeja los hilos de la mediocridad para hilvanar –sin frivolidades ni imposturas- el eco de tu peregrinaje por las callejuelas del testimonio. Por las prisas de un candelabro de cola ya apenas entrevisto a la vuelta de cualquier esquina. Por las franjas inimaginables de una exquisita medida: la que mece el costalero entre el ritmo de sus latidos y la llamada –imponente, suave y sutil- del capataz. Estás asistiendo a un parto de pañales tallados en madera. Estás asistiendo a un parto de cruces esculpidas en devoción. Estás asistiendo a un rito antiguo que suele renovarse a cada instante, como el vuelo rasante de la paloma de los tiempos. Como la mirada retrospectiva de la niñez siempre latente. Puro Rilke: “La verdadera patria del hombre es la infancia”. Como la túnica que regresa a la percha del nerviosismo de las vísperas. Puro Romero Murube: Dios en la ciudad.

¿Derrotado y derrocado panteísmo de luz y fuego? ¿Lúdica indolencia de las quietistas etapas que corren a trasluz de la actualidad? ¿Intangible espejismo de la felicidad remota? ¿Qué pléyade de sensaciones irradia la cúspide sensitiva del Domingo de Ramos? ¿Qué apoderamiento emocional prima? ¿La nostalgia? ¿La renovación? ¿La extracción del almario popular? ¿El imperio todopoderoso de la claridad? ¿La sedación del olvido? ¿La proclama campeadora de Emerson: "El hombre grande, en medio de la multitud, sabe conservar la serenidad de la soledad"? ¿La salvaguarda -al menos aparente- del elixir de la eterna juventud? ¿La prisa? ¿La precipitación? ¿La fluctuación de la remembranza que se ahínca y se insinúa en los espacios de lo estrictamente restrictivo? ¿La permisible imantación de una Fe que no conoce ni admite devaluaciones?

El Domingo de Ramos es la transustanciación de las generaciones familiares. El hábitat donde se hospeda el niño que siempre acunamos en nuestros adentros. Es el edénico pasaje nunca ancestral donde también moran los bebés del aquí y ahora. Los críos del siglo XXI. Ángeles custodios del presente revolero. El Domingo de Ramos es el espíritu encendido y la inocencia despierta que reúne en un mismo jardín de infancia -de incienso y alpaca- a hijos y padres: todos entonces niños. Lo dicho: Rilke. Estreno -miniado estreno- de niñez imperante. La nana que sin embargo a todos nos espabila en la narración novísima del milagro otra vez fechado. El Domingo de Ramos es aquel paraje de la memoria donde todo ocurre para más inri. Porque en su longitud de veinticuatro horas, y entrecomillando el celebérrimo verso de Antonio Machado, "hoy es siempre todavía". Rilke: ab imo pectore.

Perturba y conturba el milagro, los albores, la inmediatez. Intuyes cuanto sobreviene a partir de entonces. Has aguardado con desasosiego, con abdicación de la paciencia, con dejación de la templanza, la llegada del primer nazareno. Y sin embargo te sorprendes –ingenuidad de almas sensibles- cuando acabas de descubrir la confirmación de la gloria. Y te sabes y te reconoces en estado de gracia. Todo huele a miel de torrijas y a candor de hermanamiento. Un altar itinerante recrecerá en Jerez. Y, como las preliminares del amor, la inquietud nos apresará entre sus dulces brazos de canela. Jerez 2018, Semana Santa, sedimento y vínculo. Cortinas desplegadas, sol de justicia, mantos sueltos, reestrenos de sensaciones. De percepciones. ¿Oyes cómo suena la corneta en los pliegues de tu alma?
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Cofrade sobre ruedas

Marco A. Velo  - Jerez íntimo – Diario de Jerez

Episódico y epidérmico son términos antónimos si los pleiteamos desde la soberanía de la Santa Cuaresma. En esta mañana que cimbrea albores de primavera – al alba siempre sería, al quijotesco modo-, yo fijo mi retina en la sincronía del tiempo detenido. En el reloj de cuco del pendular vaivén cíclico de las enseñanzas cofradieras. Es justo y necesario. Resulta de obligado cumplimiento. Es de cajón y de catón. Es condición sine qua non. Para batir la difícil plusmarca de una fértil mención con nombre propio. Para exaltar a la persona. Al caballero de manos arrugadas y conciencia tersa. Al maestro de la blonda. Al rector magnífico del encaje. Al excelentísimo honoris causa del alfiler… Al hombre que -ojos chisposos y peinado negro y planchado- motu proprio ha aspirado a la discreción como modus vivendi.
Detengo el minutero como quien paraliza los pulsos de una rima asonante. Para resaltar el DNI ya entrado en años de un hijo de María. Para rendir homenaje -sí, homenaje cuya verticalidad brota de los hondones de una yedra vivificante que repecha los muros y los murales de toda una existencia (plena y jamás plenaria) a las plantas de marfil y hueso de la Madre de Dios-. ¿Tributo a pitón pasado? Nones. Pleitesía del carpe diem para quien, acariciador sublime de toquillas de sobremanto, merece cuanto menos el novenario de estas letras tan enmeladas y tan esteradas de gratitud y admiración.

Sucedió en la alpaca plateada de la vivencia presencial. Apenas un par de semanas atrás. A observancia in situ de estos ojos míos que han de tragarse la tierra. Ipso facto. A pies juntillas. Codo con codo. Hombro con hombro. Metido de hoz y coz en la escena.  Jamás al albur de los fenómenos de convergencia. Sino al trasluz del dictado y del deuterio de la mera casualidad. Sucedió allá donde el martinete de ecos antiguos -como una sinfonía de fuego y lunares- eleva la sangre a un nombre de calle. O donde cante y cantarería mixturan embrujos de noches a compás. Donde la collación esculpe a cincel la gitanería del más poético y del más mesiánico de los quejidos. Donde el azufre de la modestia económica se suple con el brocamantón de unas gargantas que perfeccionan las soleares…

Aconteció barrio adentro, portalón adentro, iglesia adentro. El silencio acampada y campeaba al albur del reguero de devotos que ahora enfilaban el vector unidireccional de la única línea de llegada: la carnosidad escultórica de los pies clavados en la madera – en la arbórea redondez crucificada- de la Buena Muerte. Santiago – el templo relimpio- tintinea la penumbra del rigor mortis. La contraportada de la vida. La yerma incriminación de un criptograma con sones de la más infausta e injusta sentencia que jamás conocieron los siglos. “Qué sólo se quedan los muertos", espetó Bécquer en un arrebato de lirismo seco. Mas nunca si la muerte se acrece en balde bajo el cuerpo de Jesús. La sintomatología de este solemne besapiés es una tronera de plegarias apenas musitadas.

Y fue que allí, primero a la textura de nácar de las manos del Dulce Nombre y después a los talones descalzos -de clavo traspasados- de Cristo, se acercó -como siempre hizo durante décadas, silente y entregado a pulmón lleno, discreto, henchido de sencillez- el cofrade mayúsculo, el hermano risueño, la empatía a raudales, el vestidor de Vírgenes… don Carlos Otero… El hijo predilecto de sus tantas advocaciones marianas… La Candelaria, la Reina del Transporte, el Carmen, la Merced, la Esperanza de la Plazuela, la Esperanza de San Francisco… Carlos Otero, el emblema humilde e ilustre de las Hermandades de Jerez. Iba sentado sobre una silla de ruedas. Sin perder el atisbo kilométrico de su permanente sonrisa. ¿Verdad que sí,  José Antonio Carmona Otero? ¿Para cuándo el gran homenaje de la Semana Santa Jerezana a su preclaro defensor a ultranza? ¿Para cuándo el distingo de cofrade ejemplarísimo, de cofrade en potencia, de potencia de cofrade en un catedralicio sábado de verano a los pies del Cristo de la Viga? Otero, qué gran legado en sí mismo. Qué fontana de excelsitud. Qué categoría callada.
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Los desaprovechados



Marco A. Velo – Jerez íntimo – Diario de Jerez


¿Qué diantres subyace soterradamente bajo las ínfulas del a veces autocomplaciente mundo de las hermandades para que –como un velocípedo del calendario- prejubilemos a cofrades válidos y harto necesarios a tenor de los astrosos tiempos que corren? Cristianos a capite at calcem, de la cabeza a los pies, experimentados y nunca expedientados, diáfanos como la tersura de Cristo Rey, estos maduros en la Fe –ahora bajo el sombrajo del apartamiento- parecen abruptamente relegados a los cuarteles de invierno. A una retirada anticipada. A un finiquito forzoso o forzado. A una despedida nunca a la francesa.

¿A qué ton la retirada anticipada de hermanos que apenas orillan la edad de sesenta años o incluso algunos menos cuando a decir verdad alcanzan ahora el cénit de su máximo apogeo léase directivo, dirigente, presidencial? Y no cercenen el aserto antes que después. No maten a bocajarro al mensajero. En la duda, abstente. Pues la madurez también constituye -¿verdad Lisis de Tarento?- una de las más ecuánimes filosofías del alma… A su vez indicó Ralph W. Emerson que precisamente también  la madurez es la edad en que uno ya no se deja engañar por sí mismo.

Cofrade desperdiciado. Cofrade malgastado. Cofrade al margen. Cofrade fuera de plano. ¿A santo de qué? No aludo –ardería Troya y se armaría la de mazagatos- a ningún anacrónico trasnochado cuya hacendosa jubilación concuerda con los tiempos presentes. No. Me refiero a los capacitados en edad de pleno ejercicio. A todos aquellos que ensombrecerían las ansias de encaramarse al autobombo sin chicha ni limoná de los bautizados por Manuel García como bolizas por metro cuadrado. Epidérmico tino el de Manolo en la elección del vocablo. Subsiste demasiado desaprovechado intramuros nuestras hermandades y cofradías. ¿Huidos o expulsados del sistema relativista -por lo menudo gratuito e insultante- que la dogmática de cartón piedra de las redes sociales vociferan a distancia en una cobarde jurisprudencia ex cátedra de minutos de gloria y mamarrachadas sin ton ni son?

Edad y experiencia deviene en soberanía de barones. In aeterno. La cámara de los escientes. Esa vía Augusta de la veteranía. Me apena, incido, la prejubilación –la inutilización en suma- de los válidos retirados a las trincheras de una pronta remembranza. ¿Ha cambiado –para bien o para mal- la masa social que lleva la voz cantante, la batuta, la flauta de Amelín de las cofradías de Jerez? ¿El soniquete mediático? ¿Vale más una alcachofa –vulgo micrófono- que el servicio diario por la hermandad de tus amores y por el hueco –sagrado espacio- ganado a pulso por los prejubilados demasiado a la ligera?

No quiero pecar por exceso de una sevillanización como modelo marco. Pero en los Cabildos de Oficiales de las cofradías de Sevilla la media de edad es bastante alta. Y la mezcolanza juventud-veteranía sigue y prosigue un proceso natural de relevo generacional. Para mí tengo que Jerez sufre de una desbandada de gente de bien de dorada edad. ¿En qué medida influye que cualquier decisión errada como dirigente los coloque en la punta de la picota del insulto pueril, de la descalificación sobredimensionada, del toma y daca del escarnio en la red de redes cuando, al margen de cofrades, son señores de pulcra imagen pública, respetables trabajadores de su empresa, honrados padres de familia y católicos afines a los dogmas de la Santa Madre Iglesia? Hete aquí un pespunte para la reflexión. ¿Se retiran los válidos -con uve- de nuestras Hermandades por culpa de los balidos -con be- que también son okupas intrusos de las mismas?

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Cofradías y patadas al diccionario



Decía el yacente –pues escribía de continuo acostado- vanguardista de la prosa don Ramón María del Valle-Inclán que los idiomas son hijos del arado. “De los surcos de la siembra vuelan las palabras con gracia de amanecida, como vuelan las alondras”. Un entrecomillado que avanza con botines blancos de piqué. Si toda mudanza sustancial en los idiomas es mudanza en las conciencias –en la nunca volátil ni tampoco volandera alma colectiva de los pueblos- entonces las cofradías –su sintomatología hodierna- han de visionar (con lupa de abuelo cebolleta inclusive) las constantes vitales de su particular modo de expresión dígase oficial. ¿Terreno resbaladizo o vuelta a la semilla del barroco –realismo mágico- de Alejo Carpentier? Más bien terreno baldío la mayor de las veces…

Las hermandades -¿verdad que sí, don Juan Delgado Alba que habitas en el celestial concierto de los pitos del Silencio (con mayúsculas) de esa Santa Madrugada definitiva ya sin itinerario de vuelta?- siempre se han caracterizado por una electiva concepción incluso literaria de las formas. Lo proclamaba grecolatinamente don Juan: “En las hermandades puede llegar a perderse todo, menos las formas”. No cabe la disyunción de la conjetura. Ni la bilocación del desatino. Ni la injusticia mineral de cualquier repente. Las hermandades han de cumplir a rajatabla la condición sine qua non de las formas. Como sinónimo de cortesía en el trato, de labilidad en la dicción, de estilo pulcro y ágil en la correspondencia epistolar.

Por lo menudo hallamos incorrecciones de toda índole en según qué escritos cofradieros. ¿El papel lo soporta todo cuando precipitamos la punta del iceberg de la estilográfica –hoy teclado arrítmico- sobre la textura del folio en blanco –ese sumiso y tembloroso asidero donde la gaya ciencia doméstica encuentra acomodo cada dos por tres-? Mil veces nones. Antaño –antañazo escribiría Francisco Umbral- los secretarios de las cofradías eran escribanos del ramo, gente de suyo dado a lecturas y a la caligrafía también a la cervantina cortada. In illo témpore se escribía cuanto menos correctamente. Aunque Mallarmé defendía que escribir bien es lo contrario que escribir correctamente –y razón de fondo no le faltaría en sujeción a la diversiforme y consolidativa dársena de la estructura circular del texto narrativo-, en el ámbito de las hermandades las formas –la protocolaria comunicación siquiera institucional- siempre se atuvo a un libro de estilo límpido de impurezas idiomáticas.

Coexisten dos osadías al punto: la de aspirantes a secretarios –ellos, ellas- que ni por asomo dominan mínimamente la lengua española y la de un frenesí cotidiano –made in siglo XXI- que precipita las cojitrancas redacciones en oficios de cofradías y en los caracteres necesarios para la inmediatez de las redes sociales. ¡Ay, aquella lección primigenia de ‘El dardo en la palabra’: “Es nefasta la fe pedagógica en el espontaneísmo”! Las redes sociales a veces derivan en un vector de asnalfabetización con ese intercalada de asno (Sánchez Dragó dixit) habida cuenta el tozudo descuelgue del ensamblaje de la ortografía, la morfología y la sintaxis –amén la sindéresis-. La frase corta puntúa tanto como la subordinación de un barroquismo de esteta literario. Sin embargo los chirriantes pecados ortográficos no se purgan ni en el confesionario del anónimo antifaz.

Todos estamos abocados al lapsus calami. Pero… ¡se lee cada cosa, santa Bárbara Bendita! Y no me refiero ya al pan nuestro de cada día: concordancia en la oración, loísmo y laísmo, queísmo y dequeísmo, extranjerismos o usos de las preposiciones. Aludo a la diferencia de la be y la uve o, verbigracia, a las palabras que se escriben con hache. ¡Pongamos coto a tales desmanes! Dar patadas al diccionario debería prohibirse en las reglas y estatutos de nuestras Hermandades y Cofradías so pena de expulsión innegociable del infractor siempre inconfeso y nunca mártir.

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¿Mal presagio?


La estampa matutina de los palcos mojados hace cruzar los dedos de los ciudadanos

MAV – MIRA 

La Semana Santa, al margen de la esencia de su profunda razón de ser religiosa, también es una manifestación que acrecienta el impacto turístico. La ciudad, durante los días pasionales de la Semana Mayor, admite y abraza todo tipo de visita foránea, excepto una: la más indeseada: es decir: la lluvia. La inclemencia meteorológica, la inmensa incertidumbre que acarrea, constituye una amenaza no ya molestosa sino feroz para los ciudadanos en general -asimismo, cómo no, para los turistas- y para los cofrades en particular (especialmente para los miembros de las Juntas de Gobierno de las Hermandades, que han de tomar una decisión in extremis cuando los partes no aclaran del todo el porcentaje de certeza de lluvia).

Siempre se ha usado -y a veces abusado- el dicho popular referente a la correlación de agua en Semana Santa en función de si se mojó o no se mojó el Miércoles de Ceniza. Una vieja creencia que, aparte hilos conectores de la mera superstición, a decir verdad ha coincidido en un alto porcentaje del historial de su estadística. Si llueve el Miércoles de Ceniza , llueve en Semana Santa con toda probabilidad.

Lo cierto y seguro es que Semana Santa y sol significan un maridaje exquisito. Los aguaceros o la llovizna, el caos fatídico. Jerez lleva días presentando a los vecinos de esta bendita tierra unas jornadas pasadas por agua. Si pisamos la zona más céntrica, nos topamos con una estampa que hace temblar el costillar: los palcos, los palquillos de tomas de hora y el primer tramo de la Carrera Oficial de todas a todas empapados…

¿Mal presagio? ¿Aviso a navegantes para fajarse la mala fortuna de los riesgos de lluvia? ¿Una panorámica de cuánto ha de venir? Rotundamente no. La decisión del cielo es impredecible e imprevisible. No existe cartones de apuestas probables. Será lo que Dios quiera que sea. Sin más cavilaciones. La lluvia viene y va como cangilones de una noria sin control externo. Las sorpresas de última hora derivarán hacia un lado o hacia otro. Los malos presagios son sólo tendencias de pesimistas.


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“La Hermandad es una iniciativa que está al servicio de la evangelización”



“El Señor rechaza a la persona soberbia que no quiere cambiar, la hipocresía y la mentira”

MAV – MIRA

Una de las convocatorias clásicas de la Cuaresma, sobre todo coincidente en sus domingos más nutridos de actos, es la propia de los cultos de las cofradías. Y, dentro de esta enumeración cultual, las Solemnísimas Funciones Principales de Instituto. El denominado día grande de la Hermandad. En el que se renueva la anual Protestación de Fe. Jornada más trascendente incluso que la señaladísima de la estación penitencial. Reunión institucional de todos los hermanos. De nuevo largas filas de cofrades para el más emocionante de los juramentos bajo la literalidad de una fórmula inalterable: “Así lo confieso y lo creo, lo prometo y juro, así Dios me ayude y estos Santos Evangelios".

Este domingo 11 varias Hermandades han celebrado sus Solemnes Funciones Principales de Instituto. Entre ellas la Hermandad de Nuestra Señora de Loreto en su Soledad, clásica cofradía señera del centro de la ciudad. Una corporación que protagoniza el in crescendo de su evolución estética. También en lo litúrgico sabe cuidar al máximo todos los detalles. La mañana rompía lluviosa y, luego, soleada para, a posteriori, alternar el mal y el buen tiempo. A pesar de este rítmico e indeciso parte meteorológico, y de paraguas en manos que se cerraban y abrían a compás, no mermó la asistencia de cofrades lauretanos a la iglesia parroquial de San Pedro.

El director espiritual de la cofradía y párroco de San Pedro, sacerdote José Hachero Álvarez, presidía la ceremonia religiosa. Amenizada el Coro de Capilla San Pedro Nolasco. En su predicación aleccionó  a toda la concurrencia: “El Señor nos da un espíritu nuevo. Y nos hace un regalo, su propio hijo, que es quien paga todos los platos rotos. Somos coherederos con Cristo. En la Fe nos da una onda de osadía para ponernos delante del Padre y pedirle. Lo que nos une al Señor es lo que nos une al cuerpo con la cabeza”.

¿Qué significa creer en Cristo? Una pregunta que lanza al aire el padre Hachero para matizar a continuación: “¿En qué se traduce en tu vida creer en Dios? Pues… Tener confianza en Él. Fiarte de Él. Creer en sus palabras. Saber por dónde va. El Señor quiere que velemos por nuestra Salvación. Hay que poner en práctica lo que nos dice. Es el mejor modo de guardar sus palabras”. La facilidad de verbo de Hachero enseguida matrimonia con la reflexión unánime. Digno introito al juramento que pronto se revalidaría.

¿Qué rechaza el Señor? Interesante interrogante que todo cofrade ha de formularse. “¿Qué rechaza? La persona soberbia que no quiere cambiar. La hipocresía. La mentira. Hay que tener en cuenta  que nos salvamos por misericordia de Dios. Nadie puede comprar su salvación. Hay quien hace obras para comprar su salvación. Eso es un error”. Y concluye: “La Hermandad es una iniciativa que está al servicio de la evangelización. La Liturgia siempre es un regalo. Es un don de Dios (...) Para sacar la cruz en procesión hace falta mucha humildad. Hoy hacen falta testigos de la Fe”.

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¿Quieres probar el mejor queso artesanal?

¿Sabes dónde y cuándo podrás disfrutar de su variedad y sus exquisitos sabores? 

MAV – MIRA 

Los amantes del queso -del queso más artesanal- están de franca enhorabuena. La ocasión la pintará calva. Para aprovecharla de principio a fin. En toda su extensión y en toda su dimensión. Entre el 6 y 8 de abril  se podrá disfrutar de las numerosas actividades programadas con motivo de la X Feria del queso artesanal de Andalucía, que tendrá lugar en Villaluenga del Rosario. Un evento que por veces está congregando a un mayor número de personas. A un considerable censo de seguidores. A una concurrencia que conocen a fondo las excelencias de este producto tan único y tan distintivo.

No cabe la menor duda. Andalucía es la región española con mayor variedad de quesos artesanales, elaborados por un buen número de pequeñas y medianas empresas, a partir de las leches de las 5 razas de cabra autóctona: la Murciano - granadina, la Malagueña, la Payoya, la Florida y la Blanca Serrana, y con las 3 de oveja: la Merina Grazalema, la Merina y la Segureña. El queso artesanal es un arte de delicadas y a la vez expansivas proporciones. Una delicia para el paladar.

Se trata de un evento exclusivo. A no dudarlo. Los variados quesos que se elaboran en la Sierra de Cádiz pueden presumir de ser productos netamente artesanales. Siendo los métodos, que se emplean para su fabricación, heredados directamente de los procedimientos tradicionales y puestos en práctica por los pastores de esta zona de la provincia gaditana. Este entorno es rico en la cría de ganado ovino y caprino, animales que pastan en el privilegiado rincón de la Sierra de Cádiz, donde los pastos de montaña son de primera calidad, y son la base alimentaria del ganado autóctono.

Hay que ser precavidos y anticiparse a la previsión de la asistencia. Agendar las fechas de esta feria. Como es habitual, además de los expositores, degustaciones y venta de productos, la feria aporta un programa complementario de actividades centrado en el queso, que incluye talleres, actividades infantiles, guardería ludoteca o una visita al Museo del Queso. Desde este medio recomendamos que, tan pronto sea posible, se reserve ya alojamiento antes de que sea demasiado tarde habida cuenta esta cita reunió el pasado año a más de 20.000 visitantes. Una cifra nada desdeñable que se dice pronto.
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Las bodegas Pedro Domecq en la 2 de Televisión Española



La emisión del filme ‘Congreso en Sevilla' rescata una memorable promoción de la señera firma jerezana 

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La 2 de Televisión Española ha apostado por el cine español como también ha de hacerse: programando películas de todas las épocas y de todos los géneros. Cada semana, bajo un epígrafe temático. Cada noche, un título diferente. Filmes que posiblemente no contarían con un fácil visionado, de cara al telespectador cinéfilo, si no se programasen en atención a un criterio inédito e inacostumbrado según la política de prime time de otras cadenas. De ahí que la 2 de Televisión Española nos otorgue un distingo siempre diferenciador.

Este lunes 12 se optó por ‘Congreso en Sevilla’, largometraje de 1955 protagonizado por una jovencísima Carmen Sevilla (a la que acompañaban -todos entonces ya actores consagrados en el creciente cénit de su carrera artística- Fernando Fernán Gómez, Manolo Morán, José Isbert, Manolo Gómez Bur, Gustavo Re o Carlos Casaravilla). Dirigida por Antonio Fernández-Román y música de Juan Quintero Muñoz, cuenta con guión de Antonio Fernández-Román, José Luis Colina, José María Pemán, Tono, Pedro de Juan y José Santugini.

El costumbrismo y la exaltación del folclore y la religiosidad popular y el rico acervo histórico cultural de Andalucía emergen a flor de piel. Tan es así que, aunque el principal radio de acción argumental de la película se centra en Sevilla, las menciones y las referencias a Jerez de la Frontera son permanentes (alusiones nada extrañas si tenemos en cuenta la pluma de Pemán en la escritura – en su coautoría- del guión de esta obra referencial). En los años cuarenta, cincuenta y sesenta la proyección andaluza como un valor genuino español latía con fuerza desde las directrices de los estamentos oficiales que también dirigían los parámetros culturales.

La película introduce -como motivo gozoso para todos- la visita a una bodega de Jerez de la Frontera. Y es concretamente la sede de las bodegas de Pedro Domecq la que, en toda su bella amplitud, en toda su mágica profundidad, da cabida a una escena de número musical en el que Carmen Sevilla despliega todo su innato poderío. Canción española que sirve, en su minutaje, para recorrer de izquierda a derecha y de derecha a izquierda botas y más botas de vino que anuncian soleras, olorosos, Fundador…

Incluso, previamente, en los fotogramas anteriores, una simpática ocurrencia del mejor e improvisado venenciador llamado Manolo Morán y un exquisito catador de vinos José Isbert hacen de las suyas a espaldas de la concurrencia. Y es que el vino de Jerez todo lo puede y todo lo transforma y todo, en su vector positivo, lo intensifica. Rescatado homenaje a las bodegas de Jerez representadas en esta ocasión en las de Pedro Domecq. Jerez, en la pequeña pantalla, está de moda. Que siga la senda.

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¿Te gustan las torrijas? 

De la mejor convocatoria gastronómica del tiempo cofradiero 

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No es preciso ni esperar a las primeras prematuras zambombas. Para detectar la proximidad -o no tanto- de las Pascuas. A mediados de noviembre los turrones en los centros comerciales, en las grandes superficies, ya anuncian que a la vuelta de la esquina -a mes o mes y medio vista- ya celebraremos las Navidades. Con todos sus pertinentes avíos ambientales, espirituales, materiales y… gastronómicos. En este sentido lo comercial se adelanta a los presagios oficiales. Gana -se anticipa- en el almanaque, por goleada, lo oficioso. Fenómeno semejante sucede según el denominado tiempo de vísperas de la Semana Santa. La Cuaresma, los presagios del gozo, los preludios de primavera…

Que no serán ni las convocatorias de los cultos -Quinarios y Septenarios- de las Hermandades (cartulina asida a los portalones de los templos) ni las misivas enviadas poco antes del Miércoles de Ceniza por los secretarios de las cofradías al cuerpo de hermanos. Aquello que verdaderamente anuncia la reválida de la Semana de Pasión es la fuente de torrijas en los escaparates de las pastelerías y en las vitrinas de las cafeterías de la ciudad. Nos lo aseguraba, hace ya varias semanas, por ejemplo, los cristales expositores de la cafetería La Guinda, sita en Plaza Plateros. Allí, al trasluz, como un destello que derrite la baba, que acuna el arte hostelero, que nos regresa a la infancia, emergía -toda poderosa- la fuente de torrijas…

¿Qué tiene la torrija que nuestra amistad procura? ¿A todos gusta? La fuente de torrijas es la publicidad gratis et amore de la Semana Santa. La mas óptima campaña promocional que tener pudiera. Empero no únicamente de cara al público. También intramuros nuestros hogares. Con recetas heredadas por nuestras madres y abuelas. Por nuestras tías y tías abuelas. De generación en generación. ¿Cuál es la mejor receta? ¿Qué tipo de pan el más recomendable? ¿Qué cantidad de chorrito de miel? ¿Dónde radica la clave del recetario de su milagroso resultado? Expertas cocineras o cocinillas de nuevo cuño sacan a relucir lo mejor de sí ante su elaboración. A nadie, absolutamente a nadie, deja ni dejará indiferente el prodigio de su sabor.
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Feliciano Pérez de Azpillaga, candidato a Hermano Mayor de las Tres Caídas



La señera cofradía del Miércoles Santo, inmersa en el proceso electoral 

M. A. Velo / J. A. S. Galindo 

La Hermandad de Tres Caídas tiene somatizada la ejecutoria del buen hacer. Existe en San Lucas una mentalidad de prelación institucional, de alteza de miras corporativa. La excelencia es norma común en la cofradía hoy presidida por José Antonio González Leal. Uno de los distintivos de calidad recae también en la categoría humana y cofrade de sus sucesivos Hermanos Mayores. Justo es recordar, llegado a este punto, al llorado Francisco Bazán, que tanta ejemplar huella dejará en estos cofrades de negro.

Pues bien: toca tiempo de elecciones por San Lucas. Y, salvo sorpresas no previstas de última hora, la Hermandad de las Tres Caídas ya tiene de candidato oficial a Hermano Mayor, comicios que se celebrarán antes de la Feria del Caballo. Se trata del actual Teniente Hermano Mayor y Diputado Mayor de Gobierno Feliciano Pérez de Azpillaga. Un cofrade veterano y entregado a la causa de la Hermandad, a la que conoce al dedillo, desde la experiencia de sus muchos años de pertenencia a la misma. Enhorabuena al candidato y, por ende, a la institución cofradiera.

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Geca se reafirma en su compromiso con la defensa de la libertad de creación



Al hilo del reciente comunicado por parte de la Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales  en referencia a la defensa del derecho de libre expresión de artistas y creadores,  GECA, como miembro de la Federación, comparte su oposición ante la merma de este derecho fundamental.
Como profesionales de la Gestión Cultural, desde GECA se defenderá a los agentes, creadores y artistas, motor del avance social e intelectual, en el ejercicio de su libertad creadora. En este sentido lamentamos y condenamos los actos de censura que amenazan el citado derecho.
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¿Por qué los buceadores se tiran de espaldas de la lancha?



Varias razones justifican esta costumbre más que justificada

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Pregunta para aficionados y para profanos en la materia. Pregunta interesante donde las haya. Pregunta, igualmente, para iniciados. De entrada habría  que especificar que el buceo o submarinismo es la actividad de nadar por debajo de agua con o sin ayuda de equipos especiales. El buceo presenta dos formas de practicarlo: la apnea (del griego apnoia, "sin respiración"), técnica también conocida como buceo libre o a pulmón; y el buceo con equipo, que puede ser con escafandra autónoma, se denomina SCUBA (acrónimo inglés de Self ContainedUnderwater Breathing Aparatus) o buceo con botella (SSD —Surface Supply Dive).

¿Por qué los buceadores se tiran de espaldas de la lancha? ¿Nos lo hemos preguntado en alguna ocasión? Varias razones. La primera es que, si se lanzaran de frente, la inercia de la botella de oxígeno podría golpearles en el cuello, la cabeza o la espalda. Si se arrojaran de cabeza, como un nadador cualquiera, el primer impacto lo recibiría la cara, y así, el regulador (la boquilla) de respiración y la máscara podrían salirse. Eso obligaría a salir de nuevo a superficie para recolocarse todo el equipo. Aun así, si la zona de inmersión es poco profunda o desconocida, se aconseja tirarse de pie o sentados, para estar más “orientados” si se topan con obstáculos.

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¿Aún no has probado ‘Waler 19’?




Dialogamos con José Manuel Anelo, gerente de Bodegas Álvaro Domecq, a propósito de esta nueva bebida de sabor único

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Dialogamos con José Manuel Anelo, gerente de Bodegas Álvaro Domecq, a propósito del nuevo tesoro líquido que ha creado -con suma exquisitez- esta reconocida y renombrada casa bodeguera jerezana. José Manuel es un directivo del siglo XXI, culto y amable, que ama poderosamente todo cuanto concierna al género de su sector. Representa con empatía y excelencia a la firma de tan ilustre y noble apellido de prestigio internacional. Anelo nos presenta Waler 19, una bebida que a nadie deja indiferente…

Pregunta directa al mentón: ¿Qué es Waler 19?

Waler 19 es una bebida de baja graduación elaborada a partir de holandas envejecidas, lima, azúcar moreno y angostura, entre otros ingredientes secretos. El punto de acidez de la lima hace que resulte una bebida fresca y ligera que puede tomarse sola con mucho hielo, una rodaja de naranja y también hierbabuena o puede utilizarse para hacer exquisitos cócteles. Esta nueva bebida, elaborada por Bodegas Álvaro Domecq S. L., dentro de su apuesta por elaborar productos innovadores, toma su nombre de una conocida raza de caballos árabes que se distingue por su inteligencia, valentía y resistencia.

¿Cómo podría definirse su sabor? ¿Puede combinarse con otras bebidas?

Waler, combinado con bebidas que tengan un componente cítrico, da como resultado cócteles con un carácter muy fresco, que se potencia con su ligero amargor final. Combina muy bien con seven up, gingerale y sobre todo con Redbull Edicion Lima, con los que tenemos  acuerdo de colaboración para potenciar de forma conjunta estas dos marcas.

¿Se trata de una bebida preconcebida para un público determinado o quizá todo lo contrario?

El segmento de publico objetivo de Waler 19 fue en principio la gente joven, pero tras sus primeras introducciones vimos que le gusta a personas de todas la edades y género.

¿En qué establecimientos de la ciudad podemos encontrarla, consumirla? ¿Y fuera de Jerez?

Llevábamos sólo cinco meses en el mercado y actualmente lo tenemos muy introducido en toda la provincia de Cádiz. Ahora estamos comenzando su introducción en Sevilla. En Jerez lo tenemos en The Bliss, Iroko, Kapote, Paddock, etc...

¿Es Waler 19 una bebida digestiva?

Efectivamente, Waler 19 es una bebida muy digestiva: el equilibrio de sus ingredientes hace que no sea muy dulce, ni muy amarga, ni muy ácida.

¿Qué desearía añadir?

Animar a todos los lectores de las diferentes cabeceras del grupo ‘Mira’ a que la prueben, pue seguro les va a gustar.
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De chacinas y otras excelencias culinarias



¿Sabes dónde podrás degustarlas los días 3 y 4 de marzo?

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Ya pueden ir frotándose las manos los aficionados al buen comer. El Bosque celebra su segunda Feria del Cochino los días 3 y 4 de marzo. Es decir: este próximo fin de semana. La Plaza de Toros de El Bosque será escenario de la II edición de la Feria del Cochino y que ofrece a los productos derivados del cerdo su material estrella. Unas quince empresas locales podrán exponer y de hecho expondrán una muestra de la riqueza y diversidad de chacinas y otras excelencias culinarias que se extraen de este animal tan identificado con la historia de la localidad y sus gentes.

Los números cantan para certificar por anticipado el éxito. Esta edición viene avalada por la experiencia del primer año, a partir de la cual una decena de empresas y unas 1.600 personas de público tomaron parte de esta (apetecible) iniciativa que ahora se consolida con una segunda edición que suma novedades y más participantes. Además, aún hay espacio para que más empresas se incorporen y puedan inscribirse y mostrar sus productos.

Las actividades se desarrollan a lo largo de ambos días y comienzan en torno a las doce del mediodía. Además de la adquisición de productos en los diferentes expositores habilitados para ello, la muestra permitirá una serie de actividades para el disfrute de visitantes, como la exhibición del despiece de un cerdo, y la recreación de algunas de las labores que se llevaban a cabo antiguamente en torno a las matanzas, una tradicional práctica que incluye acciones como embutir chorizo y morcilla o freír chicharrones. También se llevará a cabo una cata-concurso entre las empresas participantes, novedad de esta edición.

Los niños no quedarán exentos -ni se aburrirán- al margen de la programación propiamente dicha. Para los más pequeños habrá castillo hinchable, y se podrá hacer un recorrido por la localidad en un tren turístico que funcionará para la ocasión. Una oportunidad para conocer calles, plazas de comercios y restaurantes de El Bosque. Asimismo los hosteleros han informado que esta cita servirá para anunciar la celebración de otro evento gastronómico y turístico: la primera “Feria del vino y el queso de la Sierra”, organizada por la Asociación de Productores de Quesos de la Sierra de Cádiz, Quesica, junto con los organizadores de esta Feria del Cochino. Dos convocatorias que, de seguro, dejarán un buen sabor de boca.
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¡Bien por ti, Angelita!



Profeta en su tierra, la bailaora Angelita Gómez recibe el título de Hija Predilecta

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Ni se puede ser mejor bailaora ni tampoco persona más entrañable. Artista por los cuatro costados de su don natural. Flor al viento en el requiebro de sus volantes en danza flamenca. Jerez está de enhorabuena. Jerez crepita de alegría. Jerez huele a canela pura en rama. No siempre la ciudad refuerza el erre que erre de su conducta cainita (para con los suyos). No siempre la ciudad considera a quienes ha de considerar. No siempre la ciudad -a menudo perdida en otros asuntos mediáticos triviales e intranscendentes- se muestra justa con aquellos hijos de cuna que relevan y revelan un meritorio, una virtud, un trabajo ímprobo, una nombradía...

Dicen los sociólogos del lugar que Jerez no aúpa a sus ciudadanos de pro, sino muy al contrario: los minusvalora puertas adentro. Cierto es que, a diferencia de localidades como Cádiz o Sevilla, en esta tierra del vino cuesta Dios y ayuda poner de acuerdo a opinantes -oficiales y oficiosos- a la hora de exaltar valores en alza -o abiertamente consagrados- que destaquen sobremanera en la disciplina que fuere. Cabe insistir: que ni cainismo recalcitrante ni chovinismo barato. En el punto medio radica la virtud de la objetividad. De la consideración imparcial. De llamar a las cosas por su verdadero nombre.

A veces surgen excepciones que desconforman la regla. La regla tácita, no escrita. Y entonces -si el tributo coincide con el reconocimiento urbi et orbi- todos ovacionamos atronadoramente. Es el caso que nos ocupa. El de la genial bailaora jerezana Angelita Gómez, forjada a fuego de esfuerzo personal desde que apenas era una niña. Una niña muy dicharachera y despierta y a su vez tímida y risueña. Una buena persona. Este próximo sábado día 3 de marzo recibirá, en los Claustros de Santo Domingo a las doce del mediodía, el título de Hija Predilecta de Jerez. De esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jerez de la Frontera. ¡Bien por ti, Angelita! El flamenco, el baile flamenco de Jerez, está de franca enhorabuena.
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¿Te gustan las pizzas? 



¿Sabes dónde y cuándo podrás disfrutar de sus más tradicionales y genuinos sabores? 

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Quién le diría a nuestros padres y abuelos que la pizza se implantaría en la gastronomía española del modo en el que lo ha hecho durante las últimas décadas: sosteniendo la indispensabilidad de su producto en liderazgo de demanda y de consumo. Antaño su incursión -ese extraño pan plano tan horneado como redondeado- fue considerada como una fugaz moda pasajera. Una receta con fecha de caducidad en atención, entonces, a su extraña injerencia incluso extranjerizante. No se concebía ni por asomo las anchoas repartidas en aquella harina de trigo cubierta además de salsa de tomate y queso... Craso error. Fallo de cálculo.

Hoy día las pizzas, como prácticamente desde su asentamiento en el suelo patrio, hacen furor. Por la exquisitez de sus sabores, por su variedad e incluso por la comodidad de su paladeo. Pues bien, para los “pizzeros” empedernidos cabe anunciar un inminente próximo evento de chuparse los dedos. Y es que el primer Festival de la Pizza de Rota ha creado una gran expectación fuera y dentro del municipio desde que la anunciara el alcalde de Rota en FITUR.

Ya de antemano la boca se hace agua. Porque con este evento gastronómico y turístico se espera promocionar la pizza como un elemento ya tradicional en Rota, que se ha incorporado a su gastronomía como consecuencia de la convivencia que durante más de 60 años mantiene Rota con la Base.

Así las cosas, podemos subrayar que alrededor de una veintena de pizzerías de Rota acudirán a esta cita que tendrá lugar del 15 al 18 de marzo en dos escenarios muy cercanos y céntricos, como son la plaza de Jesús Nazareno y la plaza de la Cantera. Todos irán haciendo hueco en sus estómagos. Una fiesta para la alegría del paladar. El éxito está asegurado de antemano. Rota bordará la iniciativa. Que tendrá solución de continuidad. Y, si no, al tiempo.
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A comer tagarninas se ha dicho


Chiclana acoge su III semana dedicada a tan exquisito y saludable producto

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Una noticia para comérsela, de apetecible y de puro saludable. No todo en Cuaresma ha de ser ayuno de carne. Dirijámonos a Chiclana. Y a sus muchos atractivos  de toda índole. La Asociación Chiclanera de Hostelería, en su afán por promocionar una de las formas gastronómicas más típicas de esta zona, lleva organizando unos años una semana dedicada al cuchareo. ¡Qué  bien suena la palabra “cuchareo"! En una ocasión, se eligió como protagonista la tan conocida berza chiclanera; otro año, fueron las papas con chocos las que por derecho lideraron el cartel de estas jornadas…

Pero hace un par de años se decidió -con sumo acierto- dar absoluto protagonismo a un producto tan típico como son las tagarninas. Tan desconocido para muchos, por otra parte. La tagarnina es una verdura silvestre que se cultiva ocasionalmente, pero lo más común es que se aproveche la planta silvestre, limitándose su recolección a la primavera. Actualmente su cultivo es muy reducido, se recogen en el campo, en caminos, terrenos preferentemente arcillosos. Como actualmente se cultivan, podemos encontrar tagarninas, aunque en mucha menor cantidad, durante todo el año.

En la provincia de Cádiz gustan muchísimo. Además de tratarse de un producto muy saludable. Su consumo es más extendido en las zonas en las que, como ésta, son más conocidas. Las tagarninas habitualmente se han consumido en todas las casas de la localidad chiclanera, bien en las berzas o potajes o, como tradicionalmente se denomina: en “ajopollo” o “esparragás”, con huevo o en revuelto. Debido al éxito tan rotundo que se consiguió con estas jornadas gastronómicas, la junta directiva de la asociación decidió que fuesen las tagarninas las que presidieran esta semana -desde el pasado 26 de febrero y hasta el 4 de marzo- dedicada a lo más tradicional. De ahí, el eslogan “Degusta lo tradicional”.

En esta ocasión, son diez los establecimientos que participan ofreciendo sus recetas con este producto, Mesón Lorena, La Esquina del Jamón, La Alegría Cervecería, Burger Pepín, Restaurante El Farito, Cervecería La Marítima, Bar Casa Adolfo, Viavai Gastrobar, La Gran Tapa y Salinas de Chiclana. Todos ellos hacen de la tagarnina la auténtica protagonista durante la semana actual del 26 de febrero al 4 de marzo.
Una oportunidad de oro que debe aprovecharse antes que después: todo aquel que quiera probar la variedad de platos, puede acercarse a estos establecimientos y degustar la receta que cada cual ofrecerá. Además puede votarse al mejor plato a través de la aplicación de móvil  ‘Sabores de Chiclana’. La Semana de la Tagarnina, que cuenta ya este año con su tercera edición, ha gozado en las dos ediciones anteriores de una gran acogida y de ello se han hecho eco la práctica totalidad de los medios de comunicación, no sólo a nivel local, sino también provincial. La tagarnina bien merece su máxima difusión.
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‘Médico de familia’, 20 años después



¿Por qué no asiste Emilio Aragón al programa de Bertín Osborne? 

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Bertín Osborne ya lo ha repetido en sucesivas ocasiones -la última aprovechando la visita de Belén Rueda a su programa ‘Mi casa es la tuya’-: quiere contar más temprano que tarde con la presencia de Emilio Aragón. Pero ni modos, que diría el propio cantante pisando suelo mexicano. No hay forma. Emilio resiste. Se resiste. ¿Se está dejando querer? ¿Existe gato encerrado? ¿Alguna circunstancia que se nos escape de la versión oficial -de haberla-, al margen de la callada por respuesta?

El caso es que ahora la ocasión la pintaban calva. Porque Bertín ha grabado un programa especial de ‘Mi casa es la tuya’. Se trata de un reencuentro. El de buena parte del elenco actoral de la teleserie ‘Medico de familia’, que tantísimo enganchó a la audiencia del país desde que comenzara a medidos de la década de los noventa -1995- hasta la esperadísima boda -cuatro años después- del doctor Nacho Martín (Emilio Aragón) con Alicia, aquella “más que cuñada” interpretada por Lidia Bosch. Desde que ‘Médico de familia’ saltara a la parrilla televisiva, España entera se paralizaría ante la caja tonta la noche de los martes.

Bertín no ha soltado prenda del contenido del programa. La cadena sólo -que no es poco- ha publicado una foto de grupo en su cuenta de twitter. Y, en efecto, se ha echado en falta la asistencia protagónica de Emilio Aragón. ¿Casualidad, causalidad? ¿Quiénes estarán, por consiguiente? Pues los tres hijos del doctor Nacho Martín: Chechu, María y Anita (Aarón Guerrero, Isabel Aboy y Marieta Bielsa);  la Juani, el personaje “del que tanto le costó separarse” la actriz Luisa Martín; Julio, el amigo de Nacho al que daba vida Francis Lorenzo, y Alicia (Lydia Bosch).

El reencuentro es un legítimo recurso muy usado por Bertín Osborne. Mata dos pájaros de un tiro: el de la entrevista más a fondo con un personaje principal -en este caso la actriz Lidia Bosch- y de paso propiciar un encuentro grupal tan del interés tanto de los invitados como de los telespectadores. La nostalgia, el rescate de los recuerdos, la puesta al día de la vida de cada cual y un rato siempre ameno serán ingredientes que no faltarán en esta cita con la revisión de la remembranza.
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PROGRAMACIÓN CULTURAL

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